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 3.209 Lectores conectados [ Comunidad de Cams +18 ]  23.935 Autores | 139.911 Relatos eróticos 
Fecha: 07-Abr-23 « Anterior | Siguiente » en Sexo con maduras

Rosa, la viuda

Nexusman
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Rosa recibe un duro golpe al enviudar. Pero intenta sobreponerse. Version para imprimir

El día había sido largo, su difunto marido había sido enterrado en su ciudad natal tras una enfermedad que había durado tres meses y cinco días con dos horas y veintisiete minutos. A sus 56 años Fulgencio Céspedes Rosales dejaba viuda de 46 años y dos gemelos de 23. Rosa su viuda había recibido las condolencias de toda la empresa de la cual su marido era socio mayoritario junto con dos hermanos suyos. Fue emotivo el funeral en el mismo cementerio. Fulgencio ya podía descansar en paz. Sus hijos habían querido acompañarla otra vez a su chalet , el cual estaba situado a 90kms de la localidad. Rosa haciendo acopio de valor y dignidad les dijo que había que ser fuertes y que su padre hubiera querido que fueran directamente a la universidad -que les caía en dirección contraria- a terminar los exámenes cruciales para su futuro que tenían en breve espacio de tiempo. Que ella Rosa Quintana, tenía su amiga y ayudante que estaría con ella esa noche y conduciría el coche. Que no se preocuparan por ella. Todo era triste y desolador en el ambiente. Condolencias. Todo el mundo decia que se había ido una gran persona. Los ancianos padres junto con sus hermanos estaban desolados.

La vida continuaba y Rosa junto a Pilar iban en el Audi de regreso a casa. Rosa hizo una llamada telefónica al hotel Cubiles del Morrazo y confirmó sus dos reservas del día anterior.

-Sé como te sientes -dijo Pilar. No te ves con fuerzas de llegar a casa y ver todos esos recuerdos.

-Sí, sera duro, supongo que has traído la maleta que te dije.

-Sí, claro. No irás de negro mañana cuando salgamos del hotel. Sé que estás cansada y ahora estos kilómetros. Mejor descansar. Es un desvió de 30kms, conozco el lugar.

-Soy consciente que tienes parte de negocio allí, ya lo hemos hablado -dijo tajante Rosa.

-Te veo muy tensa tienes que tranquilizarte -al mismo tiempo que le ponía una mano en la rodilla a modo de aprecio- si quieres algo no dudes en decírmelo.

-¡Quiero un buen rabo y que sea esta noche misma!

-Pues no es mala idea un buen chute de polla no te vendrá nada mal. En el local que tengo acciones hay un tío que es dinamita. Aunque en miércoles no está concurrido, solo barra de bar. Los Stripers son los findes, pero haré una llamada nada más lleguemos.

A las 21:19 estaban a las puertas del hotel. Les recibió un recepcionista. Rosa extendió las reservas hechas junto con su documentación.

- Buenas noches, señoras. Han tenido buen viaje ¿ A usted. la conozco? ¿Cómo está señora? -preguntó de forma amable mirando a Pilar.

- ¿Nos da las llaves? -dijo tajante Pilar.

- Aquí tienen las señoras, 405 y 406. Va con targeta tienen que...-Rosa le dio la espalda sin dejar terminar de hablar y tajante dijo que le subieran la maleta.

- Yo la llevo no se preocupe y gracias. La señora lleva un mal día -dijo mirándola ya en la puerta del ascensor.

Nada más entrar en la habitación se quitó los zapatos y del minibar cogió un botellín de Vodka, el cual bebió de un trago.

- Bueno, me ducho y después vamos a ver esa dinamita de tío.

- Si, ahora hago las gestiones. Haré unas cuantas llamadas.

