Salí de la casa y mientras iba hacia el hotel no dejaba de imaginar en cómo serían las relaciones incestuosas consensuadas.

Llegué y mis papas ya estaban acostados, les dije buenas noches y entre a mi habitación.

Me quite mi vestido y quede solo con la tanguita sobre la cama. Me metí mi mano bajo el resorte de a tanga tocándome suavemente mi clítoris recordando lo que había pasado, oliendo aun a ella, a Zuly.

Estaba pensando en ella cuando timbra mi cel.

“Hola, ¿no te has dormido aun?”, era ella.

En eso ando, recordaba lo que paso.

“¿Te gusto?” pregunto.

Claro que me encanto, le conteste.

La próxima vez que nos veamos quiero que hagamos el misionero mientras dejamos que nuestras lenguas jueguen, ¿te gustaría?, le pregunte.

¡Uuuy, que lanzada ¡

Me estaba tocando pensando en cómo serán sus relaciones incestuosas y sus fiestas familiares.

Son muy calientes y muy erotizantes. A mí me gusta mucho ve como cogen mi hermano y mi mama, es un superespectaculo.

¿En tu casa nunca ha habido guiños de incesto entre alguno de ustedes?, me pregunto

No, para nada o al menos no que yo me haya dado cuenta.

¿Y te gustaría?, pregunto

Sí, si me gustaría.

“Mira, mis papas desde muy niños nos involucraron en este tipo de relaciones y para nosotros son normales, incluso conocemos otra familia que lo practica, pero pasa que esta muy estigmatizado y se mantienen muy escondido. Pero es muy común, más de lo que se sabe.

Tal vez en casa de familiares tuyos o vecinos lo practiquen y no lo sabes.

Tenemos una prima que es trans y a veces la invitamos.

Esta buenísima y tiene una verga muy rica.

A mí me gusta coger con mi hermana mientras papa nos ve mientras se masturba, también me pone a millón ver como mi hermana la mama la verga a mi papa.

“¿Has imaginado como seria cogerte a tu papa?”,

Me quede sin palabras porque con su plática ya estaba mojada por lo excitada que me había puesto su platica.

“Mañana que vengas te platico lo que quieras al oído mientras hacemos el misionero, ¿te late?

Me encantara estar nuevamente contigo.

Me dijo que llevara mi traje de baño puesto con el que me vio en la playa porque quería verme como me veía con el traje y sus tacones.

Le dije que nos viéramos más temprano para estar más tiempo juntas lo cual le pareció bien.

Acordamos la hora y me sugirió que entrara por la puerta del jardín que da a la calle de atrás.

Llegué un poco antes de las seis pm, me puse una camiseta t-shirt muy floja mis sandalias y nada debajo, ni bra ni tanga.

Le llame antes de llegar y ya me esperaba en la puerta.

En cuanto cerró la puerta me pregunto si llevaba el traje puesto, negué con la cabeza levantándome la camiseta para que viera que no llevaba nada debajo.

Se me pego y aun con la camiseta arriba me acaricio mis nalgas sin importar si los demás nos veían.

Me tomo de la mano y caminamos hacia el interior de su habitación.

En la mesita había una botella de vino, dos copas y manzanas.

Me dijo: “Te invito una copa de vino”

Nos sentamos de cada lado de la mesa quedando de frente, lleno las copas de vino y dijo que brindáramos por habernos conocido.

Ella llevaba un short muy corto de algodón delgado casi cachetero y un top atado al cuello y espalda. Le gusta lucir sus nalgas y sus tetas.

Me siguió platicando de sus vidas sexuales en familia y de cómo les gustaba invitar a su primo trans para que cogiera con sus papas.

Me dijo que en los años nuevos se juntaban otras dos o tres familias para celebrar el fin de año con una “súper cena” donde era todos con todos durante tres días.

Me conto que ella siempre prefería una buena nalga y un clítoris pero que no le hacia el feo a una buena verga que en esas fiestas ella siempre buscaba a las esposas amigas de sus papas porque se ponían más calientes y eso la excitaba mucho. Le gustaba que sus esposos y sus papas vieran como se las cogía y como las hacia gritar de placer.

Y que entre su hermano y su papa ella prefería coger con su papa porque su hermano es algo menso.

Por la plática y el vinito ya estábamos a punto, entonces se levantó y camino hacia el refri para sacar dos cervezas diciéndome que cambiáramos un poco.

Nos tomamos las cervezas y al terminar la mía me levanté de la mesa, fui a donde ella estaba sentada y me le senté a horcajadas cogiéndola del pelo para darle un beso metiéndole mi lengua hasta su garganta. Luego me pare, me levante la camiseta y con la otra mano me metí dos dedos a mi puchita para dárselos en la boca con llenos de mis jugos.

Su mirada era más que expresiva.

Me senté en el bordo de la mesa y me subí quedando dentada frente a ella. Separe mis piernas poniéndolas en los bordes de la silla de ella y levantándome la camiseta para dejar expuesta mi brillosa amiguita que ya pedía a gritos una mamada.

Quiero tu lengua aquí, le dije al tiempo que con mis dos manos separaba mis labios para que pudiera ver lo mojada que estaba.

Me miro con una mirada que me fulmino, con sus manos recorrió el interior de mis piernas hasta chocar con mis manos, me metió un dedo y se lo llevo a la boca. Separo sus manos para pasarlas por debajo de mis piernas de agarrarme de las caderas, hizo hacia atrás un poco la silla para inclinar su cabeza y pegárseme como lapa a chuparme mi clítoris.

Se bajó de la silla para quedar hincada haciéndome alcanzar el infinito con un orgasmo. Al ver que estaba teniendo un orgasmo se levantó se bajó su short y se me pego frotando su pubis contra mi hambrienta puchita que quería más y más.

Mientras me embestía le veía su cara, que hermosa expresión de entrega sexual, que maravilla de compañera sexual me había encontrado. Dominante pero tierna.

Empezamos a tener un orgasmo juntas y mientras ella jadeando repetía; voy…voy…voy. Yo le decía ven, ven mi amor. Eso me inspiraba mucho deseo sexual y mucha ternura.

Terminamos y yo seguía acostada en la mesa con mis piernas colgando, ella se reclino para besarme muy suavemente mis pezones mientras yo le acariciaba su espalda.

Nos sacó de nuestro embeleso un ruido y al voltear a ver que lo ocasiono era su hermana parada en la puerta.

Tenía un vestido blanco hasta el tobillo sin magas y no llevaba zapatos.

Nos dijo que estuvo viéndonos un rato y que tuvo dos orgasmos masturbándose.

Agrego que si no le queríamos seguir y la invitábamos