De forma tímida la punta de la lengua de Nines empezaba a lamer el jugoso coñito de Toñi, quien al recibir ese primer contacto, la sorpresa hizo que abriese los ojos y gimiera.

—Ohhh, cariño, qué delicia, sigue por favor.

Eso alentó a la rubia a tomar confianza y a soltarse, con sus manos abrió más el coñito de Toñi y su lengua ahora salía todo lo que podía para beber aquellos jugos que salían de la morena. Ver eso me puso cardiaco.

—Cielo, ¿por qué no haces un sesenta y nueve con tu amiga? Sugerí a mi ex loco de lujuria y morbo.

Ahí fue cuando Toñi separó las piernas de su amiga, se inclinó y antes de hundir su cabeza en el pubis de Nines, me miró y sonrió.

—Me vas a deber una muy grande por esto.

—Cielo, te lo sugiero por ti, yo me limito a mirar a no ser que quieras coger mi polla y metérsela a tu amiga.

—Ni de coña va a probar mi amiga tu polla, esa polla es mía.

—Qué egoísta eres, pero si así lo quieres, en esto solo te compartimos a ti.

Se había olvidado de mí, empezó a comer el coño a su amiga, que tenía unos pocos pelos rubios, ambas gemían y metían sus dedos a la otra. En el caso de Nines su boca brillaba de los flujos que estaba bebiendo.

Pasado un rato de ver ese maravilloso espectáculo se corrieron, Toñi, se levantó y se puso a comer la boca de su amiga mientras la pellizcaba los pezones.

—Sabes a mí y al semen de Tito. Dijo mi ex con una sonrisa a su amiga.

—Es la primera vez que hago esto. Expresó Nines ruborizada y muy excitada.

—También es mi primera vez con una mujer, me ha gustado mucho Nines. Toñi besaba a su amiga por el cuello.

—Me refería a todo, a estar con una mujer y a probar lo otro. La rubia no se atrevía a decir que era la primera vez que probaba semen.

—¿Y qué te ha parecido? Desde que lo hice por primera vez con Tito, porque lo consideraba una guarrada, siempre que lo hacíamos procuraba dejarle seco.

—Bueno, imagino que vuestra vida íntima habrá sido intensa.

—Tito venía a mi casa a dormir a los tres meses de empezar a salir, a los cinco meses probé su leche y a los seis me folló el culo por primera vez, desde entonces he intentado que por la noche se corriera en mi boca, de madrugada en mi coñito y antes de levantarnos en mi culito. Dijo Toñi orgullosa de la vida sexual que tuvimos.

—¿En serio? ¡Vaya semental!

—No es así. Interrumpí yo.—No eran todos los días pero casi, estaba excitado casi todo el día, y aprovechábamos. Jajaja.

—Claro, era cuando todo el mundo te decíamos lo radiante que estabas, siempre has sido guapísima y muy atractiva, pero esos tres años, todos los hombres y muchas mujeres se acercaban a ti buscándote. Nines hilo un recuerdo con la conversación que manteníamos.

—Tito es un follador nato, pero no solo es como te folla, la manera de empotrarte, además tiene una forma de hacer el amor muy tierna y salvaje a la vez. Dijo Toñi, acercándose a mí para darme un morreo sucio, lascivo.

—¿Cariño, me puedo duchar en tu baño? Se hace tarde, quiero lavarme antes de ir a casa. Preguntó Nines.

—Claro, tienes una toalla limpia arriba en el armario. Respondió mi ex, mientras nos acariciábamos y comíamos la boca.

Nines se fue al baño, yo estuve bombeando un poco el coñito de mi ex, que ya no podía más.

—Tito, para ya por favor, no puedo más. Además ve a lavarte al otro baño para llevarla a casa en el coche. Me dijo Toñi.

—¿No puede coger un taxi? Seguro que a la vuelta en la parada habrá más de uno.

—Me quedaría más tranquila, así a la vuelta pasa por tu casa y tráete ropa para mañana, las llaves de casa están en la entrada.

Resignado me fui a lavar al otro baño, me vestí, entré en el dormitorio y Toñi estaba dormida, en ese instante salía Nines envuelta en una toalla y se dirigía al salón a vestirse.

Fui a por las llaves y me quedé en la entrada de la casa, al lado de la puerta del salón, esperando que Nines se vistiera, en eso que asomó la cabeza y me dijo que pasara.

—Total, ya me has visto desnuda.

—Ya mujer, pero lo mismo te sientes incómoda.

—Anda, no seas bobo.

Se vistió rápido con el top, la minifalda y se calzó. El resto de la ropa la dobló y la metió en el bolso. Me sorprendió la verdad.

Salimos de la vivienda, y bajando en el ascensor había tensión. Me miró y me dio las gracias por lo vivido esa noche.

—Ha sido cosa de los tres, así que también te lo agradezco. Aunque ha sido una pena… Dejé la frase en el aire.

—¿Una pena el qué? Preguntó ella sabiendo por donde iba.

—Que solo haya disfrutado de forma plena Toñi el trio.

—Sí, es cierto, me hubiese gustado haberte probado de más maneras. Dijo sonriendo.

—Vamos a parar que me pongo otra vez malo, y hasta que vuelva aquí todavía me queda un rato.

—Tienes veinte minutos en total, no te voy a entretener. Soltó cortante.

—He de ir después a mi casa a por ropa y unas cosas.

