Hace tiempo, un siete de septiembre quedé con una ex y una amiga suya para cenar, me querían invitar por haberlas ayudado con un problema que surgió durante sus vacaciones de verano. Mi ex, la vamos a llamar Toñi, es una mujer despampanante, una morena muy atractiva, inteligente, un cuerpazo, bellísima y su amiga, Nines, que no se quedaba atrás, rubia, pero se la veía como a una mosquita muerta. Nines estaba casada con Pepe, que llevaba enfermo bastante tiempo y que según me había contado en su día Toñi, había manifestado que como él no podía tener relaciones con ella, que se buscara un amigo pero que no contara nada al respecto.
Sigo en el día siete, fui a buscar a Toñi a su casa, dejé el coche aparcado en la plaza de garaje que ella tenía, los que sean de Valladolid, saben lo difícil que es aparcar en fiestas por el centro. Ella iba con unos zapatos con un tacón fino, un vestido gris ajustado, con pedrería, y los complementos que ella solía llevar, el pelo recogido atrás en una coleta alta. Había quedado con Nines en la plaza Mayor, cuando la vimos con una faldita y debajo unos legins negros, zapatos con cuña, y un top con escote palabra de honor, maquillada lo justo, preciosa.
Tras los besos de rigor, nos dirigimos por la hora a la Criolla, íbamos a cenar en la terraza, ellas se sentaron juntas, Toñi frente a mí y a su derecha Nines, y esta a su derecha tenía la pared de la fachada del establecimiento. Disfrutamos de una cena amena y divertida, lanzándonos Toñi y yo indirectas porque aunque ya no éramos pareja nos veíamos de vez en cuando y en alguna ocasión terminábamos en la cama. Nos bebimos entre los tres dos botellas del tinto de la tierra, Ribera del Duero. En los cafés Toñi se fue al baño y su amiga la acompañó, momento que aproveché para pedirme un licor de orujo blanco.
Al llegar las chicas, estuvieron tonteando con la mini frasca que nos habían dejado de orujo, solo con olerlo ya estaban mareadas, jaja. Total, que pagaron la cena y dije que las invitaba a tomar las copas. Quien conozca esta ciudad sabe que muy cerca de este establecimiento hay bares de copas. Nos fuimos a la Comedia, donde Nines pidió agua y Toñi Baileys con hielo, aproveché para pedir ron con hielo.
El bar estaba hasta arriba, por lo que estábamos como sardinas en lata, las chicas se fueron al baño y al regresar Toñi venía con un rubor especial en sus mejillas y los ojos con esa lujuria que solo ella tiene y me la pone dura y su amiga roja como un tomate, he de aclarar que Nines tenía la piel muy blanca.
Las pregunté que si todo estaba bien, a lo que Toñi me dijo al oído.
—Muy bien, me he quitado el tanga con esta delante y lo he guardado en el bolso.
—Joder, ya me tienes muy caliente, al final para nada, ¿verdad?
—Estoy muy caliente esta noche, podemos rememorar momentos, ¿qué te parece?
—Prefiero jugar a algo nuevo, ya sabes…
—Venga dime en qué estás pensando.
La cogí de la cintura y la susurré al oído. —Dala un pico a Nines en la boca, y si acepta la comes la boca.
Me miró con un brillo en los ojos espectacular y lo hizo sin más.
Se dieron un beso en los labios de unos segundos.
—Toñi, ¿qué haces? Preguntó Nines.
—Jugar un poco, solo eso.
A Toñi, la mezcla de alcohol no la estaba sentando bien, y regresó al baño ella sola. En ese momento Nines me dijo que no sabía que había podido pasar por la cabeza de su amiga, que eso podía haber sucedido en vacaciones porque habían vivido momentos muy cercanos pero que no había pasado nada. En ese momento la dije:
—¿Te gustaría hacer el amor con tu amiga?
—No lo sé. Respondió con la cara roja.
—Mira dependiendo como salga del baño nos iremos a otro sitio a tomar algo y bailar o nos recogemos para casa.
