¡¡¡MUCHAS GRACIAS!!!
(Con este episodio finaliza esta serie, han sido veintitrés episodios en los que he intentado mantener el hilo de una historia llena de intriga, aventura y sobre todos esclavas y sexo. Espero haber conseguido una historia entretenida con la que hayáis podido disfrutar leyéndola tanto como yo he disfrutado escribiéndola, y eso que en algunos momentos ha sido una auténtica locura mantener la historia con los cerca de cincuenta personajes que han ido apareciendo.
Como comenté cuando finalice la Serie El Maestro, esto no es un final es tan solo un punto y aparte, se cierran historias, se abren otras y muchas se quedan abiertas, mi intención es que muchos de estos personajes sigan apareciendo en siguientes relatos.
Gracias por leer mis historias y traducciones, por vuestros comentarios y valoraciones.)
El Viaje de Fin de Curso 23 – Regreso a Casa
Después de todo lo ocurrido estos últimos meses, se me hace raro estar paseando tranquilamente con Selene como si fuésemos una pareja normal, disfrutando de los últimos cuatro días de vacaciones antes de regresar a los Estados Unidos.
Apenas hemos pasado un día en la capital después de pasar varios días en el desierto para poner en orden mis nuevas responsabilidades con las tribus. Ese día fue el tiempo justo para despedirnos de Lady Stephanie, no ha sido una despedida en sí, dadas mis nuevas obligaciones volveré bastante a menudo a Kanaan, y tengo la intención de hacerlo en compañía de Selene. A Lady Nabila y Rose las veré en Los Ángeles y más ahora que la periodista ha decidido retomar su faceta de investigación en un innovador laboratorio construido en una de las antiguas mansiones de las colinas.
A Yaiza y a Noemi las veré en un par de semanas cuando regresemos a la universidad, además aprovecho un rato que las chicas quieren pasar a solas para despedirme también de mi madre y de Lady Alina. Aunque todos nos preguntan a donde vamos, Selene y yo mantenemos el secreto de nuestro destino.
El destino elegido para esa última etapa de nuestras vacaciones, ha sido Valladolid, una pequeña ciudad española a doscientos kilómetros de Madrid, que Selene escogió como destino después de las recomendaciones de Lady Nabila.
Hemos pasado los tres primeros días visitando localidades cercanas, disfrutando de la gastronomía y los monumentos: el Acueducto y el cochinillo en Segovia, el cordero y las Murallas en Ávila, El Castillo Templario en Ponferrada, el Castillo de la Mota en Medina del Campo, localidad donde murió Isabel la Católica, una de las principales responsables del Descubrimiento de América. Lugares todos ellos que hace unos meses me habrían parecido seguramente aburridos, pero que después de lo ocurrido estos últimos meses llaman mi atención y más teniendo a Selene, una apasionada de la historia como guía.
A pesar de estar paseando por la zona central de Valladolid, su Plaza Mayor, la Calle Santiago, el Campo Grande, en plenas fiestas de la ciudad, con las calles llenas de gente, es un placer pasar desapercibidos, o todo lo desapercibidos que podemos pasar un musculoso y atractivo chico de casi metro noventa de altura acompañado de una exuberante pelirroja cercana al metro ochenta, con un cuerpo lleno de curvas que no se preocupa en ocultar con el corto vestido azul claro que lleva encima, con el collar que la regalé hace meses como único adorno.
Sonrío cuando al llegar al Palacio de Santa Cruz, un edificio del siglo XV, sede de la Universidad de Valladolid, Selene me agarra de la mano, algo avergonzada por la forma en que tanto los chicos como las chicas que se congregan en la plaza se quedan mirándola. Antes de este viaje, Selene era igual de sexy y deseable, pero se mostraba tímida y retraída, ahora después de lo ocurrido estos tres últimos meses como esclava en Kanaan, apena le importa exhibirse, es más disfruta sabiendo lo que provoca en los hombres y en las mujeres, haciéndoles saber que es inalcanzable, intocable para todo el mundo menos para mí.
“Quizás esta noche cuando salgamos te deje buscar una chica que llevarte al ático para jugar un rato con ella;” le susurro al oído, atrayéndola hacia mí y besándola en el cuello para que todo el que nos mire sepa que me pertenece.
“Si me dejas, buscaré una chica que quiera jugar con los dos;” me responde acariciando mi polla por encima de los pantalones.
“Compórtate o tendré que castigarte;” le digo retirándole la mano.
En vez de detenerse, Selene me empuja contra la pared y comienza a besarme, levantando una de sus rodillas, colocándola entre mis muslos en contacto con mi polla, provocando que el vestido se levante dando seguramente una visión perfecta de su trasero a cualquiera que la mire.
Este comportamiento de Selene me excita, y enseguida la abrazo con fuerza atrayéndola hacia mí, pasando mi mano por su espalda desnuda, bajándola hasta apoderarme de su firme trasero.
