Antes de marcharse Helena, pasó por la habitación de Alex observó que dormía de forma plácida, satisfecho. Eran las 5 de la mañana el día siguiente era festivo, no tenían que trabajar. Sacó de su bolso un pequeño bote y extrajo una pastilla de viagra. Se acercó con mimo a su novio e incorporó un poco su cabeza, susurró a su oído —Cariño, toma esto, te ayudará para mañana no tener resaca. Alex tragó y sonrió —Te quiero mi amor. Dijo el joven.
Helena salió de la casa y lo primero que hizo fue llamar a Rodrigo para que la fuera a buscar. Una vez que éste la recogió, la preguntó.
—¿Qué tal ha ido la sesión de hoy?
—Amo, ha sido bestial, he cumplido con las indicaciones. Alex ha quedado atado a la cama y en una media hora su polla estará a reventar dentro de la jaula, será maravillo ver como en unas horas su madre tiene que ir a soltarle.
—¿Dejaste la cámara del ordenador encendida y vinculada al link que te indiqué?
—Sí, por eso te he dicho que será maravilloso ver ese momento.
—Muy bien zorrita, lo estás haciendo muy bien. Ahora quiero que te quites la ropa interior y déjala en la parte de atrás del coche
Helena hizo lo ordenado, llegaron la portal de donde vivía la chica y tras despedirse la joven se adentró en el portal.
Mientras todo esto ocurría Isabel estaba despierta, con un grado de excitación fuera de lo normal. Vio el video que había recibo de su hijo, y fue consciente que una mujer había disfrutado de ella, que su hijo la había visto desnuda y se había masturbado. Recordó escuchar a través de la pared el grito desesperado de su hijo diciendo que la quería follar. En su interior no hacía más que preguntarse qué había hecho mal, quizás lo había sobreprotegido demasiado, quizás había sido demasiado cariñosa y amorosa con él, mientras su mente era un torbellino de pensamientos su cuerpo estaba muy sensible. En estas estaba cuando se dio cuenta que estaba con las tetas y el coño al aire, todo mojado de los chupetones de la amiga y su coño soltaba flujo de la excitación que tenía. Pulsó el interruptor de la luz y se incorporó de la cama para ponerse bien el camisón, al poner los pequeños pies en el suelo vio un papel en el suelo al lado de la puerta. Se levantó y fue a por él.
Tras leerlo sus sentimientos fueron muy contradictorios, por un lado en el vídeo, ahora esa nota, no entendía nada y necesitaba saber, su mente estaba en plena ebullición, sin pensarlo se dirigió al dormitorio de su hijo. Irrumpió en la habitación de Alex, eran las seis de la mañana.
—Alex, ¿se puede saber qué es todo esto? Preguntó con el móvil y la hoja en una mano. Tras esas palabras vio que su hijo tenía una erección considerable dentro de una jaula que tendría que hacerle daño y además estaba atado a la cama. Vio la cara de horror y vergüenza que tenía su hijo.
—Mamá, mamá, no me mires por favor, lo siento, lo siento. Gimoteaba el chico.
Ella se acercó y se sentó en la silla, tapó su erección con la sábana y siguió con sus preguntas.
—Alex, ¿me puedes aclarar esto del vídeo y estas líneas? ¿No te hace daño eso?
El chico no sabía de qué hablaba, estaba muy confundido, tenía un dolor por la presión que hacía la jaula en una erección fuera de lo normal.
—Cariño, creo que tienes un problema, estás obsesionado con el sexo y conmigo, quizás has interpretado mal mi amor hacia ti.
—No se dé qué hablas mamá, yo no te he enviado nada y menos te he escrito nada. ¿Me puedes desatar? ¡Tengo que quitarme la jaula me está haciendo mucho daño!
Isabel puso antes los ojos de Alex el escrito, y después puso el vídeo. Mientras el vídeo se proyectaba, Isabel vio como palpitaba el pene de su hijo, eso hizo que se revolviese su interior, sus pezones se pusieron duros y su coño babeaba.
Alex, estaba intentado unir todos los puntos, Helena era la responsable, había jugado sus cartas y le había dejado así para que su madre lo viera.
Tras terminar de ver el vídeo el joven no podía más.
—LO SIENTO MAMÁ, LO SIENTO MUCHO. Me iré a vivir con mi padre, soy un monstruo, soy lo peor.
Ella se acercó y lo besó en la frente.
—Cariño, ¿me puedes decir que te pasa?
—No quiero hablar de ello.
—¿Es cierto esto que dices en el vídeo y en la nota?
—No quiero hablar de ello, entiéndeme.
Isabel con cuidado, cogió la llave que estaba en la mesilla, le quitó la jaula y con su mano derecha agarró el pene de Alex y empezó a masturbarlo con mucha delicadeza y suavidad.