En ese instante llegó Toñi, se había mojado la cara y el cuello, no la había sentado bien la mezcla y dijo que lo suyo sería ir replegando velas. Me dijo que llevase a su amiga con el coche a su casa y ella se iría a dormir.
—Cielo, así no puedo conducir, vino, chupitos…
—Bueno, como veáis si quieres subes a casa, te tomas un café, y si quiere Nines nos podemos quedar charlando es pronto aún, solo son las dos.
—Parejita, no quiero molestar, me vuelvo dando un paseo y se me pasa un poco el mareo que tengo del vino de la cena.
—Es pronto, quédate un poco. Dijo Toñi.
Llegamos al final los tres a la casa, que estaba muy cerca, Toñi se fue al baño de su habitación, Nines se fue al salón y un servidor se fue a la cocina a preparar café.
Regresé al salón y allí estaba Nines sentada en el sofá sin el top y quitándose el sujetador.
—Nines, ¿qué haces?
—Tengo mucho calor, deja que me quite algo de ropa.
—Como te vea tu amiga, se va a liar, sabes que es muy celosa.
Salí por la puerta, y me fui al dormitorio de Toñi, estaba medio dormida en la cama, la fui a arropar y me agarró por el cuello, comiéndome la boca.
—Estoy muy excitada, llevo casi toda la noche sin el tanga y la he comido la boca a mi amiga.
—Tranquila que tu amiga está en el salón esperando que vayamos.
—Ve a ver como está, y si eso coge un taxi y llévala a casa.
En lo que voy al salón, paso por la cocina para quitar el café, y cuando llego al salón la chica estaba medio dormida, se había quedado con el top y la minifada, se había quitado también los legins, las bragas y los zapatos.
Vuelvo al dormitorio y se lo comento a Toñi, me da unas sábanas para que arrope a su amiga.
Vaya marrón, pensé para mí.
La muevo del sofá a un sillón para poner las sábanas y en esto me salta:
—¿Qué haces?
—Poner unas sábanas para que puedas dormir.
—Si voy a dormir un rato se me va arrugar la ropa.
—Cuando me vaya puedes hacer lo que quieras.
Regresé al dormitorio, dejamos la puerta abierta (nunca cerró bien desde que la conocí), Toñi estaba muy caliente y nos empezamos a besar y acariciar, lo hicimos todo con mucha calma, intenso y lleno de sentimiento, yo estaba muy excitado de toda la noche y la polla me iba a reventar la tenía súper dura, y con el grosor que a Toñi la causaba cierto dolor placentero. En esas estábamos follando, a la par que la decía, lo putita que se había vuelto, y ella me respondía que la culpa era mía que antes de conocerme no era así, de repente que escuchamos
—Qué bonito es ver como hacéis el amor.
Sorprendidos, nos giramos y allí estaba Nines envuelta en una sábana.
—¿Por qué no la dices que se siente en la cama y la comes la boca?. La dije a Toñi al oído, mi calentura nublaba mi razocinio.
En ese instante salí del coñito de Toñi, y esta la indicó que se acercase a la cama.
Como a cámara lenta Nines tomó asiento cerca de su amiga, quien la acarició la cara y la fue dando pequeños besos por la cara y los labios, hasta que abrió la boca y empezaron las lenguas a recorrer sus bocas. Esto se me ha quedado grabado en la mente, fue muy excitante ese momento, ver como se acariciaban y como Toñi la iba quitando la sábana, seguían besándose hasta que Toñi se puso en cuatro.
—Cielo, métemela por favor.
No tarde nada en ponerme detrás y apuntar mi polla hacia su coñito.
—Cariño, sigue besándome por favor. Dijo a su amiga quien además la acariciaba la cara.
Nines no hacía más que decir que qué bonito era lo que estábamos viviendo, que lo podían haber vivido ellas juntas estando de vacaciones.
Tras estar bombeando el coñito de Toñi durante un rato, la agarré del pelo y llevé su cabeza hacia mí y la susurré —Cómela el coñito, quiero verlo.
