Decidimos ir andando al restaurante, ya que estaba cerca de casa. Como era de esperar, durante el trayecto iba haciendo vibrar el juguete que Cristina tenía dentro de su coño. Lo que le provocaba que en ocasiones tuviera que pararse en seco para no correrse, ya que estaba bastante excitada y el juego parecía hacerle bastante gracia.
Una vez sentados, continuamos con el juego entre risas y conversación. Ni que decir tiene que cuando Cristina fue a pedir la bebida, aproveché inmediatamente para poner en funcionaminto el vibrador.
Camarero: ¿Qué quieren de beber?
Cristina: Una Cocaaahh colaaa. Respondió dando un respingo de la silla.
Camarero: Está bien? Dijo bastante extrañado.
Cristina: Si, sí, todo bien jajjaja.
El camarero rio también de forma cómplice, ya que tras ver la cara de gusto que puso Cristina pensaría que de alguna "guarrada" se trataba.
Durante la cena seguimos jugando, riendo y teniendo bastante conversación, hasta que momentos antes de pedir la cuenta le envié un mensaje al móvil.
- "Ve al baño, quítate el tanga y mételo en el bolso, Zorra".
Cristina al ver el contenido del mensaje me miró y se mordió el labio, dando su aprobación a que una vez más quería ser tratada como una zorrita.
Seguidamente, se levantó y fue al baño, a cumplir con la misión que le había encargado. No tardó mucho en volver y sentarse de nuevo en la mesa. Con un guiño un sacando su lengua de forma juguetona, me hizo entender que había cumplido con el encargo, pero no contento con ello quería darle una vuelta de tuerca más al juego, así, que decidí enviarle otro mensaje.
-"Abre las piernas y enséñame el coño de zorra que tienes".
Cristina: ufff. Exclamó en un tono juguetón tras ver el mensaje.
Una vez vi el gesto de abrir las piernas mientras me miraba como una perra sumisa, me asomé bajo la mesa, y ahí pude ver su coño totalmente depilado, sobresalía su clítoris de entre sus gruesos labios, los cuales lucían brillantes fruto de los jugos producidos por su excitación.
Me puso a 1000 ver su coño en ese estado, la miré y le sonreí. Acto seguido, pagamos la cuenta y salimos del restaurante. Cierto es que se quitó el juguete y lo guardó, por miedo a que en mitad de la calle se le saliera y hubieso creado una situación demasiado embarazosa.
Ya de camino a casa continuamos hablando de lo divertido que fue el juego.
Yo: Quieres seguir jugando zorrita?
Cristina: Hace falta responder? Me dijo mientras subía la falda del vestido mostrándome su coño húmedo y brillante.
A mí me estaba poniéndo muchísimo ese camino de vuelta. Casi de forma inconsciente, le di una cachetada en el culo que le provocó soltar un gemido. Ahhh....
Yo: Pués te voy a enseñar a ser una buena putita.
Cristina: Me gusta....
Mientras llegábamos a casa iba dando vueltas a mi cabeza, a ver que maldad aparecía por mi pervertida mente. Ya que por el afán de convertir a Cristina en una verdadera "hotwife", estuve visitando varias páginas sobre este tema y me llamó la atención de sobremanera algo así como unos retos, los cuales los había de diferentes niveles y casi todos me parecían de lo más morboso.
Los retos iban desde hacerse fotos sexys y ponerlas en alguna página de contactos tipo wyylde o parejas.net, a ser la protagonista de una bukake, pasando por retar a la chica a meterse en el probador de una tienda de ropa con un desconocido y hacerle una mamada terminando con una foto como prueba del reto completado.
Con todo ello llegamos a bloque para acceder a su casa, y justo antes de entrar al ascensor:
Cristina: Bueno, has pensado qué vas a hacerme hoy?
Jose: Sí, voy a humillarte como nunca nadie lo ha hecho antes.
Cristina: mmmmm, suena bien.
Entramos al ascensor, y en el momento que cerraron las puertas, le puse la cara pegada al espejo, quedando su culo hacia atrás, levante el vestido y le dí varios azotes en el culo, dejándolo rojo. Cristina gemía como una putita, mientras gemía usé mi otra mano para tocar su coño, lo tenía terriblemente mojado, tanto que pude meter dos de mis dedos con asombrosa facilidad.