Rosa y Pilar eran amigas íntimas desde la infancia. Tenían la misma edad. Rosa no había dudado en ayudarla en sus principios - a raíz de haberse casado con Fulgencio- económicamente. Tenía participaciones en negocios de ocio. Iban al gimnasio juntas, de compras. Eran la una para la otra. Igual que la mierda al culo. Aunque Pilar siempre había tenido un tono servicial y condescendiente con Rosa. Ni tenía el cuerpo de Rosa, pero a sus 46 años resultaba interesante: soltera, de cuerpo atractivo, pequeño, macizo, compacto, firme, muy delgada, culo pequeño y poco pecho. Aún conservaba esa cara ovalada con media melena tenida de rubio.

Llamó al encargado del local y este le informo que entre semana apenas había movimiento y este miércoles tenían cerrado que incluso entre semana algún stripper del elenco trabajaba tras la barra si no tenían algún bolo. Pilar preguntó el número de Osvaldo, sabía que vivía por la zona. Un stripper exótico con piel de marfil, llevaba un año con ellos y triunfaba. Pilar sabía en primera persona de sus excelencias. Era un chico de 27 años, mulato, físico atlético, alto y fornido, cara de niño exótico.

Lo llamó. A pesar de estar guardando a sus hijos vendría. Llamaría a su suegra ya que su mujer tenía guardia en el hospital de la comarca - limpieza en las salas de urgencias- y el pequeño era un bebé el cual ben esos momentos le daba el biberón. Había traído la familia hacia dos meses. No tardaría en ir. Abriría el local. Entendía que era un caso excepcional y el estaba encantado.

Rosa se duchó y cambió. Era una mujer de piernas largas, alta, un culazo bien torneado y unas considerables tetas que a pesar de su edad no habían caído mucho. Su físico era fuerte, iba al gimnasio. Era lo que se dice un cuerpo salvaje. Morena de larga melena de ojos negros y cara felina.

Para la ocasión se había puesto un traje ceñido que le marcaba cuerpo con transparencias que dejaban a la vista un sostén y tangazo de hilo. Era consciente que iba a polla asegurada, pero llevaba la provocación en la sangre cuando iba sola y lejos de su aburrida vida social.

Llegaron al local y ya les esperaba Osvaldo tras la barra. Imponente, mirada de cazador, cuerpo en posición de ataque y mirada lateral. Se le notaba cierto esfuerzo en la sonrisa. Más bien era una mueca.

- ¿Y para ti? -preguntó Rosa- no estoy para tríos hoy.

- Estoy menstruando.

Al llegar a la barra Rosa en un cambio de humor repentino silbó con fuerza dos veces mirando al chico, el cual fue dando la vuelta como un modelo que exhibiera un traje de noche. Osvaldo iba con un arnés de cuero negro en pecho y hombros sin ningún tipo de prenda por su parte alta. Sus pantalones eran elásticos negros con un recorte en círculo por su parte trasera enseñando un culo entangado.

- Qué van a tomar las señoras.

- Vodka -dijo Rosa estudiando el de arriba abajo el cuerpo de Osvaldo.

- Otro para mí dijo Pilar.

- Voy a sentarme -dijo Rosa mojándose los labios en el Vodka y mirando unos butacones grandes en el lateral de la barra en una especie de reservado al mimo tiempo que lanzaba una mirada retadora al chico bajando del taburete y caminando con balanceo de caderas.

- Se ha dejado el Vodka. Llévaselo, yo me quedo aquí, hazla gozar.

- ¿Quién es?

- Eso no te incumbe.

- Como quiera, la verdad es que pide polla a gritos. Sólo le falta un letrero que diga FÓLLAME -matizo Osvaldo.

Empezó a sonar "black in black" de los AC/DC. Osvaldo sacando pecho y a paso largo como si flotara se acercó a Rosa.

- Se había dejado su Vodka. ¿Desea algo más?

- Me gustaría ver tu potencial o si lo que veo solo es una fachada.

