MI ESPOSA ARGENTNA 3 Parte 8
Allí estábamos mi esposa y yo contestando a las preguntas que nos hacía Aitor
_ ¿Y este Javi era el mismo que te follaba en Valencia?_
_ ¿Y lo disfrutabas cuando te follaban de a dos?_
_ ¿Y ese tío calvo y muy cachas el de los masajes?_
_ ¿Y ese viejo que te folló en el hotel? _
Todo nuestro pasado fue revisado y comentado y preguntado, pero Aitor siempre en su papel de sobrino asombrado, sin decir guarradas, ni epítetos ofensivos.
_ ¿Y luego de la orgía que sucedió?_
_ ¿Lo volverías a hacer?_
_ ¿Y tú nunca sientes celos?_
Fernanda tenía puestos uno de esos pantalones blancos ajustados que me encantaban y botas y una camisa de seda con botones, así iba últimamente vestida a la consulta y desde que estaba Aitor ya no se quedaba de entrecasa con pantuflas y chándal.
Simplemente había sucedido.
Mientras hablábamos con Aitor hacía esfuerzos en mi mente para hilvanar como habíamos llegado a este momento presente de estar contando todo nuestro pasado a este chaval regordete de ojos achinados.
Él lo estaba disfrutando tanto como nosotros padeciendo. Fernanda contestaba a las preguntas con voz monocorde, como en trance.
A veces Aitor se permitía un ¡Joder! Y sonreía más de la cuenta pero siempre manteniendo un aire respetuoso y hasta distante.
_ ¿Te gusta verla humillada por otros tíos entonces_? Me dijo
_Básicamente podría decir que si aunque no es que me guste, sino que me excita_ respondí
_Te parece ella demasiado orgullosa, una pija creída_ me dijo Aitor
_Demasiado segura de sí misma sería la expresión, quería verla insegura…. Sin manejar la situación…dominada por otro_
_Vaya que lo tenías claro_
Nos quedamos un instante en silencio. Fernanda se tomó la cara con una mano y me miró, como diciendo ¿Cómo hemos llegado a esto?
_Ven Fer, quiero hacerte un masaje_ dijo Aitor
_No creo que sea buena idea_ dijo mi esposa
_Ven_ dijo Aitor y golpeo con la palma de su mano sobre el sofá.
Fernanda descruzó las piernas y fue hasta donde estaba Aitor.
Sus largas piernas embutidas en ese pantalón blanco dieron dos pasos elásticos hasta el sofá
_Ponte así como la otra vez, mirando a Carlos_ dijo él.
Acomodó a mi esposa de espaldas a él y de frente a mí.
Comenzó masajeando sus hombros y sus brazos.
_Estás muy tensa_ le dijo
_Filma Carlos pero con mi móvil_ dijo Aitor y me lo alcanzó
Las manos del chaval acariciaron levemente los pechos de Fernanda por sobre la camisa de seda.
_No sé si quiero hacer esto Aitor_ dijo ella girando la cara hacía él
_ ¿No? ¿No quieres?_
Y entonces tomando su cara con la mano, la atrajo hacia sí y la besó, la beso en la boca, un morreo un poco torpe al que siguió otro beso, como chocando su boca con la de mi esposa.
Esta se apartó un poco y lo miró entornando los ojos.
Se volvieron a besar, él puso una mano en el cuello de ella y la otra en su barbilla como apresándola y le comió la boca una vez más, ahora quedándose un poco más en ella, abriendo la delicada y sensual boca de mi esposa como despedazando una fruta madura.
Yo estaba como hipnotizado, esta escena de los besos me parecía aún más impresionante que la de la cochera.
Fernanda estaba respondiendo sus besos, no cabía duda, su boca se entregaba y aceptaba, también chocaba sus labios con la boca de labios finos y partidos de Aitor.
Él estaba sentado detrás de ella y mientras la tenía a ella girada hacía a él en posición algo incomoda, comenzó a pellizcarle los pezones por sobre la camisa con una sola mano, la otra siempre en el largo cuello de Fernanda.