“Compórtense por favor, están en un sitio público;” nos interrumpe una voz en español,
Rompemos el beso y miramos al lugar de donde viene la voz, encontrándonos a una agente de la policía local mirándonos, que aunque intenta parecer seria no puede dejar de mirar a Selene.
“Lo siento agente, pero no hablo español;” le contesto esperando que hable inglés y podamos entendernos.
“Le pedimos disculpas, agente;” comienza a contestarle Selene en español sorprendiéndome, “Nos hemos dejado llevar por el ambiente de esta maravillosa ciudad.”
Los siguientes cinco minutos, Selene y la agente de policía charlan amigablemente como si se conocieran de siempre, en varias ocasiones miran hacia donde me encuentro yo y sonríen. Me fijo en la agente, es casi tan alta como Selene, con el pelo moreno recogido, a pesar del uniforme, se notan las curvas de su pecho y su trasero.
Por fin la agente se despide de Selene, y mi novia se acerca de nuevo a mí sonriendo.
“¿Sorprendido?” me pregunta.
“No sabía que supieses español;” le digo agarrándola de la cintura y acercándola de nuevo a mí para besarla.
“Estate quieto;” me dice apartándome con la mano; “No creo que tengamos tanta suerte con el próximo agente;” añade.
“Seguro que le seduces como has hecho con la otra agente, además tú lo empezaste;” le digo llevando su mano a mi entrepierna, “Y no sé si podré aguantar hasta llegar a casa.”
“Tendrás que hacerlo si no quieres acabar en el calabozo;” me contesta alejándose de mí, sabiendo que seguramente la castigaré por su comportamiento.
En cuanto llegamos al ático que nos ha dejado Lady Nabila en uno de los bloques de pisos de la zona alta de la ciudad, no perdemos tiempo y nos vamos desnudando por los pasillos antes de tumbarnos en la cama.
De inmediato Selene se apodera de mi polla y comienza a besarla suavemente, recorriendo toda su longitud con la lengua, aunque no debería, le permito usar las manos para jugar con mi polla, un motivo más para castigarla.
Continúa con ese juego un par de minutos hasta que se lleva la polla a la boca, comenzando a tragársela lentamente. Su cabeza sube y baja sobre mi polla, llevándosela cada vez más profundamente, acelerando sus movimientos, intentando que me corra en su boca.
Sé que si no la detengo no tardaré en correrme, sus labios envolviendo mi polla me vuelven loco, parece increíble que después de meses sin querer chuparme la polla, ahora le encante hacerlo, y sea capaz de hacerme correrme enseguida.
Por desgracia para Selene, no me gusta ceder nunca el control, y aunque le permito seguir chupándome la polla soy yo quien asume el mando, sujetando sus manos a un lado, y agarrando su cabeza para impedir que se retire mientras comienzo a empujar mis caderas, no me detengo hasta que siento que voy a correrme, momento en el que suelto un poco mi agarre y me corro en su boca, obligándole a tragárselo todo.
Empujo a Selene sobre la cama y agarrando sus manos las llevo sobre su cabeza, sujetándolas a unas restricciones en la pared, este ático de Valladolid, como todos los pisos o casas de Caleb o Lady Nabila está perfectamente equipado para los juegos de esclavitud que tanto les gustan, y que yo no me canso de practicar con Selene.
Estoy seguro de que Selene espera que la castigue con el látigo o la cera caliente, pero lo único que hago con ella es comenzar a besarla y a jugar con los adornos de sus pezones. Después de morder, chupar y lamer sus pezones unos minutos, agarro la cadena de metal azul que une los dos piercings y tiro de ella con fuerza provocando que suelte un pequeño grito, tiro de la cadena hacia arriba y la fijo a su collar, de forma que sus pezones quedan estirados y cualquier movimiento les estirará más.
No es algo que vaya a ser demasiado doloroso para Selene, más bien un poco molesto, pero dado lo sensibles que son sus pezones, se va a excitar mucho, y no estoy dispuesto a dejar que obtenga su liberación.
Me coloco entre sus piernas y muevo mi boca sobre su coño afeitado, en el que ya empiezan a asomar los primeros restos de cabello pelirrojo que quiero que se deje. Muerdo la cadena unida a su clítoris y tiro con fuerza provocándole una contracción en su cuerpo.
Miro a Selene, que me suplica con la mirada sabiendo bien lo que viene a continuación, ignoro su súplica y bajo de nuevo mi cabeza, introduciendo mi lengua en su coño, moviéndola en su interior, los gemidos empiezan a brotar de la boca de Selene, primero de forma suave e intermitente, para ir aumentando de volumen y ser cada vez más frecuentes, cuando uno dos de mis dedos a mi lengua, el gemido es continuo y permanente y llena toda la habitación.
¡Por favor!” me suplica cuando comienzo a follarla con los dedos, con la voz entrecortada por el placer.