Como una máquina que hubiera estado en reposo y accionará el mecanismo de arranque Osvaldo empezó a contarse con movimientos envolventes y secos. Dio la espalda a Rosa para que viera bien ese perfecto culo masculino a apenas un metro de Rosa. Llevaba el ritmo de la música. Contorneaba las nalgas hacia amagos de tocarse la polla encima del pantalón y la miró a los ojos. Rosa abrió la piernas dejando su tanga visible. Osvaldo bajo la cremallera lateral de sus pantalones y en un gesto rápido se desizo de ellos quedando en un tanga de leopardo y se agarró sus testículos. Rosa apartó su tanga dejando ver su coño. Osvaldo desenganche su tanga y quedó en pelotas solo con els arnés. Era una polla depilada de buen tamaño sin ser descomunal. Estaba en proceso de empalme. Llevaba un piercing escrotal. Osvaldo hizo un giro estático corporal sobre el mismo. Rosa con dos dedos se abrió los labios vaginales dejando ver la profundidad de su coño. Osvaldo empezó giros pélvicos de frente a ella. Su polla parecían las aspas de un ventilador y tan cerca se puso que Rosa notaba el aire que expandia el movimiento.

Rosa estiro la cabeza como una cobra, con la mano izquierda atrapó el cipote, hizo una pausa mirando el glande. Entonces se la metió en la boca con pasión animal. La polla aumentó en la cavidsd bucal.

- Veo que sabes engrasar bien -dijo con ironía Osvaldo el cual empezó respirar profundamente.

Rosa le administraba una mamada profunda, con la otra mano le masajeaba los cojones que lo hacía ronronear. Miró como se la mamaba, salió de su boca. Se agachó. Tiró de su tanga y de sus medias. Empezó a besarle el interior de losmuslos. Chupo los dedos de sus pies al mismo tiempo que le metía en dedo en un coño viscoso.

- ¿No se quita la ropa?

- No, prefiero que apures, voy mojadisima -sl mismo tiempo que se sacaba los pechos.

Osvaldo se detuvo. Rosa abrió sus piernas y de su bolso sacó un preservativo. El cual Osvaldo sin dilación desprecintó y se lo puso a una mano, no sin antes regalarle un buen cunnilinguis.

- ¿Aquí mismo?

- ¡Mete rabo ya! -abriendo las piernas y se puso en el borde del butacón donde asomaba coño depilado.

Osvaldo de rodillas se exhibió en una tacada de bajada pélvica y subida en sondeo. Al ver la lubricación ya afianzó su posición y empezó un bombeo de iniciación.

En una acción rápida le sobó las tetas. No se le podía negar el apasionamiento a Osvaldo. Volvió a clavar con ritmo, de arriba abajo el estaba arrodillado.

Pilar los contemplaba desde la barra, no habían cerrado el reservado. Osvaldo gruñía rabioso:

- ¡¡Uoooooooooo!! ¡¡ohhhhhhhhhhrhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!

El tableteo de la follada se oía a pesar vde la

música.

- ¡¡Dame rabo cabronazo!! ¡¡No pares!!

Cada tres penetraciones Osvaldo hacia giros circulares con la polla a full. Pilar se levantó y fumó un cigarrillo en ua butaca del reservado. Podía ver como los cojones con ese piercing rebotaban en el culo de Rosa.

Empezó a oírse un chof, chof, chof y un largo:

- ¡¡Ohhhhhhhhhhrhhhhhhhhhhhhhh!! y empujó a Osvaldo para que se saliera.

- ¿ Pero que hace? Me iba a correr.

Rosa se levantó y acercó una mesa de cristal baja. Lo desencondonó, y bastaron pocos pajeos para que un churreton largo quedara sobre la mesa.

Ya en la barra con Pilar mientras Rosa estaba en el baño.

- ¡Vaya tía rara ha llevado!

- A tenor de tu escupitajo nadie diría que no te ha gustado.

Rosa volvió.

- ¡Vámonos ya! -dijo apresurada.

- Pe... pero -balbuceó Pilar.

- Toma Terminator por las molestias y le pusó un billete de 200€ con el cual había limpiado la lefada de Osvaldo de encima de la mesita- supongo que te cubrirá gastos.

Ya en el hotel pasaron por el bar a tomarse la última copa.

- No importaba te mostraras tan grosera.

- Tú siempre tan afectuosa ¿Dónde lo pillastes?

- En un viaje, Cubanistain.