_Mira al cornudo como disfruta, el tío que le gusta entregarte a cualquiera_ le dijo
Los ojos de Fernanda brillaron. Se volvieron a besar con fuerza, sus lenguas se juntaron y juguetearon dentro de las bocas.
_Besas bien_ le dijo Fernanda
_ Tú también, pero no me importa si beso bien o si quieres o no, no me importa ¿lo entiendes?_ dijo Aitor en plan chulo
Mi esposa lo miró sorprendida
_Si lo entiendo_
Se volvieron a besar, sus bocas se juntaban y chocaban como encontrándose en un punto justo, como olas que se golpean entre sí.
_Quítate la camisa_ le dijo
_No Aitor ya te dije que…._
_Quítate la camisa, no quiero decir dos veces lo mismo_ dijo Aitor imperativo
Mientras Fernanda se desprendía los botones de la camisa de seda, Aitor hacía lo propio con el botón y la cremallera de su pantalón
Supuse que había llegado el momento en que follarían en nuestra propia sala, mi polla estaba a reventar y me la toqué por sobre el pantalón.
_ Tú no te toques cornudo_ me dijo Aitor.
Me chocó esa orden insultante, sentí como un golpe en el estómago, dejé de tocarme.
Aitor ayudó a Fernanda a terminar de quitarse la camisa, tenía un sujetador blanco de encaje que apenas contenía sus tetones bestiales.
El chaval beso con avidez el hombro desnudo de Fernanda mientras estrujaba sus tetas.
El vientre liso de mi esposa se destacaba así con su pantalón ajustado y el sostén como única prenda.
Ella gimió quedamente.
Se besaron otra vez, pero ahora ella inclinando su cabeza sobre el hombro de él.
Fernanda tenía los ojos cerrados y gimió nuevamente.
_Eres muy putona, pero ya te voy a enseñar_ dijo Aitor
Este liberó su polla del calzoncillo, emergió erecta, gruesa y goteante.
_Cógeme la polla y pajéame bien_ le dijo y besó su cuello
Fernanda tomó la polla con su mano y lentamente lo masturbó.
Aitor hizo botar los tetones de mi esposa por sobre el sostén, el bretel se deslizó del hombro de Fernanda hasta su brazo
Las tetas quedaban ridículamente expuestas así, la siguió besando en la boca y ahora deslizaba un dedo por el coño de mi esposa sobre el pantalón blanco.
Fernanda retorció su cuerpazo en las manos de Aitor, la diferencia de tamaño me impresionaba, era como un enano, magreando a Blancanieves.
Aitor desabrochó el pantalón de mi esposa y bajó la cremallera.
_No…_ dijo ella pero él no hizo caso y coló su mano bajo las bragas.
Ahora se masturbaban ambos frenéticamente, mi esposa comenzó a perder el control, la mano regordeta del chaval hurgaba el coño de mi esposa dentro del pantalón apenas abierto.
El sostén se rompió con un tirón brusco y los pechos de Fernanda quedaron libres al fin.
_Joder Carlos miro como la tengo_ me dijo Aitor triunfal.
Ella estaba con la cabeza totalmente volcada sobre el hombro de él, medio despatarrada, sus piernas imponentes moviéndose sin ton ni son, las botas de tacón se deslizaban por el suelo sin poder afirmarse bien, con la mano del chaval escarbándole el chocho y con sus tetas casi botando por los pellizcos que Aitor le propinaba con violencia.
Me di cuenta que Fernanda iba a correrse de un momento a otro, seguía masturbando la gran polla del chaval pero con poca coordinación.
En ese duelo masturbatorio iba a salir perdiendo o ganando según se mire.
Aitor la besó en la boca una vez más, violentamente chocaron las bocas.
_Venga córrete de una vez _ le dijo muy chulo
Y Fernanda como obedeciendo a su orden comenzó a correrse.
El cuerpazo de mi esposa dio un par de espasmos violentos, contenidos por Aitor que sonreía victorioso.