—Alex, ábrete a mí. Te voy a relajar un poco. Siempre nos hemos contado todo. Me sorprende que me hayas enviado todo esto, un vídeo que va dirigido a Helena con una confesión fuera de lo normal. ¿Se lo has enviado a ella también? Seguro, has decidido que ya no podías más.
—Mamá yo… lo siento mucho.
—Tranquilo cariño, entiendo que quieras tener sexo conmigo, todo el mundo me ha dicho, hasta el abuelo, que tienes un complejo de Edipo enorme. Tienes un pene que no está mal, me sorprende lo dura que está, te he escuchado a través de la pared, he visto varias veces como te has corrido en el vídeo. No ha sido mucha cantidad, y Helena con lo zorra que es, al final se ha salido con la suya, te ha desquiciado por completo.
Isabel, aceleró los movimientos de su mano y el chico no creía lo que estaba sucediendo, la noche anterior había sido una verdadera borrachera de sexo y ahora su madre lo estaba pajeando, el atado a la cama. Isabel, tras tanto tiempo sin relaciones pensó que quizá podría aprovechar la situación. Dejó de pensar, se desnudó y se colocó a horcajadas sobre su hijo.
—¿MAMÁ QUÉ VAS A HACER?
—Lo que quieres, pero esto quedará entre tú y yo. Cogió un preservativo y se lo puso. En ese momento sonaron tanto el teléfono de Alex como el de Isabel.
—Mira cariño, te está llamando Helena, creo que siente que la van a salir los cuernos, anda que no te habrá puesto los cuernos. Pero ahora nos vamos a resarcir del daño que te ha hecho esa hija de puta.
—¿Mamá quién te llama?
—Dios mío es Rodrigo. En ese segundo se levantó cogió el camisón, descolgó y se dirigió a su habitación. —Rodrigo, buenos días, ¿qué tal estás?
—Buenos días preciosa, estoy bien. ¿Qué tal has dormido? ¿Te pillo bien? Te noto muy agitada.
—Me ha sobresaltado el teléfono y estaba a punto de meterme en la ducha.
—Entonces te pillo desnuda, ¡qué lástima!
—¡Qué tonto eres! Pero sí, estoy desnuda.
—Cómo te gusta jugar conmigo, ¿verdad?
—Anoche te acostaste con la colaboradora que me presentaste, ¿no?
—No, te he dicho mil veces que en la olla no se ha de meter la polla. Te llamo por un WhtasApp que he recibido de tu hijo hace unas horas con un vídeo, ¿va todo bien?
—¿Cómo?
—Creo que deberías hablar con tu hijo, debe estar pasando un mal momento y desde mi punto de vista necesita ayuda.
—¿Qué te ha enviado?
—Un vídeo suyo haciéndose una paja, no se quien lo habrá grabado. Hablaba de su novia y de ti. No ha sido agradable verlo. Está muy perdido.
—Lo siento mucho Rodrigo, lo siento mucho. Hablaré con él. Hablamos más tarde. Te quiero Rodrigo. Un beso.
—Un beso Isabel.
Isabel se puso un chándal y fue a la habitación de su hijo, quien seguía desnudo con una erección muy dolorosa y atado a la cama.
—¿Sigues así? Estás enfermo.
—Mamá, me duele mucho, creo que mi amiga me hizo tragar una pastilla.
—Te voy a desatar, por favor vístete después.
Una vez vestido con un pantalón corto, se dirigió a por su móvil.
—Llama a esa zorra y pon el altavoz, quiero escuchar lo que dice.
—Mamá, me duele mucho la polla.
—¡Calla y llama a esa zorra!
Alex llamó a Helena.
—Hola Alex, anoche follaste con Lore ¿verdad? Quería hablar contigo del vídeo que me enviaste anoche. Respondió ella en un tono serio.
—Helena, ¿se puede saber que me hiciste anoche? Mi madre me ha tenido que desatar, estaba desnudo con una erección bestial por la pastilla que me hiciste tomar.
—Ey, calla, calla. Que yo me fui al poco de llegar tu madre. Estabas ido con esa fantasía que tienes de follar con tu madre, me dijiste que anoche sería el momento ideal para intentar algo con ella, por eso me echaste de malas maneras. Imagino que llamarías a la zorra de Lore que quiere follar contigo y también con tu madre.
—¡Pero qué dices! Estás loca. Estuve solo contigo. No sé a qué estás jugando.