- Entiendo que te lo tiraste.

- Si, me desmelené. Un sitio donde pasas desapercibida. Follamos en aerostático delante de todo el mundo. En volandas.

- ¡Joder ibas sin freno!

- El también estaba muy contento. La noche anterior nació su primer hijo. Es un currador nato. Ya tiene toda la familia aquí.

- ¿Cuántos tienes en plantilla?

- Los finde 3 o 4. Osvaldo es fijo.

- Los otros tú también...

- Sí, obviamente es un control de calidad.

A la mañana siguiente salieron del hotel, Pilar se ocupó de los gastos, por su parte Rosa ni tan siquiera levantó la vista hacia el personal de recepción.

Nada más llegar a su vivienda. No pasó ni una hora antes de que la prima de su difunto marido la visitara. Rodolfo ya le informó que la noche anterior ya se había presentado preguntando por ella. Se sentía en deuda con ellos; su hija, era la ahijada de su difunto marido. Llegó hasta tal extremo su marido, que llegó incluso llevarla a estudiar junto a sus hijos dándole alojamiento gratis. Era una chica muy aplicada -el primer año de Derecho lo sacó con sobresaliente- Rosa no estaba muy de acuerdo, la prima de su marido iba con de aires de grandeza, parecía una marquesa siendo una costurera y su marido un electricista según palabras textuales de Rosa en esos tiempos. Indignada se lo comentó a Pilar. La cual le dijo que en vists de que eran gente con deudas -la prima de su marido - podría conseguir en verano le podría conseguir un trabajo en un bar de copas, siempre siendo discretos y mediante terceros y con la ayuda de Rodolfo que después pasó a ser el asistente de mantenimiento su chalet ante el éxito para que la ahijada de su marido abandonara los estudios.

Rodolfo era encargado del local de ocio donde entró Nata ese verano, con casi 50 años era un experto en personal y no tardó en llegar el momento de dar alguna que otra sustancia estupefaciente a la chica. Pasando pronto a hacer turnos de noche y dándole alojamiento en un pequeño apartamento en el cual las noches que iba puesta no desaprovechó en tirársela -como bien dijo con ansia machorra a Pilar, la petaba a fondo y dejaba la lechada bien adentro-. Al final se la follaban a diario cualguier chulapo. Conclusión: la ahijada a final de verano había preñado. Como consecuencia y en vista de la edad de Rodolfo y por su buen hacer, Rosa lo puso en plantilla siendo uno de sus empleados de más confianza.

Llevaba al niño ya de tres anños, su hija Natalia estaba trabajando. Los habían ayudado económicamente ya que su marido había sufrido un infarto. Rosa se consideraba buena gente en el fondo. Eso habían sido menudencias de la vida. Le dijo que tenía un precioso niño y que la noche anterior no había tenido el suficiente coraje de llegar al chalé quedando en un hotel. Las dos lloraron y recordaron a Fulgencio.

- ¡Nunca olvidaremos lo que habéis hecho por nosotros, mi marido y mi hija madre soltera! -dijo mirando a Rosa y a Rodolfo que limpiaba la piscina.

- No hos reprochéis nada es la juventud. Tuvo una mala época -al mismo tiempo que miraba con complicidad orgullosa a Rodolfo, el cual hizo un amago de sonrisa- pero ya ha rehecho su vida.

- Si, pero pudiendo haber...

- Que más da ser abogada o cajera como es ahora si es feliz -senteció Rosa.

- Cierto es. No sé cómo podremos agradeceros...

- No se hable más - dijo Rosa condescendiente.

Se despidieron entre sollozos. Al irse Rosa dijo a Rodolfo.

- De cada dia este niño se parece más a ti.

Al cabo de tres días Rosa pensaba morirse al ver a sus suegros octogenarios. Nada más estuvieron en el chalet a pasar unos días para que Rosa no se sintiera sola llamó a Pilar.

- ¡Socorro! Tengo mis putos suegros, encima mi cuñado me ha llevado el papeleo de la empresa.

