Usuario:
 Contraseña:
 CREAR CUENTA  Recordar Clave  Ayuda
 4.160 Lectores conectados [ Comunidad de Cams +18 ]  23.926 Autores | 139.839 Relatos eróticos 
NOVEDADES CATEGORÍAS TOP100 AUTORES BUSCADOR
TODORELATOS » SADOMASO » LAS REFUGIADAS 3 - EL CASTIGO DE LADA
[ + 
Fecha: 08-Oct-23 « Anterior | Siguiente » en Sadomaso

Las refugiadas 3 - El castigo de Lada

JBWriter
Accesos: 3.141
Valoración media:
Tiempo estimado de lectura: [ 12 min. ]
 -   + 
Lada es castigada por "perder" la carrera y por hablar cuando no le tocaba... pero ¿es realmente un castigo? Version para imprimir

Esta historia está en la tercera parte de una saga. Si no la has leído y quieres leerla los capítulos publicados están en :

Las Refugiadas 1: https://www.todorelatos.com/relato/195640/

Con un resumen en: https://www.todorelatos.com/relato/203840/

Las refugiadas 2: https://www.todorelatos.com/relato/203244/

Con un resumen en: https://www.todorelatos.com/relato/204059/

Naturalmente en el resumen te vas a perder todas las escenas de sexo.

Y en cuanto a los capítulos de esta parte:

Susana: https://www.todorelatos.com/relato/204105/

Pilar y Susana: https://www.todorelatos.com/relato/204178/

Susana y Pilar: https://www.todorelatos.com/relato/204712/

Contrataciones: https://www.todorelatos.com/relato/204860/

Carmen la lesbiana: https://www.todorelatos.com/relato/204992/

Sara la sumisa: https://www.todorelatos.com/relato/205057/

Ama y puta: https://www.todorelatos.com/relato/205363/

El inicio de los problemas: https://www.todorelatos.com/relato/205594/

La importancia de las tetas: https://www.todorelatos.com/relato/205705/

Reclutamiento: https://www.todorelatos.com/relato/205746/

La fuga de Nuria: https://www.todorelatos.com/relato/205825/

Las curas de Nuria: https://www.todorelatos.com/relato/205917/

El castigo de Nuria: https://www.todorelatos.com/relato/205972/

Pilar y Jonatan: https://www.todorelatos.com/relato/206003/  Corregido: https://www.todorelatos.com/relato/206119/

Pilar follada: https://www.todorelatos.com/relato/206040/

Pilar: https://www.todorelatos.com/relato/206148/

Fallas de fuego y sangre: https://www.todorelatos.com/relato/206192/

Despedida: https://www.todorelatos.com/relato/206268/

Partiendo hacia el infierno: https://www.todorelatos.com/relato/206476/

Ruta hacia el infierno: https://www.todorelatos.com/relato/206528/

Llegada al infierno: https://www.todorelatos.com/relato/206599/

Estableciéndose en el infierno: https://www.todorelatos.com/relato/206729/

Hacia el segundo infierno: https://www.todorelatos.com/relato/206750/

Comidas y propuestas: https://www.todorelatos.com/relato/206779/

Sexo público, explicaciones privadas: https://www.todorelatos.com/relato/206825/

Obras y pizzas: https://www.todorelatos.com/relato/206907/

La repartidora: https://www.todorelatos.com/relato/206951/

Ser Domina engancha: https://www.todorelatos.com/relato/206979/

Hacia el tercer infierno: https://www.todorelatos.com/relato/207035/

Vanessa, alta médica: https://www.todorelatos.com/relato/207054/

Viaje a Srednyaya: https://www.todorelatos.com/relato/207289/

Comité conjunto de seguridad CIA – NSA: https://www.todorelatos.com/relato/207324/

El burdel de Srednyaya: https://www.todorelatos.com/relato/207361/

Organizando la noche: https://www.todorelatos.com/relato/207451/

Elisabeta putera: https://www.todorelatos.com/relato/207504/

Vida de pony: https://www.todorelatos.com/relato/207544/

Y ahora os dejo con la historia:

Pedro se acercó a Minerva que contemplaba los instrumentos de castigo de la estantería del material. Seleccionó un látigo de perro de metro y medio.

