Usuario:
 Contraseña:
 CREAR CUENTA  Recordar Clave  Ayuda
 3.533 Lectores conectados [ Comunidad de Cams +18 ]  23.920 Autores | 139.811 Relatos eróticos 
NOVEDADES CATEGORÍAS TOP100 AUTORES BUSCADOR
TODORELATOS » SEXO CON MADURAS » CUANDO MI ESPOSO SE EMPERRÓ EN TENER CUERNOS (2)
[ + 
Fecha: 14-Nov-23 « Anterior | Siguiente » en Sexo con maduras

Cuando mi esposo se emperró en tener cuernos (2)

dBastetHW
Accesos: 9.594
Valoración media:
Tiempo estimado de lectura: [ 20 min. ]
 -   + 
Soy una mujer casada de fuerza inquebrantable, que se asoma a un abismo, con un esposo que juega con fuego y con un hombre que es una tentación. Entre ambos tratan de debilitar mi fuerza, ¿lo lograran? Saliendo de dudas Version para imprimir

Salgo de los aseos convencida de que lo ha hecho para provocarme, alterarme y reírse de mí, algo que me molesta mucho. A lo lejos veo a las mujeres hablando ellas solas y a todos los hombres incluido Carlos hablando entretenidamente. Miro a mi esposo y no le noto nada, a excepción del enfado que tenía de antes, porque a Iñigo no le gusta perder en nada y le había quedado la sensación de haber perdido y era demasiado competitivo. Se notaba que era Iñigo quien estaba más incómodo. Es imposible que le haya podido dar tiempo de decirle algo a Iñigo, ha sido solo una provocación.    

Según pasa el tiempo mi esposo me dice que no está a gusto y me está pidiendo que sea yo la que ponga una excusa, no me gusta nada tener que hacer ese papel, que ya he hecho en más de una ocasión y se lo estoy reprochando cuando se nos acerca carlos que le dice a mi esposo ▬espero que no te hayas mosqueado, quiero que cuando acabemos aquí, nos juntemos a hablar entre nosotros▬ Iñigo tuvo una respuesta seca diciéndole que se podían reunir en otro momento y fue la primera vez que vi a Carlos imponiendo cierta supremacía ▬IÑIGO que no te he preguntado si quieres, que te he dicho que tenemos que vernos. Te permito que elijas el lugar▬ se marchó dejando a mi esposo con la palabra en la boca y reconozco que, aunque me molesto sus formas, también me excitaron, porque no es nada fácil doblegar a Iñigo que tiene un carácter y un genio que le llevan los diablos.      

• Iñigo de verdad, ¿Cómo no le has puesto en su sitio? ¿Cómo has permitido que te hable de esa forma?              

• Tu tranquila, que no he querido montar jaleo, pero luego si le voy a poner en su sitio a ese niñato.            

• Me estás diciendo que vas a hacer lo que ha dicho ¿estás loco? Porque yo no pienso ir a ningún otro sitio después de salir de aquí, salvo a mi casa.         

• Me parece muy bien, es un buen sitio para leerle la cartilla a Carlos. No quiero que se sienta humillado una vez que le diga todo lo que le tengo que decir.              

• Le has llamado niñato, me parece que es el único hombre que hay aquí, porque ni tus socios y mucho menos tú, habéis sido capaces de toserle. ¿Dónde has dejado tu hombría?             

• La hombría no se mide en esto, no seas patética.     

• ¿Patética...? ¿sabes lo que me ha sucedido cuando ha ido al baño esta patética?            

• No, pero dímelo...           

• Déjalo, no merece la pena.    

Nada más llegar a mi casa les doy las buenas noches y me marcho a mi habitación, aunque dejo la puerta abierta para escuchar lo que hablan.    

• Supongo Iñigo que te has cabreado por lo que os he dicho a tus socios y a ti. Pero no tienes por qué cabrearte.              

• No ha sido cabreo Carlos, ha sido sorpresa. Hemos hablado mucho entre nosotros y nunca me has insinuado nada de lo que has dicho.           