Cristina: ohhhhh jodeeeer!!!! Siiii
Cristina gemia al ritmo del metesaca de mis dedos, tenía la intención de no parar hasta llegar a la última planta, donde estaba nuestra parada. Por fin llegamos al destino, yo tenía mi polla a punto de reventar, una vez se abriron las puertas, todo el pasillo estaba oscuro, salimos del ascensor intentando disimular como si no pasara nada, pero Cristina furto de su calentura se lanzó a besarme como si no hubiese un mañana, metia su lengua dentro de mi boca, nuestras lenguas jugaban, yo la apretaba contra mí, quería que su coño indefenso sintiera mi tremenda erección.
Ella, aprovechaba para separarse un poco y tentar con sus manos mi polla, la acariciaba y apretaba por encima del pantalón. Le susurraba al oído.
Jose: Lo primero que voy a hacerte es comerte el culo mientras follo con mis dedos el coño gordo que tienes zorra.
Cristina: Estoy deseando tener tu lengua en mi culo y tu polla en mi garganta.
Estábamos demasiado calientes como para seguir con el jueguecito, por lo que entramos en su casa y nos dirigimos directamente a su habitación, y aquí si estaba dispuesto a humillarla y someterla como es debido.
Estábamos los dos de pie, me dirigí a ella y la cogí por el cuello apretando de forma controlada, tan cachonda le pone ese gesto que casi de forma automática abrió la boca y separó las piernas, acto que aproveché para meterle mis dedos y comenzar a meterlos lentamente pero profundos.
Esto la estaba volviendo loca y su coño me lo demostraba, a cada embestida con mi mano soltaba un gemido y en el silencio de la habitación se escuchaba como mi mano chocaba con su encharcado coño.
Cristina: Ohhh, siii, siguee joder.
Jose: Es lo que te gusta verdad perra? Tener el coñito mojado.
Cristina: Joder si.....soy tu puta, tu perra... siii, como no pares me voy a correr joder.
Jose: ¿Quién te lo impide? Le dije mientras aceleraba mis movimientos en busca de su primer orgasmo.
Cristina: Si, si mmmmmm ahhhhhhhh siiiiii.
Cristina se corrió, quedándosele las piernas temblando y apoyando su peso contra mi mano y mi cuerpo.
Saqué mi mano de su coño, y la besé suavemente.
Jose: Putita, acabamos de empezar, te dije que iba a humillarte. Quiero que te subas a la cama y te pongas en 4 dejando tu culo y tu coño a la atura de mi boca.
La cama de mi chica es bastante alta ya que n la parte baja tiene otra cama y cajones, por lo que montándose en la cama superior deja su sexo a la altura perfecta para llegar con mi boca sin esfuerzo alguno.
Se incorporó a la cama y adoptó la posición que le dije, a escasos centímetros de mi cara tenía a mi disposición su ano y su coño abierto debido a la follada que le dí con mis dedos, de un color rosado y húmedo, desprendiendo olor a puta.
Me acerqué le dí una cachetada, y hundí mi boca en su coño, jugaba con sus labios, lamía su clítoris hinchado. Cristina gemía, pedía más, saqué mi cara de su coño para empezar a jugar con su culo.
Escupí en su ano, lo rodee con la lengua, bajaba y subía mi lengua alternando el culo y el coño. Cristina movía su culo buscando mi lengua y me rogaba que no parara.
Cuando más entregada estaba Cristina, paré.
Jose: ¿Quieres correrte en mi boca?
Cristina: siiii, lo deseo amo.
Jose: Antes te dije que te iba a humillar como nunca antes lo habia hecho nadie.
Cristina: Pídeme lo que quieras amo, lo haré.
Jose: jajajajaj, bien puta si quieres que te permita correrte, vas a tener que relatarme lo puta que has sido para otros y para quién y de que fomar te dejaste humillar.
Cristina: ¿Quieres que te cuente como me han follado?
Jose: Quiero saber si de verdad eres tan puta como dices ser.
Cristina: Vale amo, quiero que te sientas orgulloso de mi. Te contaré lo que me hacía Mario.