—Cincuenta latigazos —ordenó a Minerva—. Dáselos exclusivamente en sus tetas. Tienes una hora, mientras yo aplico cuidados a Ulyana. No hace falta que te apresures. Y tradúceme.

»Ahora recibirás los cincuenta latigazos por haber perdido la carrera.

»Tal como hemos apostado te los dará Ainhoa. Yo estaré con Ulyana, cuidándola y follándola.

Lada se sacudió en los amarres después de la traducción de Minerva. Pedro se llevó los labios a la boca obligándola a guardar silencio.

»Cuando Ainhoa termine contigo a lo mejor estor por aquí… o a lo mejor tienes que esperar unas horas, pero vendré. Y te castigaré. Cuando venga te diré el porqué.

»Cuando yo me vaya… mejor dicho cuando Ainhoa te pregunte si estás lista, podrás hablar. Para responderla y para pedir que te golpee las tetas por haber perdido la carrera. Tras cada golpe contaras, darás las gracias a tu señora y pedirás el siguiente.

Lada asintió con la cabeza, pero sendas lágrimas resbalaron por sus mejillas, esperaba que el nuevo Amo estuviera delante para ver su castigo.

Pedro se fue a las cuadras. Dos mozos estaba duchando a Ulyana por el método de rociarla con sendas mangueras a alta presión. Cuando entró él dejaron de mojarla. Pedro pidió una de las mangueras y se acercó a la pony. Abrió el rociador a escasos centímetros del coño bañándola en este y el ano.

Entregó el rociador y señaló a la camilla. Allí se tumbó Ulyana. Pedro tomó el ungüento de alcohol, aloe vera y aceite que le dejaron preparado y que, según le explicó Ilia era una receta de Hryhorivka que les había indicado Zalina. Pedro anotó mentalmente contactar con ella para que le proporcionase la receta.

En realidad no necesitaba el ungüento, al menos no en la espalda. Los suaves latigazos de Minerva apenas habían provocado morados, pero no cortes, solo en los laterales de los muslos y, cuando después le dio la vuelta en la parte de delante de las piernas, por encima de la posición de las botas, en el lado derecho, el opuesto al que había tratado de adelantarla Lada, tenía algunos arañazos de los zarzales. Terminó el masaje en sus tetas, acariciándolas y amasándolas hasta que los pezones se le pusieron duros.

Entonces tomó un nuevo pegote de ungüento y lo aplicó sobre el pubis y el coño llegando a meterle dos dedos en su húmedo sexo. Ulyana se estremecía en el péndulo de sensaciones provocadas por sus caricias con el calmante aloe vera y el escozor del alcohol. Le dio una palmada en la teta derecha y la ordenó por señas darse la vuelta. La situó con las piernas fuera y apoyada en la camilla con el abdomen y pecho. La hizo abrir las piernas y roció su ano con ungüento, así como el coño. Empezó a masturbarla con ambas manos: una metiéndole los dedos en el coño y acariciando su clítoris y la otra introduciéndole los dedos en el ano y dilatándolo, aunque estaba bastante dilatado de la cola, hasta el momento que notándola a punto de correrse, sacó su mano del ano y metió la polla en su lugar. Pedro alternaba la sensación de escozor del alcohol, incluso del aloe con la presión de los músculos y el alivio de los fluidos de su intestino. Mientras la otra mano quebrantaba su coño y clítoris. Menos de diez minutos conseguía que se corriese y con los espasmos de su musculo se corrió él. Esperó unos minutos y cuando se le rebajó un poco meó en sus intestinos. La sacó y se la puso delante de la boca para que la limpiase. Tan bien lo hizo que salió de la cuadra con la verga morcillona, como había entrado. Se puso los pantalones y se encaminó a la estantería de los instrumentos. Apenas habían sido cuarenta minutos.

