Al despertarnos en casa de Ángela, Cristina y yo nos fuimos a cenar con sus padres y pasamos la noche juntos sin ninguna novedad a destacar.
A la mañana siguiente fui con mi madre a comprar unas cosas a un centro comercial que estaba cerca de mi casa. Siempre pasábamos por alado de un barrio que era bastante problemático en mi ciudad, era donde más droga se movía, donde vivían algún que otro camello, yonkis, vagabundos y algún que otro gitano o extranjero que simplemente vivía allí por que no podía permitirse nada mejor.
Casi siempre por la tarde algún grupo que juntaba en las afueras de los portales para hablar, o lo que sea que hiciesen. Siempre me pareció algo curioso como vivía mucha gente de allí, y alguna vez últimamente se me pasó la idea de ver a Cristina con alguno de esos personajes que veías por ahí tirados.
Como buen amo que me estaba convirtiendo de Cristina, decidí llevar a cabo mi fantasía de verla con un hombre así, así que después de dejar a mi madre, despues de comer, fui a por Cristina.
Recogí a Cristina.
-C: Donde vamos??
-Yo: Es una sorpresa.
Tenía pensado dar una vuelta por el barrio, y donde viésemos un tío así decirle a Cristina que se la chupase, con condon claro.
Llegamos al barrio, Cristina ponía cara de curiosidad pero no dijo nada.
Pasamos por una de las calles que peor estaban, había basura por todos lados tirada, la fachada de los edificios viejos empezaba a caerse a cachos y en la puerta de un portal vi a un hombre que parecía mayor, bastante delgado, muy moreno pero no negro, tenía el pelo largo y la barba de varios meses, llevaba una gorra gris y una camiseta y unos pantalones que deberían de tener ya meses y meses de uso continuo.
Pare el coche casi enfrente, y le di la orden a Cristina.
-Yo: Ves a ese hombre? Pues toma, coges este condon, se lo pones, y se la chupas.
-C: Así por que si?
-Yo: Si, por que yo quiero, y bueno, tu seguro que también.
Cristina soltó una sonrisa timida, y cogió el condon de mi mano, se bajó del coche y fue hacia el hombre, que tenía cara de no saber que pasaba.
Estaba alado y pude escuchar lo que decía Cristina.
-C: Hola, estoy algo aburrida y te he visto y... bueno, me ha apetecido chupartela.
Que directa era la capulla.
-No se que haces aquí buscando eso ni por qué a mi, pero no voy a ser tan tonto de negarme a una mamadita de un angelito como tu. -Dijo aquel hombre.
El hombre se bajó los pantalones, dejando al descubierto una polla que aún estaba flacida, Cristina la tocó con la mano, y empezó a ponerse dura, fue entonces cuando le coloco el condon, y se la metió en la boca.
A pesar de ser con condon, el hombre gemia de placer, Cristina lo hacía muy bien y eso se notaba, vi como Cristina también le masajeaba los huevos al mismo tiempo.
No la tenía muy grande ese hombre, unos 15 o 16 cm, Cristina casi podía meterla entera en su boca, y el hombre que seguramente llevaba tal vez años sin que alguien se la chupase y mucho menos así de bien, duro apenas 5 minutos en correrse.
Una vez el hombre se corrió en el condon, Cristina se coloco de pie y se vino hacia el coche.
-Niña, pásate por aquí cuando quieras, esa boquita tienes que usarla más. -Dijo el hombre.
Cristina que ya venía de camino al coche, giro la cabeza mirando al hombre, y le regalo una sonrisa.
Al entrar al coche, Cristina dijo:
-C: Santo dios que olor a basura desprendía, pero uf me ha puesto cachonda.
-Yo: Tendré que traerte más entonces jajaja.
Cristina sonrió y nos fuimos de allí.
Aquel hombre, debía ser gitano, por el tono de piel y la forma de hablar.
Cristina y yo volvimos a mi casa, pasando por alto el hecho de que le había comido la polla a un vagabundo prácticamente.