• Lo que, si te he dicho varias veces, que vosotros tenéis vuestro equipo que hace sus estudios y yo mi gente que hace lo propio. Hemos tenido otras ofertas y nuestro estudio decía lo que decía, si lo aceptáis bien y si no tan amigos. Ya ves que no estaba mal enfocado cuando ha sido aceptado de manera inmediata.            

• También lo hubieran aceptado si me lo hubieras avisado primero a mí. ¿No lo crees?             

• Si, pero hubiera habido contraofertas y más pérdida de tiempo. No hay nada como el factor sorpresa. Cuando externalizo servicios, prácticamente tengo todo claro desde el minuto uno.           

• Si ya te he dicho que no me has cabreado y en parte te entiendo.    

• Sé que mi edad confunde a la gente... no me digas que no, pero si te vale de algo, a tu socio, al que dio el visto bueno sin consultaros, que eso sí me pareció mal, le he avisado que a partir de que firmemos, solo quiero un interlocutor y tienes que ser tú.    

Escuchaba la sumisión de Iñigo, me solivianta y me excitaba de la misma manera, me llegaban pensamientos totalmente inmorales y no acordes a mi forma de ser. Pero una vez se llegan a unos años, una se hace muchas preguntas de la vida, cuando te conviertes en madre, nuevas preguntas, piensas que ya no vas a gustar, aunque estés físicamente bien como es mi caso. Decido una vez me he cambiado y pasado por el baño, ir junto a ellos. Al ver a Iñigo entre risas, se queda cortado porque seguro que luego me va a contar que le ha puesto como un pingajo, porque no sabe que los he escuchado y efectivamente Carlos se va al aseo y mi marido me dice que ya lo ha puesto en su sitio, diciéndome también que lo hablado de carlos lo olvide y que con él no va a pasar nada ni puede pasar. Ahora llevo puesta una camisa blanca bien abrochada y una falda gris oscura con una abertura lateral, que si sueltas el broche que lleva se abre completamente.     

Estoy pensando en decirle que los he escuchado, pero llega Carlos y no puedo. El salón de mi casa está puesto de la siguiente manera, una mesa baja grande cuadrada. Dos sillones de dos plazas puestos en lados opuestos de la mesa y un sillón de una plaza (el del hombre de la casa) que nada más se sienta Iñigo en él. Carlos que había estado sentado en el otro sillón, cuando regresa se sienta a mi lado. A mí me da un ligero sofoco y mucho nerviosismo de todo tipo y a Iñigo le cambia su cara, está confuso, extrañado y un poco alterado. El único que tiene seguridad es Carlos, se le ve en su salsa y sospecho que nos tiene calados y no sé cómo, sabe que Iñigo es un cornudo consentido en potencia.    

Deriva la conversación a situaciones más íntimas y personales. Es sutil en lo que habla, pero poco a poco nos va dejando en evidencia sin ser muy claro, porque nuestros silencios son muy traicioneros y a Carlos le hacen avanzar más por ese terreno. Me acaricia parte del muslo muy poco y la rodilla, diciéndole a mi marido que tenía la piel muy suave y un tacto divino. Mi esposo le da la razón y de inmediato le dice▬pero no creo que a Amparo le haga gracia que le toquen la pierna▬ Carlos ni se inmuta, le responde que, seguro que no me ha molestado, Iñigo me clava su mirada y la verdad que no sé qué decir o hacer. Entre otras cosas porque me está excitando su atrevimiento, el tacto de esa mano tan grande y la sumisión de mi esposo. De pronto sin querer y sin poder evitarlo, me viene una imagen de muchos comentarios que me hace mi esposo cuando tenemos sexo y me imaginaba en ese momento a carlos comiéndome mi cuca y viendo como mi esposo le come su verga. Me mojo como nunca y tengo que hacer esfuerzos para no pensar en eso. Me pongo a pensar en cosas del trabajo y algunas que tengo que hacer al día siguiente con mi madre.    