Seleccionó el látigo largo. Y se acercó a la pista donde Minerva estaba aplicando el castigo por la apuesta. Varias putas de la casa con sus clientes, medio desnudas, estaban sentadas en los troncos que hacían de valla contemplando la tortura, mientras se dejaban meter mano por los clientes, que también miraban con erecciones bastante obvias. Un flujo de líquido constante caía entre las piernas, resbalando por el interior de los muslos, al suelo, llegando a convertir el apoyo de Lada en un barrizal. Cada cuenta le costaba más tiempo y la respiración de Lada era agitada.

Minerva llegó a cincuenta y bajó el látigo. Se acercó a Lada y le dio un largo beso en los labios que fue aplaudido por varios de los espectadores. Pedro se acercó a ellas. Había tomado un látigo largo, de más de seis metros de la estantería.

—Bonito espectáculo —comentó—. Aunque no sé si ha sido un castigo o unas caricias.

Minerva tradujo y Lada contestó:

—Laski —(caricias) replicó sonriendo, pese a que sus pequeños pechos oscilaban entre el morado y el negro.

—Bien ahora te esperan otros cincuenta latigazos. Son tu castigo por hablar cuando ya estabas enjaezada, pero puedes elegir: te los doy lentos, con el mismo procedimiento de pedirlos, golpeo, das las gracias y pides el siguiente, para que luego los mozos te limpien y te traigan a mí para no dormir, o te los doy rápido , no tienes que pedirlos ni contarlos y después de que te curen puedes dormir en tu cuadra.

—Lento por favor. Fólleme, Amo.

Minerva tradujo y Pedro indicó que la pusieran en la mesa. Apoyaron la espalda en el tablero dejándola con las piernas abiertas y dobladas , que ataron a las patas de la mesa. Pedro la cubrió con un protector de esgrima en la cara. Se situó a un par de metros de la mesa y chasqueo el látigo. Minerva hizo una seña cuando pidió el golpe.

Pedro lanzó el látigo. Este la golpeó en el pecho derecho para seguir deslizándose por el abdomen has su ingle donde impactó la punta. Lada respiró acelerada. Tardó en contar, dar las gracias y pedir otro. Pedro se había situado a la izquierda y el látigo llegó a ella pegando en ese pecho. Tardó algo más de hora y media en aplicar los cincuenta golpes. Líneas en V cubrían el tórax de Lada mientras su coño hinchado palpitaba húmedo y morado. A partir de treinta dos había empezado a sangrar por los cortes del látigo. Pedro se acercó y se bajó los pantalones. La penetró mientras ella gritaba.

—¡Da! ¡Da! ¡Da! ¡Da! ¡Da! ¡Da! ¡Da! ¡Da! ¡Da! ¡Da! ¡Da! ¡Da!

Pedro no duró mucho. La paliza y los continuos jadeos de Lada , indicio de sus orgasmos, lo habían puesto a punto y apenas duró unos minutos dentro de ella. Al acabar la golpeó en el clítoris y ella se corrió por enésima vez. Miró a los mozos de cuadra observándolo con una obvia erección.

—Diles que si se la quieren follar —ordenó a Minerva—, antes de bañarla tienen mi permiso, pero que nada de golpearla y que la limpien bien por dentro luego.

Ella tradujo y los dos se fueron hacia la casa. Por el camino Pedro indicó a uno de los mozos que cuando les llevasen a Lada también lo hicieran con Ulyana. Y dio órdenes concretas de cómo hacerlo. Entraron en cuarto y se desnudaron. Besó a Minerva en los labios y lanzándola sobre la cama empezaron un sesenta y nueve. En cuando estuvo listo cambió de posición y empezó a follársela. Tras un rato bombeando salió y de una tacada la metió en el culo de la mulata. Bombeó tres viajes y salió para cambiar al coño. Estuvo alternando entre ambos hasta después de la llegada de Ulyana y Lada.