Era como si quisiera escaparse de los brazos de su amante, como un pez que hace un último esfuerzo por liberarse del anzuelo.
Dio un último resuello y Aitor la besó en la boca una vez más, ella estaba, como le sucedía luego de un orgasmo intenso, como sin voluntad.
Fernanda se dejó caer en el sofá y Aitor se incorporó a medias con un pie en el suelo y una rodilla sobre el propio sofá.
_ Cógete esos tetones_ le dijo
Mi esposa pareció no entender. El chaval tomó entonces las manos de Fernanda e hizo que se juntara los pechos ofreciéndolos a su verga.
Aitor se sacudió varias veces el pollón con violencia y dando un alarido comenzó a correrse sobre las tetas desnudas de mi esposa.
Los chorros de semen impactaron sobre sus pechos bañándola en leche.
Fernanda se quedó mirando a Aitor que con los ojos cerrados, echaba la cabeza hacía atrás.
La cara de mi esposa era de incredulidad, pasó un dedo por sobre una de sus tetas desparramando un poco de semen.
Aitor bajo la cabeza para mirarla.
_Joder te he pringado bien esas perolas vaya que si_ dijo
Mi esposa entonces se puso en pie, tomó la camisa de seda y el sostén roto y sin decir palabra salió de la sala.
_ Tráeme algo para beber_ me ordenó Aitor
_ ¿Cerveza?_ pregunté
_Vale_ dijo tirándose en el sofá
Le traje un botellín.
_Pajeate si quieres, pero no quiero que te la folles, puedes pajearla si quieres, pero ya no la follas sin mi permiso ¿estamos?_ dijo el chaval
_Vale_ dije aceptando ese nuevo papel de Aitor
_Lo que es meter mano en ese chocho macho, estaba super mojado y las tetas son una pasada_ me dijo Aitor cómplice
_Si lo sé_
_No entiendo como podéis ser así, pero mejor para mí la verdad_ dijo pensativo
_A veces yo tampoco lo entiendo_
_Joder me la voy a terminar follando de todas las maneras, pero no tengo apuro, eso está hecho ya ¿Estás de acuerdo?_
_Si_
_Ven, vamos a sorprenderla en vuestro cuarto, tráeme otra, anda cornudin_
Fui a buscarle otro botellín
Fuimos a la habitación, yo estaba muy excitado y con un poco de temor también, pero me daba cuenta que era más por sugestión que por otra cosa. En cualquier momento podía echar a este chaval a la calle si me lo proponía, al menos eso me decía.
Fernanda justo salía del baño, descalza, en camiseta de dormir y bragas.
_No…no…. esto no, debemos poner una reglas_
Aitor tomó un trago de su botellín
_No debes entrar en nuestra habitación Aitor, bajo ningún concepto y además….
Aitor la cortó atrayéndola hacia si tomándola de la cintura.
_Se acabaron las reglas Fer, ahora yo mando aquí_ dijo y le dio un azote en el culo
Mi esposa se le quedó mirando con sus tetones aplastados sobre el cuello del chaval
Este con una mano le subió la camiseta, mi esposa estaba sin sujetador, Aitor chupeteó los pezones de Fernanda, con una mano siempre en el culo de ella y la otra con el botellín, los dos de pie en medio del cuarto.
Mi esposa me miró con los ojos llorosos
_Que pasada_ dijo Aitor metiendo un pezón y luego otro en la boca, chupeteando ruidosamente, le soltó otro azote en el culo.
La besó en la boca, un largo morreo, la sedosa melena rubia de mi esposa contrastando con el pelo renegrido y pajoso del chaval.
Entonces sucedió, Aitor comenzó a rociar con cerveza los pechos de Fernanda, parte cayó en sus pies y en la moqueta
_ ¿Qué haces?_ gritó ella
Pero ya el chaval comenzó a lamer como un desesperado los pechos de Fernanda a la par que arrojando el botellín vacío sobre la moqueta, coló una mano bajo las bragas y comenzó a masturbar el coño de mi esposa.
