Después de un día difícil terminé en el taller mecánico donde aquella mañana dejé mi carro para una revisión, eran casi las 6 de la tarde cuando pase a recogerlo, por lo regular siempre había varias personas entre ayudantes, clientes y amigos del mecánico, pero en esa ocasión sólo había un ayudante y ya iba de salida.
No era la primera vez que iba a ese taller y ya había tenido algunos coqueteos con el mecánico y en esta ocasión él estaba recién bañado y olía muy bien, siempre me había gustado mucho. Cuando llegue se me quedó mirando todo el cuerpo con mucha insistencia y me dijo que me veía muy bien, yo llevaba puesto un pantalón de mezclilla y una blusa blanca nada fuera de lo de siempre, me invitó muy amable a pasar a una pequeña oficina que tenia, me siguió diciendo que iba muy guapa y sexy ese dia, todo estaba puesto para que pasara algo.
Se me acercó y sin más me plantó un beso en la boca que me dejó un poco sorprendida pero me dejé llevar, fue un beso al principio muy tierno pero en un momento más ya estaba metiendo su lengua en mi boca y recorriendo mis nalgas con sus manos primero, empezó a abrir mi blusa y empezó a besar y a chupar mis pechos por encima del brasier para después arrancarmelo bruscamente, yo me quedé desnuda de la cintura para arriba y completamente mojada de mi entrepierna.
Estábamos los dos de pie y me pidió entonces que estando parada me inclinara sobre una silla de plástico que estaba por un lado lo que yo inmediatamente hice y así me agaché para recargarme sobre los brazos de la silla él me abrazó por detrás y empezó a bajar mi pantalón por detrás de mí, como traía zapatos de tacón alto me desabrochó el pantalón y empezó a bajarlo solo hasta debajo de las rodillas y me empino un poco más dejando todo mi culito y mi vagina a su alcance, empezó a acariciar mi vagina y a meter un dedo muy despacio con lo que mi humedad aumentó mucho más, sacaba y metía su dedo y luego subía y masajeaba mi clitoris con la punta de su dedo, de pronto se arrodilló y empezó a chuparme subiendo desde el clitoris, pues yo estaba de espaldas, para subir por mi vagina y llegar hasta mi culito, yo me veía en un espejo que estaba por un lado y me encantó verme así en aquel pequeño cuarto de ese taller ahí empinada en una silla y con el mecánico alternando su lengua y sus dedos en mí vagina y también a escarbar un poco mi culito lo que me gustó mucho, él estaba muy excitado y me acariciaba y me besaba desde las nalgas hasta los hombros y hasta una mordida me dio en la espalda que me dolió pero me encantó, que hasta una marca me dejó.
Así en esa posición se centro en meterme primero un dedo en mi panochita, yo empecé a gritar como loca de placer al ver esto él sacó su dedo para volver a meter pero ahora dos y luego tres dedos yo me sentía muy caliente cuándo empezó a acariciar mi culito y a meterme también un dedo por mi ano. Ya para ese momento había tenido varios orgasmos muy ricos, él todavía estaba completamente vestido y cuándo sintió que yo ya estaba escurriendo de los orgasmos qué me había causado con sus dedos y su lengua.
En ese momento me pidió que me sentara en la silla, yo todavía estaba empinada recargada en los brazos de la silla, y ya estando sentada se acercó a mí él parado y muy cerca de mi cara, no me tuvo que pedir que le desabrochara el pantalón, abrí su cinturón, y bajé la cremallera, se los bajé un poco y apareció una verga gruesa y venosa con una gota transparente en la punta de aquel fabuloso miembro, se la empecé a chupar primero sólo con mi lengua recorriendo y saboreando desde los testículos hasta la punta de su pene, esto me encantó y el empezó a gemir y a sobarme los pechos muy rico, y después de pocos minutos de estar prendida de su verga empezó a ponersele más dura y yo se la seguía mamando muy excitada y a mojar la silla en la que estaba sentada, lo mejor fue cuando se empezó a venir en mi boca, conforme sentía como salía su semen caliente dentro de mí boca se la seguí mamando hasta que me llenó la boca de un líquido espeso y un poco dulce delicioso en verdad, él seguía gimiendo y me tenía tomada fuertemente de mi cabeza masturbandose con mi boca hasta que ya no salió nada más, con su venida todavía en mí boca se la seguí chupando hasta dejársela bien limpia, me pare y fui al baño a escupir su semen, me encanta chupar vergas pero no tanto tragarlos, los escupí en el lavabo me seque toda la humedad que me escurría hasta las rodillas, me subí los calzones y el pantalón y todavía salí desnuda y me puse el brasier y la blusa delante de él, me dio unas pequeñas mordidas en los pezones y me enseñó la marca de sus dientes en mí espalda, acabé de vestirme deseando que me fallara pronto otra vez mi carro para venir a que me componga todo.