—Alex, me ha llamado Rodrigo hace un momento, al parecer ha hablado con tu madre del vídeo que me has enviado, también se lo has enviado a él. ¿Quieres que me acueste con él? No te entiendo, llevo meses por tu insistencia haciéndome pasar por tu madre para que te excites y ahora quieres que me acueste con otros, y dentro de esos también con Rodrigo. Se te va mucho la pinza tío. Creo que deberíamos quedar para hablar de nuestra relación, ya no puedo más Alex, esto me está superando. Dijo ella llorando.
—Helena, deja de decir de chorradas, todo esto es cosa tuya.
—MIRA ALEX, NO SE QUE HABRÁS HECHO AL FINAL CON LORE, PERO SI TE HA PILLADO TU MADRE ATADO Y EXCITADO, SERÁ PORQUE TU LO SE LO HAS PEDIDO A ESA ZORRA. Sí no eres capaz de admitir lo que sientes, lo que quieres y lo que eres es tu problema, no me vuelvas a llamar por favor. Voy a llamar a tu madre para que me prepare lo que tengo en vuestra casa y pasaré a recogerlo cuando no estés. También llamaré a Rodrigo, me parece un caballero que se ha portado muy bien con todos nosotros para que ahora le caiga este marrón.
Helena cortó la llamada antes de que Alex pudiera rebatir cualquier cosa.
Isabel miró a su hijo, que tenía una cara de confusión total
—Alex, ¿tomas drogas?
—Pero mamá, ¿qué dices?
—Mira vete al baño a bajarte eso y después llama a tu padre, es mejor que te vayas unos días a su casa.
—Pero mamá, yo…
—¡¡TE HE DICHO QUE TE VAYAS!!—Se encontraba alterada, había pasado el calentón que estuvo a punto de llevarla a follar a su hijo.
Alex, se masturbo durante toda la mañana, no bajaba la erección. Escuchó como la puerta de la casa se cerraba, con seguridad su madre se habría marchado.
Isabel se dirigió a la casa de Helena, necesitaba saber que estaba pasando.
Cuando llegó allí, se dirigieron al cuarto de la joven.
—Helena, ¿se puede saber que pasó anoche con Alex?
La chica se echó a llorar, en realidad se estaba perdiendo el cine una gran actriz. —No le sirvo a tu hijo para nada, está obsesionado contigo, ayer me obligó a salir de tu casa cuando me negué a ir a tu habitación para abusar de ti.
—¿QUEEEEEEÉ?
—Tiene tal fijación, mira el vídeo que me envío, creo que es Lore, pero como ha pasado un filtro no se ve la cara de la chica que abusa de ti.
Isabel se quedó a cuadros al ver en el monitor del ordenador el vídeo que habían manipulado para que no se viera el rostro de Helena.
—Dios mío, ¡qué vergüenza! Perdona todo esto que está pasando. La mujer ya no sabía qué hacer. Se acercó a la chica y la abrazó. Empezaron a llorar ambas, Helena fingió que la tenía un ataque de ansiedad. La madre de su novio empezó a abrazarla fuerte y a darla besos en la frente.
Poco a poco el llanto fue apaciguándose, Helena miró a los ojos de Isabel.
—Gracias Isabel, siempre te has portado muy bien conmigo.
En ese momento, sin saber por qué Isabel beso de forma suave los labios de Helena, quien apretó sus brazos. De forma pausada empezaron a besarse ambas con un beso lleno de carga erótica, hasta que Isabel sitió las manos de la chica en su culo.
—Perdona Helena, no sé qué me ha pasado.
—Tranquila Isabel, nos hemos dejado llevar por la tensión de las últimas horas. Estaré una temporada sin ver a tu hijo, entiéndelo. Ahora tendré que enfrentarme a Rodrigo.
—¿Cómo? ¿Y eso?
—Hace unas semanas le pedí trabajo a Rodrigo, y la idea era empezar la próxima semana. Con el vídeo de Alex creo que ya no querrá contar conmigo. Había hablado con Alex de empezar a trabajar para irnos a vivir juntos, y Rodrigo me iba a dar una oportunidad.
Ambas salieron juntas de la casa, Isabel no sabía si ir a ver a Rodrigo o regresar a su casa. Helena lo tenía claro, y así se lo dijo.
—Isabel, me voy a cercar a la empresa de Rodrigo, seguro que estará allí aunque hoy sea festivo. ¿Quieres venir conmigo?
Isabel cogió el brazo de la joven y dirigieron sus pasos a la empresa de Rodrigo.
Según iban andando Helena animó a Isabel que llamase para comprobar que el paso no sería en balde.
—Hola Isabel, buenos días de nuevo. Respondió en un tono serio.
—Rodrigo, perdona que te llame. Voy con Helena hacia tu oficina, ¿estás allí?
—Sí, ¿necesitáis algo?
—Hablar contigo, solo hablar, ahora te vemos. Un beso.
Cortó la llamada sin dar opción a Rodrigo.
Continuará…