Fernanda comenzó a gemir de placer, Aitor tenía una mano en su coño, la otra bien metida en el culo de mi esposa y su boca estaba prendida a las tetas como ternero a la ubre.
Fernanda todavía de pie se retorcía en sus brazos.
Me acerqué a ellos y pude ver que Aitor tenía un dedo enterrado en el culo de mi esposa y dos dedos en el coño con los que la pistoneaba sin piedad
Fernanda acariciaba la nuca del chaval, suspiraba cada vez más fuerte y luego de unos minutos comenzó a correrse abrazada a él de ese modo.
Cuando Aitor la soltó y se desprendió de ella, dio dos pasos hacia atrás trastabillando.
El chaval se bajó los pantalones, su polla gorda y brillosa, goteó un poco sobre la moqueta.
_Ponte en pelotas_ le ordenó a Fernanda
Pensé que ahora si la iba a follar finalmente delante de mí.
_Joder así te quería ver_ dijo. Mi esposa estaba completamente desnuda.
_Ven_ ordenó-
Fernanda lo abrazó y se besaron.
Comenzó a pajearlo mientras lo besaba, ahora si era una paja en toda regla, la mano de mi esposa sacudía esa enorme polla frenéticamente.
Yo estaba impactado, el móvil temblaba en mi mano.
Aitor se quitó la camiseta, tenía las clásicas tetillas de gordo, con bastante pelo cubriéndolas
Por primera vez las tetas de mi esposa se aplastaban sobre el pecho desnudo de él, piel desnuda sobre piel desnuda.
Una mano de ella seguía en la nuca del chaval mientras lo besaba en la boca con ardor.
Una mano de él acariciaba y estrujaba las nalgas de mi esposa.
Fernanda casi frotaba la enorme polla del chaval sobre su ombligo, mientras la sacudía con frenesí.
Aitor no tardó mucho en correrse
Su polla oscura y venosa escupía leche sobre el blanco vientre de mi esposa
Este quedó temblando de pies a cabeza, la cara hundida sobre las tetas de Fernanda.
Ella lo tomó del pelo y le levantó la cara.
_Ahora vete a tu cuarto y no se te ocurra venir durante la noche porque te juro que te echo a la calle sin miramientos ¿Lo entiendes?_ le dijo mi esposa
_Vale, está bien_ dijo Aitor súbitamente convertido en un dulce corderillo.
Aitor se subió los pantalones mugrosos y se fue, mi esposa se metió en el baño, escuché el agua correr, me desnudé y acosté.
Ella se recostó desnuda sobre mi _Quiero que me folles_ me dijo
_No puedo… es decir Aitor me ordenó que no_ le dije
_Carlos ¿te volviste loco? ¿Vas a hacerle caso a ese chico?_
Como si ella no le hubiese obedecido hacía un rato, pensé. Pero claro una cosa era seguir obedeciendo no estando Aitor presente.
No supe que contestar.
_Veo que te volviste loco_ me dijo Fernanda mosqueada.
Se dio la vuelta en la cama.
_Sabes que no va a tardar en cogerme ¿Qué vamos a hacer?_ dijo mi esposa
Apagué la luz, estábamos a oscuras ahora.
Me puse detrás de ella, toqué su coño con un dedo.
_Obedecerle……… en todo_ susurré en su oído, muy leve.
_Obedecerle_ repetí susurrando.
_Ay amor_ dijo ella
Ahora su coño estaba humedecido otra vez.
Luego de tener su tercer orgasmo esa noche y yo el primero y único, conversamos.
_ ¿Ese es el juego que vamos a jugar entonces?_ dijo ella
_Nunca hemos tenido un amo antes y menos tan joven_ dije
_No se Carlos además que está viviendo con nosotros_
_Debemos tener una palabra clave, un código entre nosotros cuando queramos dejar de obedecerle_
Yo me había quedado pensando en eso de que podíamos echarlo cuando quisiéramos.