Mario es uno de los chicos con los que Cristina quedaba para follar antes de que nos conocieramos y empezáramos a salir, es un chico atractivo, moreno, ojos azules, aproximadamente 1.70 y un cuerpo cuidado aunque no excesivamente musculad.
Según me confesó Cristina, físicamente le gustó tanto cuando se conocieron que a los diez minutos hubiese estado follando. Aunque no sucedió a los diez minutos, al siguiente día que quedaron Mario le estaba follando la boca en el asiento trasero de su coche jajajaja.
Cristina: Mario sabía somerterme muy bien, incluso antes de salir de mi casa ya estaba siendo humillada y sometida. Una vez me obligó a ponerme un vestido muy corto, que casi no me tapa el culo y me dijo que si quería follar que bajara sin bragas.
Jose: Muy bien putita quiero todos los detalles. Dije antes de empezara a comerle el coño.
Cristina: ahhhh sii...joderr..... Evidentemente bajé sin bragas, porque quería que me follara.
Cristina seguía contandome cada vez con voz más entrecortada debido a la comida de coño que le estaba dando.
Una vez que llegué coche me senté en el sitio del copiloto. No me saludó, ni si quiera me miró. Aparcó el coche justo en frente de la entrada al bloque, me subió el vestido y vio que no llevaba bragas, por lo que sabía que había bajado para que me follara. Yo pensé que me iba a llevar a su casa o a otro sitio, pero no, empezó a tocarme el coño y a meterme los dedos, una vez que ya había metido dos dedos hasta el fondo empezó a follarme fuerte,
dándole igual que me viera alguien gemir en frente de mi propia casa.
Jose: me gusta escuchar lo puta que ha sido, sigue, quiero ver como te corres recordando como te follabas a otro.
Cristina: Si amo..... quiero correrme en tu boca.
Jose: Sigue hablando si no quieres que pare.
Cristina:Si amo. Mario no paró hasta que me corrí. Me corrí bastante bien, en frente de mi casa a riesgo de que me viera alguien conocido. Seguidamente arrancó el coche y me llevó a la calle que hay antes del descampado cerca de mi casa, sin entrar al descampado.
Me dijo que me montara en el asiento de atrás, él se bajo y se quedó fuera, me obligó a ponerme en 4 con el culo fuera del coche, en la puerta que daba para la parte de la acera. Una vez así, ensartó su polla en mi coño y empezó a follarme, a follarme como un animal, fuerte, duro, tan fuerte me folló, que me corrí de nuevo. Y poco después Mario se corrío echando su leche por mi culo y mis piernas.
Jose: Pues sí que eres una buena puta. Bájate que te voy a follar como una perra y puta que es lo que eres.
Se la metí de una, y empecé a follarla fuerte y rápido, la habitación se llenó de gritos de placer de Cristina y del sonido de la follada plof, plof, plof. Mis huevos rebotaban contra sus muslos a velocidad de vértigo.
Cristina: siiii, siii joder, fóllame fuerte.... siiii, quiero correrme así.
Jose: Quiero que te toques el coño mientras te follo perra, y que te corras recordando como fuiste la puta de muchos y como te corriste en plena calle sin importarte nada más que te humillaran cerda.
Cristina: Sí joder, soy tu puta amo, soy tu puta.... empezó masturbarse al ritmo de la follada que le estaba dando.
Cristina: Ahhhh, Ahhhh , Ahhhh me corro joder, no pares..... ahhhhh siíiiiii, siiiiii ahhhhhhh siiiiiiii. Se corrió mientras seguía embistiéndola. Cuando ya sentí que me corría, la agarré del pelo y la puse de rodillas.
Jose: Venga puta recibe mi corrida como premio. Abre la boca puta. aahhhhhh siiiii ahí la tienes joder.....
Terminamos los dos exhaustos, cuando nos recompusimos un poco y nos vestimos, Cristina me sonrió y me dijo:
Cristina: Me explicas esa novedad?
Jose: Te ha gustado?
Cristina: la verdad, que sí, pero no me lo esperaba y al principio me quedé un poco bloqueada.
Jose: jajajaja pues nada una perversión nueva.
Cristina: ajjajajajaj ya veo ya... jajjaja
Seguimos convirtiendo a Cristina en una hotwife, poco a poco, pero cada día mas puta.
Saludos y gracias por leernos.