No ha quitado la mano, aunque no la ha movido de la rodilla. Deduzco que al no decirle nada y al guardar silencio mi esposo, se tomó más confianzas y sin venir a cuento, mirando a Iñigo    

• Lo que más te envidio es la mujer que tienes, es bellísima y está para pecar, es que me faltan palabras y menudo culito que tiene... te lo tienes que pasar de muerte [alucine por el comentario, pero la respuesta de mi marido fue para alucinar dos veces]             

• La verdad que sí, he tenido mucha suerte y que con tantas horas de gimnasio está perfecta. Jajajajaja, lo de su culito es un asunto más delicado de tratar.            

• Debes ser la envidia de tus vecinos, del gym, de tu trabajo... seguro que muchos han tenido muy malos pensamientos o muy buenos según se mire.            

• Jajajaja, seguro que ha habido de todo.               

• Es que tiene una forma perfecta, aunque tampoco me he fijado bien por no ser muy descarado, pero parece una forma perfecta. Yo creo que se podía levantar y verlo.            

• Hombre tampoco pasaría nada, es como si la vieras por la calle. Amparin... ¿te importaría? [Acababa de pasar lo impensable. Mi esposo quería que me pusiera en pie para que un extraño, porque al final era un extraño me viera el trasero, aunque fuera con ropa. Lo peor que me levante y encima viendo la cara de salido de Iñigo, coloque el trasero un poco salido]       

• JODER... Ahora que lo veo mejor, se puede decir que es perfecto. Mira que he visto culitos, pero este... BUFFFF               

• Es divino, estoy de acuerdo contigo.           

• Seguro que te pone cachondo que la deseen, porque reconoce que es mucha mujer para uno solo. [Guardó silencio en lo de que le pone cachondo, que era como decir que si]            

• Cuando más se nota es cuando uno va cumpliendo años, que en el hombre baja y en la mujer sube, si se nota. [Me parecía que Iñigo empezaba a tener una erección incipiente]             

• Seguro que lo que más te gusta es que la miren y en la playa más.            

• Jejejeje, que cosas dices...    

• Pues se me ocurre que podía levantarse un poco más la falda para ver mejor su culito [no era capaz ni de tragar saliva cuando lo escuche y mire con ojos de loca a mi esposo]             

• Si fuera por mí no me importaría, pero es ella quien tiene que decidir. Así que Amparin... tu misma [me subo un poco la falda, justo hasta el límite de mis nalgas y me quedo impávida cuando mi esposo suelta el broche y me quedo con la falda entre mis manos]             

• [Carlos no se conforma con eso, me empieza a acariciar las nalgas, suelta el petardazo y ya le es imposible disimular su erección. Mi esposo tiene una erección viendo a otro tocarme las nalgas] Menudo culito. Ahora se aprecia mejor que cuando lo he tocado en la sala de fiestas.            

• ¿Qué le habías tocado el culo?              

• Siiii... y también le dije que por la chulería que había tenido conmigo pensaba darle unos azotes en este culito para que sepa quién manda, porque me imagino que a ti te torea todo lo que quiere. Y también le dije que te diría que pensaba follármela.          

• No me habías dicho nada de eso Amparo y que le dijiste.    

• Ya te respondo yo. Me llamo puto cerdo y por cómo tiene el coñito, yo seré un puto lo que quiera, pero ella muy PUTA.      

Me tenía los dedos metidos entre mis muslos desde atrás y me tocaban mi cuca sin piedad. Demasiado habilidoso porque ante la mirada de cachondo-pasmado de mi esposo, me dio un azote en una de mis nalgas y decía ▬que culito más duro, me pone mucho▬ y a continuación empezó a “hurgar” en mi entrada trasera. Se había chupado uno de sus dedos y empezó con unos juegos en la entrada de mi ano, sus manos eran grandes y sus dedos eran más grandes, más de uno quisiera tener una verga de ese tamaño. ▬Esto es lo más... me cuesta meter mi dedo dentro de su culito, ay cabronazo no has estrenado este culito, menudo gilipollas. Es un pecado, pero le vamos a poner solución esta noche, seguro que tienes algún lubricante o algo similar, ves y tráelo que hay que hacer las cosas bien y con placer▬    