_Estoy muy caliente amor, la verdad es que quiero coger con él de una vez y que se termine ya_
_Si ¿quieres eso?_
_Que me coja, que me folle de una vez y que se vaya_
_Sabes que eso de que era virgen no es cierto_
_Si ya me lo imagino_
_Pero me ha dicho que nunca ha follado por el culo a ninguna de las chicas con las que ha estado_
_ ¿Quieres que yo sea su primera?_
_Que suerte tendría el cabron ¿no es cierto?_
_ ¿Tan buena estoy?_
_Sabes que si_
_Carlos es una maldición tener el cuerpo que tengo_
_Bueno si además vas tanto al gimnasio, lo arruinas más aún_
_Que idiota eres_
Nos reímos, volvíamos a tener esa complicidad nuestra.
_ ¿Tanto te pone verme con ese chico? ¿Es porque es más joven que nosotros? ¿Porque es gordito?_
_ Si un poco de todo eso pero lo cierto es que me ponía más al principio, cuando estaba loco por tener una foto tuya como sea, esa ansiedad que tenía, era un poco como que me sentía identificado con el_
Mi esposa me miró con seriedad, mordiéndose el labio.
_No vamos a poder dejarlo nunca, seremos siempre una pareja liberal o swinger o lo que sea_ dijo Fernanda
Nos miramos, nos besamos suavemente.
_Pero siempre todo depende de quién ingrese en el juego con nosotros, porque a vos te excitan los tipos jodidos, los que se ponen peligrosos _ dijo ella
_Y a ti también claro_
_Si_
_¿Cómo se sintió cuando se corrió la última vez sobre ti?_
_ ¿Sobre mi vientre?_
_Si_
_Era como que le palpitaba la verga, sobre mi panza, como un pequeño animalito, con vida propia_
_Joder_
_Como te gustan esas pavadas_
_ ¿Y a ti que te gustaría que te haga o hacer con él?_ le dije
_Tal vez que entrara en la habitación mientras dormimos y me folle mientras tú duermes a mi lado_
_ Déjame enviarle una foto tuya así, ahora_
_ ¿Ahora?_
_ Si, finge que estás durmiendo, pero quítate la camiseta_
_Que loco estás amor y yo también por seguirte el juego_
Mi esposa se quitó la camiseta, me sonrió, sus tetones emergieron orgullosos.
Tenía esas misma bragas blancas de hace un rato.
_Ponte un tanga negro, el más pequeño que tengas_
Ella se levantó revolvió en una gaveta, la vi cómo se ponía un tanga negro, apenas una tira que se perdía dentro de su culo.
_Ponte de costado como si yo te hubiese destapado, espera que bajo un poco la luz_ le dije
Tomé una foto de ella de espaldas, de costado, su culo se veía imponente, la tira del tanga negro metida en sus nalgas blancas, las plantas de los pies, la curva de su cintura, su espalda perfecta.
Luego tomé la foto de frente en esa misma posición, sus tetones se juntaban opulentos, sus rodillas también juntas, un brazo sobre la almohada.
Su cara con los ojos cerrados, sus labios carnosos y llenos, sus pómulos con los ángulos bien marcados, las cejas perfectamente delineadas, un mechón de pelo rubio sobre la frente.
_A ver_ dijo ella luego
_ Estás bellísima, se las mando ahora_ dije yo
“Mira como duerme tu perrita” le escribí.
_¡¡Carlos!!_ dijo ella
Luego de unos minutos recibí la contestación
_Joder ya me había dormido, como jodes con tus idioteces_
Nos reímos con mi esposa
_Encima se enoja, es increíble_ dijo ella
Otro mensaje del chaval.
_Que buena que está la cabrona_
Y luego otro
_Voy a vuestra habitación_ me escribió
_Mira que está dormida_ le puse
_Voy igual_ contestó
_ ¿Qué hacemos?_ dijo mi esposa
_Finge que estás dormida_ la cubrí con las sábanas y bajé un poco más la luz
La figura rechoncha de Aitor se recortó a contraluz sobre la puerta.