Rosa dejó a los suegros con la excusa que bajaba a la ciudad con Pilar en busca de vestuario adecuado para el duelo. Lo entendieron y quedaron junto a la asistenta y Rodolfo.

Ya en la carretera les pasaron moteros con Harley Davidson.

- Han pasado muchos años, pero aún me acuerdo -dijo Rosa.

- Unos 27 años. Nuestra primera enculada.

- Nos dieron tranca por un tubo -afirmó Rosa.

27 años atrás ellas estaban en la parada del bus, era el último día de universidad. Les quedaba el verano por delante. Habían suspendido más de la mitad de asignaturas pero lo que les importaba eran las vacaciones. Entonces pararon dos moteros con ambas Harley Davison . Ambos vestían de negro con chupas. En su espalda dos águilas bordadas.

- Tú eres. la hija de Anacleto Céspedes -dijo el de la barba blanca y canosa guiñandole un ojo a su compañero que llevaba perilla canosa.

- Sí ¿cómo lo sabe?- minutos antes las habían visto salír de un bar bastante alegres, llevaban falda corta ambas. Uno de ellos dijo " vaya pedazo de nenas" si "parecen carne de cañón" el otro respondió " si pero con más de 40 años no están a nuestro alcance" as lo que el otro contestó " la pequeñaja creo que es hija de ese imbécil de la fábrica, Anacleto ese. Vamos a probar si pican, van algo pasaditas".

- Curro con tu padre, somos una y carne si queréis os acercamos a casa -al mísmo tiempo que daba un acelerón y la Harley vomitaba

¡ brrrum, brrrum!

- Suena brutal - dijo Rosa

- Animaos chicas y os ahorráis el bus.

- ¿Dónde viven? - preguntó el de la perilla por lo bajo.

- ¡Y yo que sé! Tú tira de frente y nos desviamos a los cerros.

Ambas subieron y se desviaron de la carretera. Nada más bajar aparecieron dos moteros más. Las invitaron a unos canutos. Ellas estaban algo asustadas. No tardaron en ponerlas en pelota picada. Tras un sondeo visual los primeros moteros ya las pusieron a mamar. Los otros dos miraban y empezaron a pajearse. Rosa y Pilar no tardaron en ser tumbadas y gozadas en misionero. Fueron dos mete-sacas a calzón bajado hasta los tobillos y culos peludos. Lo hacían con nervio y ganas las bombeaban a toda hostia. Primero fue que bombeaba a Rosa, sus pistoneos se volvieron como descargas eléctricas acabando en toda su cara un pedazo de corrida. Siguió Pilar que fue una descarga interna.

Los otros dos ya cogían posiciones. Colocadas ambas en posiciones perrunas por dos cuarentones les fue estrenado el culo. Berrearon y gritaron como posesas. Tuvieron que emplear la lega de sus compañeros a modo de vaselina. Ambas fueron enculadas y a ambas les fue dejado el género dentro.

- Fue brutal. Como nos engañaron.

- Si -afirmó Rosa-.Nos trataron como a dos furcias. Incluso no sé si te acordarás que el que me enculó después sin sacarla se meó dentro.

Rosa quedó preñada a los 23 años de Fulgencio. El era 10 años mayor que ella y un ejemplo de como debería ser un hombre honrado de negocios. El cual conoció a través de prácticas de secretaria. A pesar de haber empezado sus estudios de Derecho, al cabo de tres años lo dejó sin haber completado las asignaturas del primer año. En cambio Pilar si se licenció en derecho, era inteligente, pero lo hizo a los 27 años tras repetir asignaturas una tras otra. Pero como ella decía " no hay fin que no justifique los medios".

Históricamente, el papel del coño está subordinado a la polla. Rosa se tiraba la hostia de tíos, estaban ahí para petarla, establecer en nombre de lo establecido y de los machos. Disfrutaba de su privilegiada posición de abrirse de piernas. Pero la vida siguió su curso y con Fulgencio folló sin protección. Seguía siendo la misma puta pero complacía al valor seguro. Su coño estaba en movimiento constante, pero paró una temporada para regalarle a Fulgencio esa cueva, una gruta explorada para dejar la simiente. Era una alusión al estatus vaginal que Rosa atribuía a su persona, como lo es el lugar reservado a las putas a la iconografía personal.