Selene sabe lo que tiene que decir, lo que no sabe es que en esta ocasión no le va a servir de nada.
Dejo de jugar con su coño y me coloco entre sus piernas, frotando mi polla con sus labios húmedos, aumentando de nuevo su excitación.
“¡Por favor Maestro, déjame correrme;” vuelve a suplicarme cerrando los ojos.
De nuevo la ignoro, y aunque comienzo a follármela, lo hago de forma lenta y suave, metiendo y sacando tan solo la punta de mi polla, insuficiente para llevarla al orgasmo que tanto desea.
“¡Ahora!” le ordeno empujando con fuerza, alojando toda mi polla en su interior.
Selene grita llevada por el placer y la intensidad del orgasmo, sabiendo como le ha pasado otras veces, que a partir de ahora no voy a dejarle descansar, voy a llevarla a un orgasmo tras otro, hasta que se rinda a mí y suplique que me detenga.
Levanto las piernas de Selene hasta que apoyo sus rodillas en su pecho y sigo follándomela, yendo todavía más profundo, estirando su coño al máximo, arrancándola un orgasmo tras otro. Al haberme corrido en su boca tardo más de media hora en correrme, llenando su coño con mi esperma.
Selene está agotada por el placer, su cuerpo cubierto de sudor y de marcas producidas por mis besos y mordiscos, está preciosa y siento que mi polla se vuelve a poner dura, aunque sé que tengo que dejarla descansar si quiero ir de fiesta esta noche.
Desato a Selene y nos duchamos por separado, sé que si nos duchamos juntos no tardaremos en estar follando de nuevo, y a los dos nos apetece salir un rato de fiesta. Cenamos una parrillada de verduras que hacemos subir de un restaurante cercano y nos preparamos para salir.
Yo me visto con unos pantalones cortos negros y una camisa blanca sin mangas, calzando unos náuticos, Selene con unos zapatos de tacón con tiras envolviendo sus piernas hasta sus rodillas, un vestido corto, sin mangas, abrochado al cuello ceñido a su cintura con un cinturón y ajustado a su pecho, todo el un color azul que hace destacar su rizada melena pelirroja.
Aunque la idea inicial era ir a una de las discotecas de la ciudad, o a disfrutar de algunos de los conciertos al aire libre, cuando cogemos el taxi Selene le entrega una tarjeta al conductor y le habla en español.
No le pregunto a Selene a donde vamos, hoy es su noche y ella decide, tardamos quince minutos en llegar a una zona urbanizada alejada de la ciudad, un campo de golf donde se está celebrando una fiesta privada.
Selene enseña la misma tarjeta que mostró al taxista a un vigilante que hay en la puerta, que con un saludo nos deja entrar. Se trata de una fiesta privada con cerca de quinientos o seiscientos invitados, la mayoría de entre los veinte y los treinta años. Solo con fijarse en los relojes de los hombres o las joyas de las mujeres se nota que es gente de dinero, y al acercarnos a la barra para pedir y ver la selección de bebida solo hace que confirmarlo.
Echo un vistazo a las bebidas y rápidamente encuentro lo que busco.
“Dos Old Fitzgerald de ocho años con hielo;” le pido a la camarera, que no deja de sonreírme y devorarme con la mirada. Me aficioné a este bourbon por culpa de Caleb, y arrastre a Selene conmigo, aunque es bastante fuerte no parece afectarle a la pelirroja, criada en las montañas de Kentucky entre destilerías ilegales.
“¿Cuánto le debo?” le pregunto a la camarera.
“Está todo incluido en la invitación a la fiesta;” me responde, “La bebida, la comida y las camareras;” añade pasándose la lengua por los labios.
Me alejo de la barra buscando a Selene, tardo en encontrarla, cuando lo hago está bailando en la pista junto a otra chica, una belleza morena tan alta como ella con un vestido que deja toda su espalda al aire sujetándose con una tira atada al cuello y otra alrededor de la cintura, el vestido es tan holgado que prácticamente permite ver todas sus tetas con cada movimiento que hago.
Me acerco a Selene para entregarle la copa, y darle un beso en los labios, marcando territorio para todos los mirones que la observan bailar. Intento seguir los movimientos de Selene y de su nueva compañera sin conseguirlo, así que me limito a quedarme quieto y dejar que las dos chicas bailen a mi alrededor, contoneándose y rozando sus cuerpos con el mío.
Selene se coloca delante de mí, y lleva mi mano libre alrededor de su cintura, subiendo y bajando su cuerpo al ritmo de la música, provocando que mi polla se ponga dura al roce de su cuerpo.
Estoy tentado de llevar mi mano al coño de Selene y comprobar si se encuentra excitada, pero me detengo al ver como la morena me mira sonriendo.
“Puedes hacer lo que estás pensando sin problema;” me dice la morena en inglés; “Y de paso comprobar sí yo también estoy mojada, ya no estamos en un sitio público.”