Cuando Lada estuvo limpia la cubrieron con la pasta desinfectante que solían usar. En este caso ella sí lo necesitaba: los zarzales habían arañado su cuerpo, pero sobre todo sus piernas, delante y en los laterales, aunque algunas ramas habían llegado más altas. También en su entrepierna que Pedro había maltratado con el látigo largo, al igual que sus tetas, que si bien después de los golpes de Minerva solo estaban moradas, después de los de Pedro mostraban líneas verticales, ligeramente inclinadas, en las que la piel se había roto.

Esperaron que se secase un poco el ungüento antes de calzarla y ponerle el plug con la cola. Después la acompañaron a la parte trasera de la casa. Lada avanzaba con dificultad pues la hinchazón y el dolor de su coño le impedían juntar las piernas. Allí estaba Ulyana, a la que estaban quitando las botas. También se lo hicieron a Lada. A tirones, pues ambas protestaban relinchando y se oponían las metieron en la casa hasta llegar a una habitación donde las empujaron y cerraron la puerta con llave. Trataron de abrirla pero estaba cerrada. Entonces se giraron y miraron la cama: sobre una cama redonda de unos tres metros de diámetro una pareja follaba. Pedro y Minerva. Ella se retorcía de placer mientras él salía y entraba de su coño y ano, elevados por los almohadones que tenía debajo y por sus piernas apoyadas en los hombros, a la vez que con las manos apretaba , pellizcaba y retorcía sus pezones. Ella se corrió entre gritos y suspiros. Cuando calló, él sacó la verga de su coño y la metió en su ano. Poco después se vaciaba en él. Cuando la sacó para dársela a limpiar a Minerva Ulyana se adelantó y arrodillándose en la cama se la metió en su boca.

—Quieta —dijo Pedro pegándole una palmada en el pubis—, bueno mejor date la vuelta.

Minerva se dio la vuelta y Pedro incitó por señas a Lada a meter su lengua en el ano de la mulata. Ella se acercó y arrodillándose en la cama succionó el semen que goteaba del ano de la mulata.

Cuando acabaron las dos rusas se arrollaron en el suelo.

—Sé que tenéis prohibido estar en la casa si lleváis aditamentos de pony. Y sé que lleváis vuestras colas. Yo lo he ordenado así. Y mis ordenes superan incluso las normas. No os pasará nada.

»Ahora vamos a dormir, que vosotras habéis tenido un día duro. —Acarició los pequeños pechos de Lada—. Alguna más que otra, aunque no sé si duro es el término adecuado. Y mañana tenéis que tomar importantes decisiones.

Pedro cogió a Lada y la subió a la cama, abrazándola por la espalda y poniendo sus manos en los pechos, se tumbó de lado y apoyaron ambas cabezas en la misma almohada. Minerva besó a Ulyana en los labios, saboreando su propio sabor mezclado con el de Pedro. Se acostaron pecho contra pecho, a espaldas de Pedro. Las manos de la mulata se fueron al culo de la rusa. Cuando Pedro empezó a roncar estiró y quitó la cola del ano.

—Chissss —dijo en su oído en ruso—. Susúrrame lo que quieras, pero bajito que no se entere el Amo.

Descubre la Comunidad de Webcams +18
Conecta, comparte y vibra en vivo con las cámaras.

comunidad.todorelatos.com

Valore y Comente los relatos que lee, los autores lo agradecerán y supondrá una mejora en la calidad general de la web.
 Comentarios sobre este Relato (2)
\"Ver  Perfil y más Relatos de JBWriter
 Añadir a Lista de Favoritos
 Reportar Relato
« VOLVER A LA PÁGINA ANTERIOR IR ARRIBA  ▲
 

📹 WEBCAMS +18: 1.000 Monedas Gratis!