Entre otras en la universidad era follada y influyente por su físico a tirarse quien le diera la gana. Había expuesto su coño en la que entonces se había convertido en una exposición legendaria. Cansados sus padres de pagarle los estudios fue rumbo a otras latitudes. Estuvo 4 años sin ver a Pilar. Pero retomaron su amistad cuando se sintió segura con su marido. La ubicación era importante se había trasladado a miles de kilómetros. Pilar acepto las ventajas monetarias que le ofrecía Fulgencio mediante filigranas verbales de Rosa. Le había dicho que Pilar iba para monja. Era una amiga de toda la vida. Obvió como se supone que también se la había tirado media universidad - incluyendo profesores, el sereno y algún jardinero -. Pronto volvieron a tener ese lazo entrañable que conlleva la amistad.

Parió gemelos, Pilar se pudo establecer por su cuenta. Si hizo lo que hizo con la ahijada de su marido era por amor maternal. El preñamiento de la ahijada de su marido era premeditado, sí- incluso Pilar le llevó imágenes grabadas como Rodolfo se la cepillaba. Lo hacía con energía, seguridad, chulería; era eléctrico como una radiación molecular en sus corridas, la ensartaba hasta el fondo-. Natalia,-la ahijada de su marido - el día que vino a verla para informarle de su embarazo Rosa le dijo puta, puta, puta, puta, puta, puta, puta, puta, puta y más que puta. " Tú madre y tú padrino se esfuerzan para darte una vida mejor y tú te comportas como una puta, puta, puta, puta, puta, puta, puta, puta, puta y más que puta.

   Obviamentela familia se lleva en la sangre y la ayudaron económicamente. En el fondo Rosa se sentía altruista, familiar y buena persona. 

   Rosa aún se acordaba cuatro meses atrás, eldía que le informaron que su marido padecía una enfermedad incurable. Pasó a buscarla Pilar. Ya era de noche. Salieron del centro.

   - No te derrumbes ahora, Rosa. 

   - El llevaba todos los negocios, me siento sola, no puedo más, los hijos en la universidad. ¿Qué propones?

   - Tú tienes una familia y lo superarás yo no tengo a nadie. Me preguntas ¿que propongo? bueno, es algo tarde, pero paramos tomamos una copa y nos tiramos los primeros tíos que encontremos. 

   Rosa se miró su vestido veraniego y Pilar también.

   - Los vestidos servirán. Sabes de algún sitio.

   - Claro que si, Rosa. Sé de un local de copas y música de mala muerte saliendo por la M20. 

  Era un tugurio, una especie de pub en el primer pueblo tras salir del hospital. Había jóvenes y algo de ambiente. El bar era cutre, tenían música de reggaeton. Bailaron hasta que casi no se tenían en pie entre tequila y tequila. No tardaron en aparecer los típicos chulos de bareto. Vaqueros, camiseta de propaganda, deportivas y llenos de tatuajes. Pronto congeniaron, bebieron más tequilas. Los chicos dijeron que formaban parte de un cuadrilla de operarios de carretera. Uno conducía una pala y el otro el cilindro asfáltico. No eran de la zona. 

  Rosa y Pilar decidieron correr ese riesgo.

  - Dicen que tienen un cuarto propio, duermen en esa pequeña nave justo aquí al lado, pequeño pero funcional -dijo Pilar.

  - Bueno, su nivel mental no es muy bueno, pero son dos rabos -dijo Rosa mirándose en el espejo sucio del baño.

  Al salír del apestoso baño.

  - ¡Ya era hora que salieran las viejunas! -dijo una.

  - ¿Han venido a buscar a sus niñitos.

 Los dos chicos ambos tenían 23 años. Uno de ellos llevaba coleta, un escorpión tatuado en el cuello. Era fornido de mediana estatura. El otro iba rapado, tatoos en lo brazos y antebrazos. Piercing nasal, pendientes. Camiseta desmangada y vagueros. Alto y delgado. 