Al oír esa última frase, miro detenidamente a la morena y me doy cuenta de que se trata de la agente de policía que nos recriminó nuestro comportamiento hace unas horas, si ya me resultó atractiva con el uniforme, ahora con ese vestido resulta espectacular.
“Me llamo Lucia y yo pongo las esposas;” se presenta acercándose a mí, pegando su cuerpo al mío.
Miro a Selene buscando su opinión, pero su mirada excitada me lo dice todo.
“Te prometí que podrías buscar a alguien para jugar esta noche;” le comento a Selene.
“Lo siento, guapo, pero creo que no lo has entendido;” me dice Lucia. “Yo no soy el juguete de nadie, yo soy quien marca las reglas;” añade pasando sus unas por mi pecho.
Sin darle tiempo a reaccionar, agarro la mano de Lucia y la atraigo hacia mí besándola en la boca mientras llevo mi mano debajo de su vestido encontrando su coño mojado.
“Eres tú quien no lo has entendido, guapa;” le respondo a Lucia, “Selene es mía y soy yo quien decide con quien juega o a quien dejo que juegue con ella, eso ya se verá, lo único seguro es que si te unes a nosotros vas a acabar sujeta a la cama con tus propias esposas siendo follada por mí hasta que me supliques que me detenga.”
“Nos vemos en diez minutos en la puerta;” le digo a Selene sin dejar de mirar a Lucia.
La actitud de Lucia me ha puesto todavía más duro, he tenido que irme porque de haberme quedado la habría empujado contra la pared y me la habría follado allí mismo. Necesito desahogarme, y al pasar junto a la barra y ver a la camarera sonriéndome me da una idea.
Me acerco a la barra y agarro a la camarera de la mano, “¿Dónde podemos estar solos?” le pregunto.
“La número cinco;” me responde señalando una serie de puertas.
Entramos en la número cinco, una simple habitación con una cama y un baño, la camarera intenta besarme, pero yo la detengo y la aparto de mí empujándola sobre la cama. Solo quiero un polvo rápido para desahogarme y tranquilizarme. Sin darle tiempo a que se levante me coloco detrás de ella y comienzo a follármela.
“Más despacio;” me pide soltando un pequeño grito al sentir mi polla entrando en su coño, “Tu polla es demasiado grande.”
Su coño no parece pensar lo mismo, se estira al paso de mi polla para luego apretarla, como si no quisiese dejarla ir. La camarera no tarda en olvidarse de protestar y centrarse en el placer y en el orgasmo que crece en su interior.
Antes de que ese orgasmo llegué suelto un grito y comienzo a correrme en su coño, saliéndome para acabar de hacerlo sobre su espalda.
La camarera me mira esperando que continue y la lleve al interrumpido orgasmo, pero yo simplemente comienzo a vestirme.
“¿Cuánto te pagan por esta noche?” le pregunto
“Quinientos euros por cuatro horas, más las propinas que saque;” me contesta.
Saco la cartera y le doy tres billetes de quinientos euros. “La próxima vez que vayas a hacer de puta, por lo menos que te paguen lo que vales;” le digo dejándola en la habitación.
Cuando salgo de la fiesta me encuentro a Selene y a Lucia esperando.
“¿Dónde tienes las esposas?” le pregunto a Lucia.
“En el bolso;” me responde.
Cojo el bolso y saco las esposas, llevo las manos de Lucia a su espalda y utilizo las esposas para bloquearlas, empujando a Lucia y con Selene a mi lado nos dirigimos a coger un taxi. Lucía y Selene se montan atrás y yo adelante, antes de que el conductor arranque le doy mil euros, “Mantén los ojos en la carretera y no cuentes a nadie lo que veas aquí;” le ordeno apagando la cámara que graba todo lo que ocurre en el taxi.
“Por cada orgasmo al que la lleves te dejaré follarte uno de sus agujeros;” le digo a Selene haciendo un gesto al taxista para que arranque.
Por el retrovisor observo como Selene se coloca entra las piernas de Lucia y comienza a comerle el coño, ayudándose también con sus dedos.
El trayecto que al venir duró apenas quince minutos, ahora se alarga a casi cuarenta, como sí el taxista no quisiese que se acabase, aunque no protesto, el espectáculo de la parte de atrás es entretenido y ese tiempo le permite a Selene llevar a tres orgasmos a Lucia. Cuando llegamos a nuestro destino le entrego otro billete de quinientos euros y la invitación para la fiesta.
“Está todo incluido, la comida, la bebida y las camareras;” le digo al taxista antes de que arranque.
Ya en el ascensor Selene se separa de Lucia y comienza a besarme, abre los botones de mi camisa para que pueda admirar mi pecho musculoso, su siguiente paso es liberar mi polla de los pantalones, una polla todavía no del todo duro, aunque las manos de Selene acariciándola no tardarán en remediar eso.