Esa misma noche, mientras estábamos en mi cama apunto de dormir, Cristina me confesó.
-C: No me puedo sacar la imagen de ese hombre de la cabeza, necesito que volvamos allí y follarme a alguien.
-Yo: Jajaja bueno, mañana te llevo.
-C: No, ahora, que se nos ve menos.
Yo, viendo como Cristina estaba desatada y deseosa de polla, acepte.
Nos vestimos, subimos a mi coche y fuimos para el barrio, eran las 12 de la noche y no se que podríamos encontrar.
Estuvimos dando una vuelta por las calles cuando vimos a un grupo de hombres hablando en un parque.
-C: Aquí aquí, para, voy a hablar con ellos.
-Yo: Y que vas a decir?
-C: No se jajaja, tu quedate cerca por si acaso.
Cristina se bajó del coche, y yo aparque cerca, observando.
Cristina iba vestida casual, unos pantalones cortos de chándal y una camiseta, no se había puesto sujetador, por lo que se marcaban un poco sus pezones.
Cristina se paro enfrente de los hombres, eran 4, apenas se veía al ser de noche, los hombres parecían mirarla de arriba abajo, y no se que les dijo Cristina, que se empezaron a mover y Cristina los siguió.
Yo andando, les seguía desde la distancia por la orilla del parque, se acercaron hasta una pequeña caseta de niños que había en el parque, y vi como uno de los hombres se acercaba a Cristina, y le quitaba la camiseta.
-Wow, menuda putita más rica tenemos aquí. -Escuche decir a uno de ellos.
-Quítate todo. -Dijo otro.
Cristina se desnudo allí, y dejó su ropa a un lado.
Los hombres empezaron a tocarla, unos las tetas, otro el culo, otro el coño, iban recorriendo con sus manos todo su cuerpo.
Uno de los hombres, le puso la mano encima de la cabeza a Cristina, supongo que apretando para que se agachase y vi como el hombre la tenía fuera, Cristina la metió en su boca y el resto las sacaron también.
Apenas de veían las siluetas de los hombres, no podía saber con exactitud las edades ni los tamaños, pero por anchuras de cuerpo, barrigas y etc, diría que debían de tener más de 40 todos.
Cristina parecía estar disfrutando, fue turnandose para chuparlas todas, y después se coloco de pies, contra la caseta dando la espalda a los hombres.
Vi la silueta de su culo, y como uno de los hombres la agarraba de la cintura, y metía su polla, Cristina soltó un leve gemido, estaba claro que no quería llamar mucho la atención.
El hombre se la estuvo follando mientras los demás estaban expectantes esperando su turno, en aquel momento caí, no llevaba nadie condones, esperaba que no le pegasen nada raro.
-C: No os corrais dentro porfavor, que lo quiero en la boca. -Dijo Cristina.
Cristina nunca había dejado que nadie se corriese dentro, excepto yo, según ella por que sería del único que querría tener un hijo.
Los 4 hombres fueron pasando por el coño de Cristina, mientras ella intentaba gemir lo menos posible.
El hombre de mayor estatura, fue el primero en terminar.
-Venga niña colócate que me corra en tu boquita.
Cristina obedeció, sacó la polla de su coño y se coloco de rodillas en el suelo, abriendo la boca para aquel hombre, el resto comenzó a pajearse alrededor suya.
Los demás hicieron lo mismo, aunque ni lo vi, intuí que también soltaron sus chorros en la boca de Cristina.
Después de eso, uno de los hombres le dio su número.
-Toma niña, por si quieres repetir.
Cristina cogió su tarjeta, y los hombres se fueron, Cristina se coloco su ropa, y fue hacia el coche, y yo la segui desde lejos.
Al llegar al coche, abrí y nos subimos, era casi la 1.
-C: Me has visto?
-Yo: De lleno, eres toda una putita.
Cristina y yo, volvimos a mi casa, y dormimos, como de costumbre, como si no hubiese pasado nada.
Por la mañana yo trabajaba, y Cristina me habló para contarme lo siguiente.