 -Vaya dos maduracas, escorpión. Van de rabo.

 -Si, pero son buenas potrancas.

 -Seguro que tienen el coño de la magnitud de una cueva -dijo sin más ni menos el camarero tras la barra.

 -Hombre, a esas edades son tan grandes como entradas de cocheras. Has visto la más alta se ha quitado el anillo y le queda la marca -dijo escorpión- ¿las conocés preguntó escorpión al camarero?

 - La pequeñaja ha venido dos veces en medio año, la primera vez la rabeó Claudio, la otra Rafa. Suele venir a escape y follar con el primero que encuentra. Rafa cuando se duchaba tras petarla miró su bolso y documentos. No es de por aquí. La jaca tiene 46 años, y Rafa dijo que suele pasarse cuándo viene del hospital La cruz de Sangre. Le dijo que visitaba el marido de una amiga. Más allá de eso... vive por la ciudad.

 - ¡¿No jodas?!

 - Si, la primera vez vino tarde casi cerrábamos. No os lo creereis pidió una copa a Claudio. Cuando vio que apuraba para cerrar puso su tanga encima de la barra.

 - ¡ Hostiaputa consagrada! ¡¿Y?!

 - A la media hora ya tuvo el rabo de Claudio metido. 

 - ¿Dónde la petaron?

 - Claudio en el aparcamiento en la parte que colinda con el parque. Rafa se la calzó en su apartamento. Boca, coño y la finiquito en enculada según sus propias palabras.

 - ¿Con Claudio también?

 - No, Claudio tenía que pasar a buscar a su hija pequeña de la casa de su suegra su mujer tenía guardia nocturna en el geriátrico que trabaja. Le metió fierro, descargó y si te he visto no me acuerdo. 

 -¿ Postura?

 -Apoyada en la pared por la trasera, descargó sobre su culo. Antes que ella se colocara bien el vestido el ya iba en el coche.

   Salieron los cuatro. Dieron la vuelta al local, ellos querían pasear la gloria como los toreros lo hacen en el ruedo. Solo fue salír del local y oír comentarios, cómo " ¿habéis venido con vuestras madres?" o "gallina vieja hace buen caldo" "no importa uséi des condon, ya son menopáusicas " incluso en clara alusión a Pilar"vaya pedazo de puta la canija, su puta madre siempre que viene busca polla", otras chicas gritaban"¡Putas rameras hijaseputa!". Cuando ya dieron la espalda a la gente uno de ellos levantó la mano tras su espalda -para que Rosa y Pilar no lo vieran- y hizo la V con los dedos vacilando a la peña. Los dos iban listos a lanzarse sobre ellas, la suerte estaba echada. 

   Entraron en una planta baja, una pequeña cochera reconvertida en habitación y un baño. Dos camas. Cenicero lleno de colillas, latas, condones usados debajo de las camas, las cuales estaban sin hacer. No tardaron en despelotarse, Rosa con el rapado alto, Pilar com el de la coleta. Una vez desnudo Rosa vio como el chico en las ingles llevaba dos alas. Tenía un considerable cipote. Más que el de Pilar. 

   Las dos se pusieron en mamada, Rosa al mismo tiempo le aplicaba un masaje escrotal. Rosa hacía temblar y gritar de placer al chico era una mamada flipante. 

   - ¡Sí, sí, sí, sí,si! ¡No pares por favor! ¡Ohhhhhhhhh!

   Pilar al ver que Rosa ponía las pilas al chico ella hizo lo correspondiente mediante una succión testicular que hizo berrear al chico. 

   Rosa fue tumbada, y le comió el coño. 

   Pilar fue tumbada, y le comió el coño.

   El chico de la coleta abrió el cajón de la mesita de noche y vio que el paquete de condones estaba vacío. El otro se levantó.

   - No me digas que no...

   - Perras viejas no preñan - le dijo el alto por lo bajo.