—No sabía, ¿y eso?

—Mañana saldremos a dar una vuelta a mediodía y así aprovechamos la mañana en la cama juntos.

—¡Qué pillín!

Llegamos al garaje, subimos al coche y puse dirección a su casa.

No tardamos mucho, a las cinco de la mañana por donde fuimos no había gente y donde vivían Nines y Pepe no era una de marcha.

—Bueno, ya hemos llegado. Sana y salva, no tendrás queja.

—No, la verdad que no. Muchas gracias Tito.

Al despedirnos dentro del coche con un abrazo, nos dimos un pico. Después otro más largo, al final nos comíamos la boca con calma pero de forma apasionada.

—Quiero ser más puta hoy. Dijo Nines en un tono muy morboso.

—¿Qué quieres hacer?

—Os he puesto los cuernos a mi marido y a ti, porque para mí sigues siendo la pareja de mi amiga.

—Has oído a tu amiga como dices que mi polla es suya, que no la puedes disfrutar.

—Seamos malos, yo más zorra que tu ella y tu un verdadero cabrón.

—No me tientes que soy débil.

—Tira para tu casa y allí hablamos.

Me fue sobando durante el trayecto la polla y yo la fui metiendo los dedos en el coñito por debajo de la minifalda. No tardamos nada en llegar. Subimos en el ascensor, y allí la metí tres dedos en el coño mientras la comía la boca.

—Aaaaaahhh, sigue, sigue.

—Shsssss, tranquila no montes un escándalo que todavía salen los vecinos.

Entramos en mi casa y allí en el salón nos desnudamos, recorrimos nuestros cuerpos, me senté desnudo en el sofá y ella sobre mí a horcajadas cogió mi polla y la colocó a la entrada de su coño, yo estaba comiendo sus pechos de forma voraz, estoy seguro que la dejé más de una marca.

Cuando sentí la humedad de su coño paré y la dije que esperase que me ponía un preservativo.

—No, nada de preservativos, todos estamos sanos. Tomó la píldora para regular la regla y además te escuché decir cuando estuve con Toñi que os habíamos puesto los cuernos al habernos corrido las dos juntas sintiendo no solo nuestro orgasmo sino que además el de la amante de turno.

—¿Y qué quieres decir?

—Quiero que te corras dentro de mí para consolidar los cuernos de Pepe, y que los de Toñi salgan con fuerza. Me siento muy puta Tito.

—Ya lo veo, joder.

La cogí de la cintura e hice que bajase, introduciéndose mi polla de forma lenta, boqueaba.

—Dios, que dura y gorda está. Es la más gorda que ha entrado en mí.

—¿Cuántas pollas han entrado aquí?

—Con la tuya es la tercera. Aaaaahhhhh, siento como se me abre el coño. ¡Qué placer por Dios!

Empezó a cabalgarme mientras la comía y mordía los pechos, mis dedos se fueron hacia su culo y metí un dedo aprovechando lo lubricada que estaba.

Al poco tiempo sus gemidos y movimientos de cadera eran más intensos.

—Me voy a correr con tu polla dentro cabrón.

—Sigue puta, porque te gusta que llame puta ahora, ¿verdad?

—Me pone muy cachonda, sí, sí, siiiiiiiiiiii

Se corrió soltando unos chorros de su coño.

—Perdona me he meado sin darme cuenta.

—No te has meado, te has corrido, eso lo logran las mujeres cuando están muy excitadas, si seguimos un poco más terminarás muy relajada.

—¡Qué vergüenza!

—Tranquila, disfrútalo.

La puse en cuatro, la penetré desde atrás, cogí su melena, e inicié unas penetraciones muy intensas, la estaba empotrando al tiempo que ella dejaba mi sofá encharcado de tanto flujo como soltaba, seguía corriéndose.

Tras unos minutos así mi polla alcanzó su máximo, dureza y grosor anunciaban que en breve me correría.

—Estoy a punto ¿dónde lo quieres?

—Aaaaahhhh Tito, Tito, llevo corriéndome de forma continua ni se, hazlo dentro por favor. Lléname de semen por favor. Quiero ser mala, y dejar unos buenos cuernos a mi marido y a mi amiga.

—Vaya zorra que estás hecha, seguro que luego querrás más.

—Córrete por favor, ya no puedo más me voy a desmayar, esto me supera, mi marido ya es un cornudo y mi también mi amiga.

Tras otras cinco penetraciones a nivel empotrador lo anuncié.

—Me corro dentro de ti. Zooooorraaaaaaa

—Siiiiiiiiiiiiiiii

Solté poca cantidad, la noche había sido intensa, pero ello no quitó para que ella sintiera la fuerza de los ochos espasmos que mi polla tuvo en su interior.

Tras recuperar el aliento, me senté en el sofá hice que se clavara de nuevo mi polla, y que se moviera muy despacio mientras nos comíamos la boca y nos acariciábamos con cariño y ternura.

La susurré al oído.

—No pares hasta que yo te lo diga.

Siguió así, soltando unos pequeños gemidos, hasta que se corrió de forma lenta haciendo que su coño palpitase y estrangulase mi polla a la par que soltaba otros tantos chorros.

—Ya eres toda una hotwife Nines. Te felicito por ello

La abracé, nos morreamos y nos fuimos a la ducha a eliminar las pruebas de nuestro delito.

Continuará…