Era tontería fingir que no estaba cachonda y cuando mi esposo dijo que no sabía si había, de mi boca salió sin querer que estaban en un neceser, eso provocó una risa en Carlos que dijo ▬buena putita tienes en casa, me gusta que sea colaboradora▬ proteste por el término en el que se refirió a mí y mientras Iñigo iba al baño, Carlos me apoyo en la mesa, que era muy baja y se puso a azotarme diciéndome ▬hoy vas a ser mi puta y tu misma lo vas a decir delante de tu futuro cornudo consentidor▬ no pensaba que unos azotes y tan agresivos podían dar tanto placer o era que estaba muy cachonda. Me di cuenta de que mi esposa estaba ya allí, cuando dejó el tubo sobre la mesita, alce la cabeza mientras me azotaban y me llené de vergüenza.   

Mi pequeña ropa interior estaba empapada y no se conformaba con haberme humillado delante de mi esposo azotándome, ahora le dijo a mi esposo que me desnudara del todo. Una vez que el sumiso de mi esposo lo hizo, Carlos se había quitado chaqueta, corbata y camisa dejando ver un imponente cuerpo, que estaba super trabajado, que de eso entiendo. Agarra el tubo que ha traído mi esposo y empieza a lubricar con mucha dulzura el culo, nada de esa agresividad que había mostrado hasta el momento, su delicadeza me llamaba la atención. Mi gran sorpresa llega cuando le oigo a Carlos decir mientras sigue haciendo lo que hacía ▬Iñigo si no te molesta, quítame la ropa que me queda, bueno y si te molesta también▬    

Increíble pero cierto e inimaginable, mi esposo se acerca a Carlos, no puedo ver bien, pero le quita los pantalones y Carlos le dice a qué espera para quitarle los boxes y los calcetines. Primero le quita los calcetines y finalmente el bóxer, el carraspeo de mi esposo es el que suele poner cuando queda contrariado o sorprendido por algo. No podía ver bien y haciendo un pequeño esfuerzo veo a mi marido como hipnotizado mirando y es cuando veo la mayor verga de mi vida, larga, gorda, muy venosa... se me debió quedar cara de tonta, como seguro que mi esposo se dio cuenta de lo cachonda que me había puesto esa imagen. Era realmente sorprendente el tamaño, era muy bonita.    

▬¿Os gusta lo que veis?▬ me cuesta que me salga la voz, pero me sale un sí y mi esposo mueve la cabeza con timidez, pero afirmativamente. Ver semejante pedazo de carne elevado, pegado a su tripa, que le llegaba al ombligo me hizo mojarme más. Le dije a Iñigo que de mi pantalón cogiera un preservativo y me lo va a dar cuando le digo que de eso nada que me lo ponga. Me pongo de pie, no quiero perderme ese momento, mientras Carlos me da un primer beso-morreo que terminó de romper todas las barreras que quedaban si es que quedaba alguna. Era un artista con sus dedos, porque me llevaba tocando mi clítoris poco tiempo y me tenía al límite. Nadie me había tocado de esa manera y el muy cerdo cuando estaba a punto de tener un perfecto orgasmo paraba.    

Veo a mi esposo arrodillado e intentando colocar el condón a Carlos, una imagen sublime porque me convertí en una fuente humana. Puedo asegurar a cualquier mujer que es lo más excitante, ver a tu marido sometido por un verdadero hombre no, por un verdadero MACHO. Ya estoy deseando tener ese pedazo de carne dentro de mí cuca, pero él tiene otros planes, porque me ordena que me incline más y lo hice de inmediato. Luego le dice a mi esposo que se coloque debajo de mí, para que me coma la cuca. Lo siguiente que hace es abrir mis nalgas...   

• Amparo que culito más bonito que tienes y se nota que no lo han sabido aprovechar. Que pena con lo delicioso que debe ser follarlo. ¿No te gusta o es que no le gusta al manso de tu marido?              

