Isabel decidió tomarse media pastilla para dormir, ya que con el alcohol ingerido la haría caer en segundos. Cerró la puerta, se cambió de ropa para ponerse un camisón y en pocos minutos se durmió en la cama de forma placida.
Helena estaba jugando con los tiempos para que Alex no se corriera, a los veinte minutos cogió de la mano a su novio y lo llevó escaleras arriba, le dijo que tenía que correrse arriba. Alex iba desnudo, mostrando su erección con cierta vergüenza. Helena paró en la puerta de la habitación de Isabel, la cara de su novio era de pánico.
—Shssss no digas nada ni te muevas. Le dijo al oído mientras abría con suavidad la puerta.
En la penumbra de la habitación se vislumbraba la silueta de Isabel, quien tenía una respiración bastante fuerte. Helena se dirigió hacia la cama de Isabel y con suavidad apartó el edredón y la sábana. Miró a Alex quien se estaba masturbando de forma lenta. Ella hizo una señal para que se acercase, y él de forma sigilosa se puso al otro lado de la cama de pie.
Tras mirar con lujuria a su novio Helena bajó un poco el escote del camisón para que se viesen las tetas, fue en ese instante cuando Alex vio los pechos descubiertos de su madre aceleró los movimientos de su mano. Con ese gesto Helena agachó la cabeza y con delicadeza empezó a lamer uno de los pezones a la par que acariciaba el otro el pecho.
Alex estaba fuera de sí, era lo más excitante y morboso que había vivido hasta ese momento. Helena cuando notó que los pezones de Isabel se habían endurecido y la mujer emitía unos leves gemidos decidió que la mano que acariciaba el pecho debía bajar, bajó su mano subió el camisón y se veía el pubis depilado brillando. Los dedos de Helena acariciaban los labios del coñito de Isabel, esta separaba las piernas un poco y empezó a hablar en sueños.
—Así, fóllame cariño. Por favor, te llevo deseando tanto tiempo. Aaaaah. Sus gemidos eran música para Alex y las palabras hacían pensar al chico que su madre lo deseaba a él.
Helena penetró con dos de sus dedos el coño de la que podría ser su futura suegra, mientras Alex se ponía rojo, los movimientos de Helena eran suaves y delicados, cambió de pezón y le dijo en un susurro a su novio. —Deja de pajearte y grábanos.
No tardó nada en volver Alex con el móvil para grabar el momento mientras se seguía masturbando.
Isabel seguía gimiendo y diciendo palabras sueltas. Llegado un momento pudieron escuchar como decía “Cómeme por favor”
La sonrisa de Helena mostraba su victoria, en un santiamén se puso entre las piernas, la acarició y bajó su cabeza para comer el coño a la madre de su novio, ahí fue cuando Isabel empezó a tocarse los pechos, a tirar de sus pezones ya gemir más alto.
—Aaaahhhh, sigue, sigue, vamos no pares ahora. Decía mientras el balanceo de sus caderas facilitaba el trabajo oral que le estaba dando su futura nuera.
—Me corro, me corro, me COOOORRRROOO Aahhhhhh
Ahí fue cuando Helena salió de entre sus piernas con cuidado y rapidez obligó a su novio a salir de la habitación y cerrar la puerta.
Se fueron a la habitación de Alex, y allí el seguía masturbándose, Helena cogió el teléfono de Alex y se envió el video grabado, después lo borró del teléfono de su novio.
Se puso tras él, lo llevo a la pared que separaba el dormitorio del de su madre y al oído le susurraba.
—Quiero que me digas que quieres follarte a tu madre.
—Sí. Soltó en un susurro.
—Mi cornudito, dilo más alto, tu madre está dormida, lo puedes de decir más alto y mejor.
—Sí quiero.
—Noooo, pequeño cornudo, dejaré de pajearte si no lo haces bien.
—QUIERO FOLLARTE MAMÁ. Dijo el chico mientras su novia desde atrás le pajeaba.
—Ahora quiero que te masturbes frente a mí diciéndome que quieres ser un cornudo, que quieres follarte a tu madre, que anhelas que tanto tu madre como yo tengamos un buen macho que nos folle y nos tenga satisfechas.
Lleno de lujuria Alex se sentó en la cama, se masturbaba con fuerza, vio como Helena cogía el móvil de él y como lo grababa.
—¿Me estás grabando? Preguntó.
Ella asintió con la cabeza, y él imagino el juego, por lo que siguió, y mirando fijamente a la cámara dijo
—Helena, cariño. Llevo mucho tiempo pensando en que te satisfaces con otros chicos, y eso al principio me molestaba mucho, pero ahora hace que me excite y me tenga masturbar pensando cómo te follan compañeros de clase, alguno de nuestros amigos, hasta he pensado que te conviertes en la amante de Rodrigo, el amigo de mi madre. Helena, quiero ser un cornudo, y grabo este video para que quede constancia de ello y lo sepas de forma clara. En esta confesión también quiero decirte que me gustaría follar con mi madre, de hecho hoy una amiga se lo ha montado con ella y la he grabado. Quiero que mi madre folle también con Rodrigo, que lo compartáis las dos, no me opondré a que seas su amante. Ambas debéis de tener un buen macho que os folle y os tenga satisfechas.
Alex vio como Helena se metía los dedos bajo el vestido y se masturbaba, en aquella borrachera de emociones, lujuria, sensaciones vividas y morbo se corrió. Quedando desfallecido, se acomodó en la cama y Helena se acercó, le puso la jaula en la polla, la cerró. Besó su frente y le dijo —Tranquilo cariño, deja que yo haga.
Él se relajó y mientras el cansancio le vencía la dejó hacer. Helena ató las extremidades de su chico a las patas de la cama. Se cercioró que se había quedado dormido. Se envió el video de la “confesión”, también se lo envió a Isabel. Tras eso escribió en el ordenador de su novio.
Mamá, estoy enamorado de ti, el video que te he enviado es lo que quiero para mi vida, me estoy volviendo loco de deseo, también se lo he enviado a Helena.
Al poco de llegar tú, Helena se fue y llamé a una amiga.
Te confieso que me volví loco, perdóname.
Te quiero.
Helena lo imprimió y metió esas líneas impresas por debajo de la puerta del dormitorio de Isabel.
Continuará