Llegamos al ático y entramos dentro, en cuanto cerramos la puerta, Selene vuelve a acercarse a Lucia, desata los dos lazos que sujetan el vestido deslizándolo al suelo, dejándola desnuda.
“Las bragas se quedaron en el taxi;” comenta Selene con una sonrisa pícara, mientras empuja a Lucia de cara a la pared abriendo sus piernas.
Selene juega con sus dedos en el coño de Lucía estirándolo, mostrándome su rosado interior.
“¡Es tuya!” me dice levantándose del suelo.
De inmediato me coloco detrás de Lucia, agarro con fuerza sus caderas, y comienzo a follármela, su coño acepta casi toda la longitud de mi polla sin ningún problema, solo tres o cuatro centímetros quedan fuera, y no tardan en entrar cuando aumento la fuerza de mis envites.
A pesar de los tres orgasmos del taxi provocados por Selene, Lucía no tarda en llegar a uno nuevo gracias a mi polla, estoy seguro de que si siguiese follándomela seguiría corriéndose, pero eso la dejaría agotada, y hoy es la noche de juegos de Selene.
Me salgo del coño de Lucia y la llevo hasta la habitación, atándola con las mismas restricciones con las que sujeté a Selene hace unas horas.
Mientras yo ataba a Lucia, Selene se ha desnudado colocándose un strap-on a la cintura, casi del mismo tamaño de mi polla.
“Prepara su culo para que me la fólle;” me ordena Selene mientras se coloca delante de la cara de Lucia.
“Lubrícala bien, porque luego va a tu culo;” le dice a Lucia acercando la polla a su boca.
Mientras Lucia chupa la polla de látex, yo juego con mis dedos en su agujero trasero, estirándolo y comprobando lo estrecho que es, descubriendo que ha sido usado antes, pero que no está lo suficiente estirado para soportar el tamaño de la polla de látex, así que cojo un tarro de lubricante y comienzo a untar de forma abundante el estrecho agujero.
En cuanto acabo de lubricar el culo de Lucia, Selene se coloca entre sus piernas y con mi ayuda coloca la punta de la polla de látex en la entrada abierta y estirada gracias a mis dedos. La polla de látex lubricada por la saliva de Lucia y el abundante lubricante que voy vertiendo mientras va entrando, penetra con bastante facilidad hasta casi la mitad de su longitud.
Selene comienza a moverse adelante y atrás, sacando la polla casi por completo y volviéndola a introducir cada vez un poco más, seguramente habría tardado unos pocos minutos en alojarla completamente, pero decide salirse y comenzar a follarse el coño de Lucia.
Observo a Selene que parece no querer detenerse nunca, los orgasmos de Lucia van sucediéndose y mi bella pelirroja parece incansable, hasta que de repente se sale del coño de Lucia y acercándose a mí me besa apasionadamente.
“Necesito que me fólles;” me dice tumbándose en la cama después de liberar las restricciones de Lucia y echarla de la cama.
Miro a Selene tumbada en la cama, con todo su cuerpo cubierto de sudor después del esfuerzo de la media hora follándose a Lucia, una Lucia que está arrodillada en el suelo mirándome esperando que hacer.
“Haz que me corra con tu boca y dejaré que te la fólles;” le digo a Lucia que rápidamente viene gateando hasta mí, colocándose de rodillas para llevarse mi polla a la boca.
Noto como Selene se va a levantar para protestar, pero me basta una mirada para que sé de cuenta de que su tiempo de juegos ha terminado, yo vuelvo a ser quien tiene el control y por tanto puedo hacer lo que quiera con ella.
Lucia no hace un mal trabajo chupando mi polla, es capaz de llevársela toda y mantenerla en su boca durante varios segundos antes de sacarla y repetir la operación. No quiero correrme en la boca de Lucia, tengo otros planes, así que me salgo de su boca y le entrego el strap-on que Selene ha tirado al suelo después de quitárselo.
“Ponte sobre tus manos y rodillas;” le ordeno a Selene mientras Lucia se coloca el strap-on.
“Solo puedes follarte su coño;” le advierto a Lucia.
Lucia parece ignorar mi advertencia, pero lleva la polla falsa al coño de Selene y comienza a follársela, con envites largos y profundos, llevándola en apenas un minuto al orgasmo.
Selene ya se ha follado los tres agujeros de Lucia, a mí solo me queda su culo, y decido no esperar más, me coloco detrás de ella y vuelvo a coger el tarro de lubricante para extenderlo en su culo y en mi polla. El cuerpo de Lucia tiembla al volver a sentir mis dedos en su culo, pero eso no hace que deje de follarse a Selene.
Empujo mi polla en el culo de Lucia, introduciendo poco más de la mitad de la longitud de mi polla, justo la misma longitud que había introducido Selene antes de detenerse y cambiar de agujero. Yo no me detengo, agarro con fuerza las caderas de Lucia y sigo empujando lentamente pero con fuerza, sin detenerme hasta que mi cuerpo choca con el culo de la agente de policía.