-C: Me ha hablado el gitano, me ha puesto esto "Niña, por que no te pasas por aquí otra vez que te echamos de menos"
-Yo: Vas a ir?
-C: Si amor, me llevaré condones.
Me ponía que Cristina, mientras yo trabajaba, se fuese a follar otra vez a los gitanos.
A la vuelta del trabajo, quedé con Cristina.
-Yo: Que tal??
-C: Muy bien, les encanto, estaban deseando verme, iré toda la semana, si te parece bien.
-Yo: Si claro, lo que quieras amor.
Cristina, la dulce chica, quedando a diario con unos gitanos que podrían ser sus padres, para dejarse hacer lo que fuese.
La semana transcurrió de la misma manera, yo trabajaba y mientras Cristina se follaba a los gitanos, el viernes, supuesto último día, al verla, la vi que tenía una marca en el cuello.
-Yo: Y esa marca?
-C: Ah jajaja, esque uno me ha estado cogiendo del cuello.
-Yo: Pero, follando dices? y bien no?
-C: Sisi tranquilo, son muy agradables conmigo.
Por la tarde, estaba con Cristina, y recibió unos mensajes del gitano, y aquí os dejo la conversación con Ramón (El gitano de su whatsapp)
-R: Oye guapa, que te parece si te vienes esta noche un ratito, hemos quedado unos amigos y me gustaría que viesen a la chica tan guapa que nos ha estado visitando esta semana.
-C: Pero a ver, que quieres que folle con esos también?
-R: Jajaja eso ya lo que tu quieras, solo era para que te vieran, no se creen que nos hemos estado acostando con una de 20.
Cristina me enseño la conversación, y entonces decidí jugar un poco.
-Yo: Oye Cristina, que te parece si te pones solo el vestido transparente que te llevas a la playa?
-C: Nada debajo dices?
-Yo: Eso es.
-C: Jeje vale.
Era un vestido transparente, típico que llevan las chicas en la playa encima del bikini, que se puede ver perfectamente a través de él, por lo que ir desnuda dejaría verse un poco a través del vestido.
Cuando llego la noche fuimos a casa de Cristina para prepararla, se coloco el vestido y desnuda debajo, se podía ver perfectamente sus tetas, y su culo desnudo.
-Yo: Los vas a poner locos. Se van a dar cuenta rápido de lo guarra que eres.
-C: Esa es la intención no? jajaja.
Cristina cogió también el paquete de condones, y el lubricante anal.
-Yo: Vas a dejar que te rompan el culo también?
-C: Lo que ellos quieran. -Dijo con una sonrisa en la cara.
Me encantaba ver lo puta que era cada día, y se iba incrementando, cada vez me ponía más cachondo la situación aunque cada vez lo haciamos menos juntos, y yo me iba con Angela a hacerlo.
Cristina subió a su coche y me despedí de ella a las 10 de la noche, mientras tanto quede con Angela como de costumbre.
Pase la noche con Angela y solo recibí un par de mensajes de Cristina diciéndome que estaba bien. A la mañana siguiente me contó todo, y aquí os dejo su versión del relato:
PARTE DE CRISTINA:
Llegue donde me había mandado la ubicación ramón, estaban reunidos en el patio de la casa de ramón, había 10 hombres, nada más verme ramón me dio dos besos en la puerta y me hizo pasar.
Los demás miraron atónitos, al darse cuenta que no llevaba nada debajo.
-R: Veis como era una guarra.
No conteste nada, los hombres no me quitaban los ojos de encima.
Eran todos algo mayores, de 40 para arriba, alguno gordo, alguno delgado, sabía que ramón me había invitado para que sus amigos me follasen también.
Saludé a todos con 2 besos y me dijeron sus nombres, que ya apenas recuerdo.
Estaban tomando unos cubatas, y ramón me preguntó que me gustaba.
-C: Ron si tienes, con cocacola.
Ramón paso dentro de su casa, y uno de sus amigos, que estaba a mi lado, me dijo al oído.
-¿Cuanto cobras?
A lo que le respondi, también en su oído
-C: No soy ninguna puta, lo hago gratis.