   Posicionaron a Pilar en posición perruna y Rosa un patitas en hombros. Buscaron el equilibrio y metieron rabo. La actividad motriz a Rosa empezó con bombeos acelerados. 

   A Pilar la ametrallaban a rabazos, el chico estaba en shock, su rostro encendido, enloquecido, se desintegraba con ruidos demenciales:

   - ¡Ohhhhhhhhh! ¡Toma rabo! ¡Puta!

  Por otro lado su compañero gestionaba mejor la follada en patitas en hombros. Aceleraciones, paradas, giros estáticos elásticos. Sabía lo que se hacía. Rosa gemía, ronroneaba, gozaba.

  El otro se levantó de repente. Sudaba de emoción. Abrió el cajón de la mesita y sacó un tubo de vaselina. Desconcertada Pilar se ladeó, pero nada más llegar dando bufidos el chico volvió a colocarla e cuatro comiéndole el culo. Repasó el conducto anal a lametazos. Lo untó de vaselina, así como su polla. Dió unos cuantos guantazos a las nalgas de Pilar, se las abrió con ambas manos y entró a matar. Pilar recibió con toda de flujo máximo la polla, se embalo con tanta fuerza que Pilar daba en la pared.

  El chico que petaba a Rosa pato al ver su compañero. Se levantó y cogió la vaselina del suelo y dijo:

  - ¡Hoy es el día del culo!

  Aplicó una buena porción al culo de Rosa. Le puso una almohada bajo las nalgas y en patitas en hombros también entró por la retaguardia.

  Mientras tanto Pilar era atacada con todo el material cipotal y gritando:

  -¡Iaaas! ¡so yegua! ¡Toma rabaco!

 En el habitáculo resonaba el eco de los tableteos de las tacadas. El chico de Pilar fue el primero en dar alaridos de precorrida. Al mísmo tiempo daba bofetadas sonoras a las nalgas de Pilar. Un alarido estremecedor salió de su garganta. Empezó a correrse con espasmos eléctricos. Lo hizo adentro. Pilar también había mojado.

 Rosa también era enculada con precisión de reloj suizo, con ritmo y bombeos sostenidos a polla entera. Pilar los miro rendida en la cama y se dijo ese chico sabe lo que se hace. Entonces salió de su culo y descargó una abundante lechada en los pechos y cara de Rosa.

   Los chicos fueron a mear sin cerrar la puerta uno detrás de otro mientras ellas se vestían. Eran meadas abundantes con salpicados sobre la taza de váter. Rosa con un rollo de papel higiénico se limpiaba el lechazo de la cara y tetas. Ese baño no invitaba a ducharse.El del tatoo en el cuello salió desnudo medio empalmado las miró.

   - ¡¿Os ha gustado?! -al mismo tiempo se meneaba la polla.

   - No ha sido nada del otro mundo... que digamos - dijo Pilar en tono despectivo.

   - ¡¿Has oído eso?! -preguntó mirando a su compañero.

   - Ja,ja,ja, ja si han mojado y nos han regalado el culo las muy putas - contestó el otro.

   - Y no solo cagáis con ese culo -dijo el del escorpión.

   - Gallinas viejas hacen buen caldo dijo el otro mientras ellas se marchaban.

  Una vez afuera

  - Menudos hijos'eputa - dijo Rosa.

  - Sí, pero al menos sabían follar - contestó Pilar.

  Tuvieron que pasar por delante del antro para ir al vehículo del parking. Se oyeron " ¡Mirad dos hienas hemras!"o "¡¿polvo echado, visita acabada?! Putas viejunas." "¡Desde aquí oléis a macho! Putas" -dijo una joven.

   Ese Viernes dieciséis de mayo Rosa y Pilar fueron folladas y enculadas. Pilar dejó sobre el asiento una mancha proveniente de la corrida anal.

  EPILOGO

  En la procesión de semana santa Rosa acudió al pueblo donde estaba enterrado su marido. Fue un acto de humildad y entrega. Hasta el punto que sus cuñados y cuñadas se desicieron en elogios por su voluntad y dominio de la situación que había pasado.

  

  

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