Cuando después de diez minutos suelto un gruñido y comienzo a llenar el culo de Lucia con mi semen, esta mueve su cuerpo hacia adelante como queriendo evitarlo, penetrando más profundamente a Selene, provocándole un nuevo orgasmo.
Las siguientes dos horas continuamos la orgía de sexo, ambas jóvenes empalan tanto su culo como su coño en mi polla mientras yo estoy tumbado en la cama. Como fin de fiesta me fóllo el culo de Selene, mientras que con un doble consolador Lucia se folla su coño.
Los tres caemos agotados en la cama, y me duermo abrazado a Selene, mientras que Lucia descansa su cabeza sobre mi pecho.
El despertador suena demasiado pronto para lo cansado que estoy. Antes de que el despertador se apague siento unos suaves labios alrededor de mi polla, a los que al momento se unen otro par de labios.
Selene, ayudada por Lucia me está dando los buenos días atendiendo mi polla, una polla que a pesar de toda la noche follando no tarda en ponerse dura de nuevo y soltar su carga sobre la cara de las dos chicas.
“Buenos días, Maestro Jake;” me saluda Selene.
“Buenos días, señor Francis;” me saluda Lucia, besándose luego con Selene para compartir mi semen y limpiarse los restos de sus caras.
“Lo siento chicas, pero no vamos a follar;” les digo viendo como me miran, “Tenemos que coger un avión en una hora.
Las chicas protestan durante unos segundos, pero finalmente se levantan de la cama para ducharse y vestirse.
Selene ha dejado ropa a Lucia para que se vista, el vestido que llevaba no es muy adecuado para esta hora del día. Cuando bajamos a la calle ya tenemos el taxi esperándonos.
“Intentare viajar a Los Ángeles en navidades;” nos dice Lucia cuando nos despedimos.
“No sé te olvide llevar las esposas;” le comento dándole un beso en los labios.
“No le hagas caso, tenemos suficientes juguetes allí;” le señala Selene, “Aunque sí te digo, que si nos visitas vas a pasar mucho tiempo atada y vas a ser follada por varias pollas como la de Jake.”
“Si me lo pones así tal vez intente visitaros antes;” contesta Lucia a las palabras de Selene añadiendo un beso en los labios.
Montamos en el taxi camino del aeropuerto, para regresar a los Estados Unidos e intentar retomar nuestras vidas después de todos los sucesos de estos últimos meses.
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Hoy es el primer día de clase, estoy sentado tranquilamente con Yaiza y Noemi en uno de los bancos del parque de la universidad, esperando la llegada de Selene.
Selene ha pasado la última semana en casa de sus padres, con la intención de contarles que estaba saliendo conmigo y que se mudaba a mi casa, no creo que les cuente nada de lo ocurrido en Kanaan. Por el tono de voz que tenía cuando me ha llamado esta mañana el asunto no ha debido de ir nada bien, sus padres son muy religiosos y conservadores y no les ha debido de sentar bien las intenciones de Selene, aunque eso no va a cambiar nada.
Mientras Yaiza y Noemi charlan tranquilamente yo veo pasar a alguno de los compañeros de viaje, y no puedo evitar, ahora que todo parece volver a la normalidad repasar lo ocurrido con cada uno de ellos.
Aunque no es propiamente una compañera de viaje, comienzo por la Agregada Tracy que ha compartido prácticamente toda nuestra aventura, la vi en el aeropuerto antes de partir hacia España, se la veía feliz y muy bella, ahora que ha dejado de usar esos trajes serios y formales, a pesar de que el periodo de esclavitud que Lady Stephanie pactó con el Embajador Connors ya había terminado, Tracy seguía luciendo un bonito collar al cuello, que no creo que tarde en verse complementado por una anillo alrededor del dedo índice de su mano.
Siguiendo con las profesoras, Kate y Esther se han quedado en Kanaan como profesoras de las esclavas del palacio, donde ellas mismas son esclavas hasta que acabe su periodo de esclavitud, después de ese tiempo han firmado por dos años más como profesoras. No tendrán ningún problema durante su tiempo como esclavas, seguro que Lady Stephanie las reserva exclusivamente para ella.
En cuanto a Natalie, había pensado en dejarla como esclava en Kanaan una temporada más, pero una sorpresa de última hora me ha hecho cambiar de opinión, ha vuelto a la Universidad a dar clases, espero verla hoy, y seguramente follármela, después pasará muchas noches atada a la cama siendo mi juguete y el de Selene.
Pasando a los chicos, no he vuelto a ver a Peter, aunque hace unas semanas me escribió que volvía al ejército y había solicitado que le destinasen a la zona del Golfo Pérsico, así que es probable que vuelva a verle en poco tiempo. Henry se comporta como si nada hubiese ocurrido, al contrario parece haberse visto reforzado en su pensamiento de don Juan al que ninguna chica puede rechazar, hace un rato le he visto internándose en los jardines con una chica de primero, que seguramente ahora estará gritando de placer con una enorme polla en su coño.