• Siempre me ha dado miedo y cuando lo hemos intentado, me ha hecho mucho daño. No te lo tomes a mal, pero mi esposo tiene la mitad de lo que tienes tú... no puedes me destrozaras.            

• Es cuestión de experiencia. Si te duele de verdad, me lo dices y lo dejamos, por lo menos vamos a intentar follar este culito como se merece [no sé qué le pasaba a mi cabeza, porque de nuevo fue por libre]          

• Mi amor... ¿dejas a Carlos que me folle el culito? [empezaba a hablar hasta mal]              

• Tu marido no tiene nada que decir, lo que tiene que hacer es comerte el coñito y de vez en cuando mis cojones.            

Mientras hablábamos ni me di cuenta de que Carlos ya tenía colocada su verga en la entrada de mi culo. Mi marido me lamía mi clítoris y Carlos hacía los primeros intentos. Ninguna prisa, no como mi esposo, hacía amagos de entrar, pero no entraba, era como puntear. Dedico el tiempo justo porque cuando esperaba que siguiera con ese juego de meter sin meter, en un movimiento seco, sentí como su punta entró. Se paró de forma inmediata mientras me tocaba resoplar y mis pulsaciones iban a tope. Me acariciaba mis nalgas, subía sus manos a mis pechos, acariciaba mis pezones, graduando esas caricias hasta que parecía que me los iba a destrozar, pero su intensidad aminoraba en el momento justo. En esos menesteres estaba cuando vuelve a dar un movimiento de cadera y noto que ha entrado más, mi culo se abre para recibir su verga, se siente, se nota mucho. No me duele tanto como había pensado, pero me pone en tensión.    

Ni Iñigo con su lengua, ni Carlos “destrozando” mis pezones logran quitarme tanta tensión. Calculo que llevamos como un cuarto de hora y ahora Carlos, con sus dos grandes manos inicia una somanta de azotes en mis nalgas. Me pone muy excitada y siento que no sé de qué manera me ha metido toda su verga dentro, porque su cuerpo y el mío ya se tocan. Se ha quedado quieto, se agacha, besa varias veces mi espalda y acaricia mis doloridas nalgas. Su verga me arde, está como al rojo vivo, es un placer añadido y pienso que debe ser un condón de esos que dan frio y calor. En pocos minutos muy pocos, tuve mi primer orgasmo anal, que fue totalmente distinto a los otros que había tenido y me encanto. Una vez pasado mi orgasmo, Carlos me dijo que para ser la primera vez estaba bien y se salió, que la sensación que me dio fue de un extraño placer al sacarla.    

Vi a mi esposo con su boca y barbilla empapada, me dio risa contenida. Carlos quería ir a nuestra habitación, pues decía que quería follarme en nuestra cama. Fue tumbarnos en la cama y como si nuestros cuerpos fueran imanes, nos enganchamos para hacer un sesenta y nueve. Ni me fijé en que hacía Iñigo, lo único que hice fue dejarme llevar por el placer que me daba la lengua y los dedos de Carlos, eso no era un cunnilingus era un CUNNILINGUS SUPREME, aunque me costó al principio adaptarme al tamaño de su verga, al final lo logré y era una maravilla. Ya no tenía condón y seguía ardiendo era algo extraordinario, porque sin él se notaba más caliente. Al llegarme el orgasmo hizo algo que además de darme un placer infinito, nunca me lo habían hecho, su boca hizo como de ventosa sin dejar de mover su lengua, no sé explicarlo bien.    