-Ah, entonces solo eres una guarra.
-C: Exacto jajaja.
Ramón apareció con la botella, y me eche el cubata.
-R: Oye Cristina, puedo contar como nos conocimos?
-C: Si claro.
Ramón empezó a contar como aparecí, lo que hicimos con sumo detalle, y los días siguientes, todos atónitos ante la historia, uno de ellos dijo.
-Joder, ya podríamos tener nosotros la misma suerte.
-C: Jajaja eso nunca se sabe. -Deje caer.
-R: Oye Cristina, que te parece si te quitas el vestido, y dejas que vean tu bonito cuerpo?
Yo obedeci a Ramón, y me quite el vestido, dejando mi cuerpo desnudo, y me senté en la silla de nuevo.
No dejaban de mirarme.
-Que buena estas Cristina. -Dijo el más mayor de todos.
-C: Gracias jajaja.
Recibí un mensaje de WhatsApp, era de ramón.
-R: Puedes ser mía esta noche?
-C: A qué te refieres?
-R: A qué seas mi sumisa.
Me puso muy cachonda la idea.
-C: Sí
-R: Ven, sin decir nada, y te pones a chuparmela
Yo me levante de mi silla, Ramón se echo un poco para atrás con la suya, me puse de rodillas en frente de el que estaba sentando, le desabroche el pantalón y me ayudo a bajárselo un poco, y comencé a chuparsela.
-El puto Ramón vive como un rey. -Escuche a mis espaldas.
-Podrías compartir. -Dijo otro.
-R: Es mía.
Al oír eso, sin darme cuenta, empecé a chupar aún con más ganas.
-R: Ponte encima y me follas.
Yo obecedi a Ramón, me coloque encina de él y metí su polla en mi coño, y empecé a follarmelo.
Empecé a gemir, cada vez más fuerte, súper cachonda sintiéndome suya, de un gitano cualquiera.
Los demás sin quitarme ojo de encima, miraban con cara de envidia, se que estaban cachondos, Ramón me agarraba del culo y me ayudaba con mis movimientos.
En unos pocos minutos, noté mucho calor dentro de mi vagina, Ramón se estaba corriendo dentro, había olvidado que se pusiera condon, nadie se había corrido dentro aparte de Carlos.
Ramón me ayudo a levantarme, creo que todos vieron como salía semen suyo por mi coño, bajando por mi pierna.
-R: Veis como es mía, a que si Cristina?
Yo, un pelin preocupada, pero más cachonda que nunca, Respondí.
-C: Claro que si.
-R: Pues bueno, ya habéis oído, podéis hacer lo que queráis con ella, pero con límite eh.
-C: Sólo 2 condiciones, que os pongáis condon, y si me vais a dar por el culo uséis lubricante.
Yo, deseando ser usada por todos, vi como se iban quitando la ropa, con las pollas duras y poniéndose condones.
Ramón quitó todas las cosas de la mesa, me agarró de las piernas y me tumbó contra le mesa boca arriba.
El primero en follarme fue el hombre más gordo, que con su polla de tamaño normal, apenas podía moverse, con sus golpes mis tetas rebotaban ante la mirada del resto que se pajeaba a mi alrededor, y alguno que otro me la acercaba para pajearlo o chuparla.
Luego me follo el hombre delgado, que tenía una polla grande, como la de Carlos, que no tardó mucho en correrse, unos pocos minutos mientras me follaba.
y así uno tras otros me follaron en esa posición, hasta que todos se corrieron.
Me sorprendió que nadie quisiera follarme por el culo, pero casi que lo agradecí.
Yo seguía aun tumbada en la mesa, me había corrido varias veces, habrían estado más de 40 minutos follandome uno tras otro sin parar.
Ramón se acercó a mi y me dijo.
-R: Lo has hecho muy bien, espero poder seguir viéndote.
-C: Cuando quieras.
Ramón me acercó mi vestido transparente y me lo coloque, me despedí de aquellos hombres, y fui hacia mi coche para volver.
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