Charles, Oscar y Lucas intentaron convencerme para que les dejase cambiar de universidad, a mí no me habría importado, no me son de ninguna utilidad, pero Yaiza me insistió para que no les permitiese alejarse, ella sí tiene planes para los chicos, y más ahora que quiere convencer a Caleb de que la deje tener su propia casa y celebrar sus propias fiestas, algo que no creo que consiga.
Empezando por las chicas, varias de ellas han decidido quedarse en Kanaan, a nadie nos ha sorprendido que Charlene y Gloria lo hagan, ahora son como dijo Bungami hace meses esclavas de su polla, aunque estoy seguro de que Lady Stephanie las buscará un trabajo que las mantenga alejadas del semental nubio. Más nos ha sorprendido a todos la decisión de las gemelas de quedarse en el Emirato, trabajando en el hotel de Samir, esta vez como empleadas, aunque mi amigo ha dicho que comenzarán trabajando de recepcionistas, ya que no quiere alejarlas de un ambiente que conocen bien.
Las trillizas (Mary Jane, Linda y Estela) pasarán su periodo de esclavitud como les prometió Yaiza en el palacio de Caleb, aunque entre semana como hacen todas las esclavas acudirán a la universidad y llevarán una vida relativamente normal, solo me pregunto si cuando estén en la universidad seguirán comportándose como perras engreídas o esta experiencia les habrá hecho cambiar, no tardaremos en saberlo.
Siguiendo con Chloe, Silvie, Victoria y Alexia, he cedido su control a Caleb, que ha decidido emplearlas en un spa/balneario que posee, y que realmente es un burdel de lujo donde asiste la élite de Los Ángeles.
Simone aunque seguimos en contacto, ha decidido no regresar a la Universidad, seguramente es la que peor de todas las chicas lo ha pasado al caer en manos de Anna, además el no poder haber hecho nada para impedirlo siendo experta en artes marciales seguramente no habrá hecho más que empeorarlo. Yaiza le ha puesto en contacto con una amiga suya que tiene una empresa de seguridad que emplea a jóvenes como Simone como guardaespaldas.
He cedido el control de la mayoría de las esclavas que adquirí en Kanaan, solo me he quedado con la profesora Natalie, Valentine y Janet. Valentine va a experimentar todo aquello que le daba miedo probar, no solo a mis manos, sino a las de Caleb y el resto de Maestros a los que voy a unirme en breve. Janet seguramente se mude con Selene y conmigo, cuando estamos fuera de casa sigue comportándose de la misma forma asustadiza y tímida que antes, cuando estamos en casa es una sumisa obediente, y en la cama es una fiera capaz de agotarnos a Selene y a mí.
Becky y Lidia se han convertido en amantes, el lado dominante que Becky empleaba con Peter parece haber desaparecido, aunque debido a que legalmente Lidia es su esclava, no tiene que utilizarlo para que su amante haga todo lo que la ordene. En unos meses regresara a Kanaan para dirigir junto a Andrea, Víctor y Dianye ‘Las 1001 Noches’, y seguramente protagonizar alguno de los espectáculos.
Andrea ha regresado hace un par de días, y Víctor ha venido con ella, la idea que tiene es acabar el último semestre que le queda y luego volver a Kanaan, aunque para eso tendrán que dejar de follar, de momento hoy nos han escrito que no les esperemos.
Noemi acabará la universidad, y el verano que viene se casará con Omar, aunque estoy seguro de que viajará a Kanaan cada vez que tenga unos días libres, para no salir de la habitación con Rania y Omar. Sonrío al pensar en mi amigo, hace tres meses me pedía ‘ayuda’ porque no era capaz de aguantar el ritmo de Rania, más de veinte años más joven que él, pues ahora va a tener que aguantar el ritmo de dos jóvenes que entre las dos no suman su edad.
Yaiza intenta mantener su sonrisa y su alegría, pero todo lo ocurrido le ha afectado más de lo que quiere decir, la ha hecho madurar sin querer, la traición de Anna, que era una parte vital de su vida le ha hecho mucho daño, y la situación con Vincent, del que está locamente enamorado solo hace que empeorar las cosas.
A mi mente vienen varias chicas más cuyas vidas se han visto unidas a las nuestras, Céline y Laura permanecen en Kanaan con Paul, aunque la idea del viejo militar es regresar a su mansión en la costa francesa con ellas dos y disfrutar de unas largas vacaciones, además está intentando convencer a su hermana para que envíe a Martha y a Emily a los Estados Unidos a estudiar, algo que alegrará mucho a Emily, Yaiza y Selene pero no a Martha.