Quería sentir su verga, era ya una necesidad y por eso cambien de posición, me puse encima de él, pero Carlos evitaba que me la pudiese meter, me estaba desesperando y no me gustaba que me hiciera eso, porque tampoco me apetecía que estando mi esposo mirando viera la “necesidad” de verga que tenía su esposa, tan santa hasta esa noche. Nos besamos-morreamos y le dije al oído con un susurro muy bajo que me deja ya y él no se anduvo por las ramas ▬Iñigo tienes toda una putita, me pide que la folle, pero no ha aprendido todavía▬ que rabia me dio y más me aumentó cuando escuche a mi esposo ▬no me dices nada nuevo, que ya sabía que era una buena puta, la única que no lo sabía todavía era ella▬ y aquí fue cuando me descompuse ▬CARLOS FÓLLAME QUE SOY TU PUTA Y NO LA DE ESTE CORNUDO QUE SE ESTA PAJEANDO VIENDO COMO ME FOLLAN▬ Carlos ordeno a Iñigo que cogiera otro preservativo y que se lo colocara.   

Si Iñigo quería jugar fuerte, íbamos a jugar fuerte, aunque fuera nuestra primera vez en este tipo de situaciones. Cuando fue a ponérselo le dije ▬de eso nada monada, antes comete su verga que es lo que te toca como un verdadero cornudo▬ esperaba su oposición y que va, ni lo dudo. Era verdad lo que me dijo de que estaba abierto a nuevas experiencias. Le insulte llamándole puto maricón y que se quitase, aquí fue donde si reacciono, porque Carlos no tenía todavía puesto el condón y mi esposo se negaba a que lo hiciera sin nada. Sin que nadie se lo exigiera Iñigo se lo coloco. Abrí bien las piernas para que ese toro bravo me embistiera.  

Jugó al principio conmigo, porque parecía que me la iba a meter de una vez y no, metía la punta un poco y la sacaba, hasta provocarme para que levantara mi culo y que me la metiera, pero no se dejaba. Hasta que en el momento menos esperado me ensarto como a una brocheta metiéndome toda la verga de un solo estoque. Hasta ahora llevaba todo el tiempo moderando mis expresiones, mis gemidos, pero del placer que me produjo, lance un grito de entrega, de máximo placer. Ya me dio igual todo, sentir esa verga al rojo vivo dentro de mí era demasiado, sentir ese cuerpo sobre mí transfiriendo toda su potencia a mi cuerpo era algo insuperable. Por mi boca y mirando a mi marido me salía sin remordimientos, sin ningún esfuerzo y con total entrega ▬ahora sí, si... SOY TU PUTA Y LO SERÉ SIEMPRE, pero no te pares▬  

En ese momento sin dejar de mirar a mi marido y aunque sabía que lo iba a enfadar, hice que Carlos se saliera un momento, metí mi mano hasta llegar a su verga y arranque el condón, que se lo lance a mi marido y esta vez sí que pude yo sola meterme la verga de nuevo. Hizo un gesto de levantarse de donde estaba, pero al final no lo hizo siguió con sus pajas, mientras a mí, me empezaron a llegar orgasmos en cascadas, veía a mi esposo borroso, era la primera vez que tenía ese tipo de orgasmos, eran cortos y seguidos, hasta que siento que el empuje de Carlos es más intenso, a su respiración le pasa lo mismo, noto sus bocanadas al respirar y de pronto se empieza a correr dentro de mí. Lo primero que me llama la atención es la manera de gemir por definirlo de alguna manera, es algo exagerado y luego el notar como descarga dentro de mi cuca, es algo que parece igual de exagerado a sus gemidos. Claro, todo eso me provocó una excitación igual de exagerada teniendo el orgasmo más brutal, largo e intenso que he tenido en mi vida. Lo que hizo que sus gemidos más los míos, gritos que diría luego mi esposo, se unieran y el escándalo fuera de dimensiones épicas.  