En ese instante agachó la cabeza, con sus manos separó las piernas de su amiga.
—¿Qué vas a hacer? Preguntó Nines.
—Voy a probarte, y quiero que sepas que es la primera que hago esto, y es por Tito.
Empezó a acariciar el pubis de su amiga, lo llevaba arreglado con muy poco vello. Y tras un momento, acercó su boca y con pequeños lengüetazos comenzó a comer aquel coño, que llevaba al parecer bastante tiempo sin sexo.
Fue una experiencia brutal, aquello que muchos hombres hemos imaginado lo estaba viviendo en primera persona.
Salí del coñito de Toñi, y me dediqué a observar como aquellas hembras perdían la vergüenza y sin ningún miedo se daban placer de una manera tierna y amorosa. Toñi empezó a penetrar el coño de su amiga con dos dedos y al poco tiempo con los flujos que sacaba empezó a jugar con el orificio del culo.
—¿Qué haces? Por ahí nunca he…
—Calla cielo, has de probarlo, cuando conocí a Tito pensé que era frígida, tantos años de relaciones y me costaba correrme. Recuerdas que cuando hablabais de sexo me sentía incómoda porque no había hecho casi nada. Fue conocer a este cabrón y me inició en el sexo oral, anal, dominación… ahora lo disfruto a lo bestia.
—Ah, ah, ah, me duele un poco.
—Tranquila cariño, es solo al principio, relaja, relaja, que vas a volver a casa con Pepe muy bien follada.
—¡Qué vergüenza me da esto!
—Tranquila cariño, si quieres un día voy a vuestra casa y mientras tomamos café los tres le suelto a tu marido que tiene unos cuernos grandes, hermosos y robustos.
—¿Estás loca? Pepe me da permiso pero prefiere no saberlo.
—¿Y si le digo que ha sido conmigo, las dos solas? Luego nos podríamos besar delante de él y ponerlo cardiaco. Aunque lo mismo le da un infarto con lo malito que está. Cariño, ya te entran dos dedos en el culito.
Así estuvieron bastante rato, hasta que Nines se corrió y quedó desfallecida.
En ese momento, me acerqué de nuevo a Toñi, la puse boca arriba y empecé a comerla la boca, acariciar su coñito, que estaba chorreando.
—Métemela, por favor.
—¿Cómo te encuentras?
—Está siendo una noche estupenda, mira que me habías dicho que mi amiga se quería acostar conmigo y que lo de modosita era una fachada.
—¿Y bien?
—Es una zorra, lo tenías claro.
Mientras con una suave cadencia la seguía penetrando, hacíamos el amor frente a su amiga allí adormilada.
En poco tiempo, sus gemidos empezaron a ser más frecuentes, a la vez que su intensidad y volumen anunciaban que se acercaba un orgasmo brutal.
—Aaaaaaaaahhhhhhhh, me corroooooooooooo, mira como me corrooooooooo
—Eso es, suéltalo todo, vacíate para mí.
Nos besamos con una violencia propia del momento, y empecé a correrme en su interior.
—Siiiiii, dentro, dámelo dentro, asíiiiiiiiiii.
—Me estás dejando seco.
—Vaya corrida, siento como te vacías dentro de mí, me estás llenando como nunca.
Ahí dejé toda mi corrida, lo que salía de su coñito, Toñi lo cogía con los dedos y se lo llevaba a la boca para saborearlo.
—Uhmmm, qué rico está, y pensar que cuando lo hice por primera vez me resultó algo desagradable…
—Eres una diosa cielo.
—Espera un momento. Dijo mientras se incorporaba y se sentaba en la cabeza de Nines, dejando su coñito a la altura de la boca.—Cariño, abre la boca, quiero que pruebes mi corrida. La dijo mientras con sus dedos separaba los labios de su amiga y dejaba caer la unión de nuestros flujos que salían de su coñito y caían en la boca de Nines.
Continuará….