Claire, la hija del Embajador francés en Arabia Saudí será liberada en unos meses, después de que el país galo haya decidido finalmente abrir la embajada en Kanaan y trasladar al Embajador, allí, hasta el día de su liberación, Claire sera una de las estrellas de ‘Las 1001 Noches’.
“Despierta Jake, ahí viene tu pelirroja;” me dice Yaiza dándome una colleja para devolverme a la realidad.
Miro a Yaiza que finge ignorarme jugando con el pelo de Yulien, la bella oriental y la princesa han sido durante este tiempo inseparables amantes, amigas y confidentes, y van a continuar así ahora que Yulien se ha trasladado a Los Ángeles.
Dirijo mi mirada a Selene y sonrío al verla venir acompañada de las tres nuevas incorporaciones al grupo, dos obligadas y una inesperada.
Las dos incorporaciones obligadas son Vanessa y Micaela, dos rubias muy parecidas, que aunque parecen estudiantes de veinte años, tienen veinticinco y veintisiete respectivamente, son guardaespaldas que Lady Stephanie y Caleb nos han obligado a llevar al grupo de amigos mientras Anna siga suelta.
La incorporación inesperada es Patricia, la hija del Embajador español que tuvimos como esclava cerca de un mes para darle una pequeña lección, al acercarse nos mira a Yaiza y a mí y baja su mirada al suelo.
Eso apenas me importa, yo solo puedo mirar a Selene, lleva un vestido de verano corto y de tirantes, que permite admirar sus largas piernas y su generoso escote, va poco maquillada como a mí me gusta, y el único adorno que lleva es el elegante collar de color azul, bueno el único adorno a la vista, porque espero que después de la visita a sus padres haya vuelto a ponerse los adornos de sus pezones y su clítoris.
Llevo la mano a mi bolso y acarició la cajita de terciopelo negro que llevo dentro, la abro y juego con mis dedos con el anillo que contiene y que mi madre me dio el último día que la visité.
“Siéntate;” me dijo mi madre en cuanto Lady Alina nos dejo solos en el salón, sacando un anillo de una pequeña caja.
“Este anillo me lo dio mi abuelo, el Jeque Hafid el día antes de mi boda, cuando ya sabía que estaba embarazada de un varón, -no es para ti- me dijo -un día se lo regalarás a tu hijo-. Mire el anillo y le reconocí enseguida;” me explicó mi madre entregándome el anillo.
Le observé detenidamente, por supuesto hecho de caltenio, oro y piedras preciosas con el símbolo de la tribu grabada en el interior y el Sol de Vergina, emblema de Alejandro Magno tallado en la piedra más grande.
“Fue hecho por los orfebres de la tribu hace más de dos mil trescientos años, y entregado al Hijo del Sol, fundador de la ciudad para que se lo regalase a su futura mujer cuando la encontrase. Inmediatamente, el Hijo del Sol fue en busca de una joven de la que se había enamorado nada más llegar, la hija del líder de la tribu. Se acercó a ella y agarrándola por la cintura, la atrajo hacia él y la besó apasionadamente.”
“La joven, que nunca había sido tocada por un hombre, se liberó del agarre del Hijo del Sol y le soltó una bofetada, haciéndole sangre en el labio, estando a punto de crear una pelea entre los soldados del Hijo del Sol y los guerreros de la tribu.”
“Para sorpresa de todos, el Hijo del Sol reaccionó sonriendo y limpiándose la sangre con la mano, después volvió a agarrar a la joven y la atrajo de nuevo hacia él, sujetándola por la cintura contra su cuerpo. Cuando pidió un látigo todos pensaron que iba a azotarla, pero lo que hizo fue arrancarle la falda y la tela que cubría su coño y acercar el mango del látigo, -Sí tu cuerpo no responde al toque del látigo te dejaré libre, si lo hace te convertirás en mi esposa, en mi esclava- le dijo el Hijo del Sol comenzando a meter y sacar el mango del látigo del coño de la joven.”
“Sin poder evitarlo la joven estalló en el orgasmo, y el Hijo del Sol la poseyó allí mismo delante de todos. Cuando meses después abandonó la nueva ciudad prometiendo volver a buscarla, la joven estaba embarazada de un niño que se convertiría en el primer Emir de la nueva ciudad.”
“La joven se llamaba Roxanne;” concluyó mi madre el relato.
Lo que mi madre me acababa de decir explicaba la reacción de la multitud cuando masturbé a Selene con el mango del látigo en la plaza del mercado.
“El Jeque Hafid contaba a menudo la historia por las noches en las hogueras del desierto, la has escuchado muchas veces, aunque seguramente no la recordabas, siempre te decía que encontrarías a tu Roxanne;” me comentó mi madre.
“Creo que has encontrado a tu Roxanne; entrégaselo cuando lo creas necesario.”
Siento los labios de Selene sobre los míos y la miro sonriendo.
“Todavía no, no mientras sea una esclava;” me digo soltando el anillo y cerrando la tapa de la cajita negra.
FIN