Mi esposo quería tener cuernos pues ya los tenía, pero ahora tenía que ser un grado más, para que se fuera enterando de cómo había cambiado todo, porque tenía que ser cornudo y humillado. Lo de humillado tenía que ir entre comillas, porque quería que fuera de esa manera, porque en sus fantasías cuando estábamos en la cama y muy encendidos le decía que hacía lo que le iba a mandar ahora. Que fue hacer que Carlos se quitara y que me comiera la cuca. Sus primeras palabras fueron embarulladas ▬QUE DICES... ¿COMO? JAMÁS, NUNCA... TU NO ESTAS BIEN▬ y como respuesta levanto mi mano y dobló varias veces un dedo llamándolo, se va acercando abro bien las piernas y le digo ▬empieza que necesito que lo hagas, que no sé porque, pero me siento muy llena▬ fue como un dulce corderito, empezó a lamer con timidez y luego lamia con deseo, avaricia y mucho deseo, porque se le escuchaba aguantar los gemidos. Ahora lo que hice fue ponerme encima de su boca y lo que se avecinaba era muy bueno.   

Tuve el mejor orgasmo que me había dado nunca mi esposo. Al quitarme me quedé fascinada, porque no podía ser, la boca de mi esposo, su barbilla y todo estaba lleno de semen. No podía ser, era imposible que Carlos hubiera tenido una eyaculación semejante y pensé que era todo mío porque había estado más hiper excitada que nunca. En cuanto me puse de pie noté como me salía muslos para abajo más, lo toqué y era puro semen y se me escapó▬NENE ¿hace cuánto no te corrías?▬no me responde y se ríe. Me voy al baño, en parte me siento sucia, pero a la vez me siento más mujer y porque no decirlo muy puta. Y aunque echo de menos sentir remordimientos, no me importa. Termino en el baño y cuando salgo, Carlos se ha vestido, muy prudente el, nos dice que nos deja y que si se tercia otro día ya nos veremos. Que yo sé que se va a terciar y una vez me quedo a solas con mi esposo.  

• ¿Iñigo qué ha pasado?              

• Nada, es que sabe lo que se hace. Me ha dicho que nos dejaba porque tendríamos mucho de qué hablar y le he dicho que si, que tenía razón.            

• No me lo esperaba, porque no me hubiera importado seguir.            

• Jajajajaja, eso ya me lo imagino, porque, aunque te he visto muy contenida, me he dado cuenta de cómo estabas.              

• Ni te lo puedes imaginar. Es un toro, que manera de follar. Es dulce pero salvaje. Es una mezcla explosiva.            

• ¿Y qué me dices de su verga?   

• Estuve a punto de gritar de alegría, menudo ejemplar. Lo que es increíble la temperatura que alcanza... es demasiado.               

• A mí a parte del tamaño que es descomunal, lo que me ha sorprendido, que la puta de mi esposa, o sea tú, con la mía te quejabas y este te ha metido un garrote extralargo y tu culo se lo ha comido entero.           

• Ahora empiezo a creer eso de que más vale maña que fuerza y reconozco que Carlos ha sido muy mañoso. Porque no ha sido solo meterla, ha sido como ha hecho para darme un placer desconocido.            

• ¿Tú quieres repetir?              

• Pues claro que quiero ¿y tú?           

• Con una sola condición que es que te sueltes más.   

• Sin problemas, porque en el baño ya lo había pensado y decidido. Ahora solo queda que quedes con él para otro día y cuanto antes mejor, jeje. Ah y estoy abierta a otros hombres siempre que me gusten mucho.               

• Eso me alegra, porque quiero que aunque sea con prudencia, tener a la esposa más puta. Lo de quedar no es cosa mía, porque TU TORO, ha dicho que si queríamos quedar tenía que recibir una buena invitación de la puta de mi mujer.            

• Jajajaja, mañana mismo. Ahora vamos a ver si has aprendido algo y puedes follarme el culo.  

Descubre la Comunidad de Webcams +18 de TodoRelatos
Conecta, comparte y vibra en vivo con las cámaras.

comunidad.todorelatos.com

Valore y Comente los relatos que lee, los autores lo agradecerán y supondrá una mejora en la calidad general de la web.
 Comentarios sobre este Relato (6)
\"Ver  Perfil y más Relatos de dBastetHW
 Añadir a Lista de Favoritos
 Reportar Relato
« VOLVER A LA PÁGINA ANTERIOR IR ARRIBA  ▲
 

📹 WEBCAMS +18: 1.000 Monedas Gratis!