El secreto del colgante (2/2)
(Para poder seguir el hilo del relato es necesario leer el capitulo anterior)
Capitulo 2.- Mi transformación sexual
Han pasado dos semanas desde que tuve un orgasmo y estoy empezando a desesperarme... Sé lo que tengo que hacer, pero no quiero... He retrasado lo inevitable, pero no puedo retrasarlo más... Llamo a Berta por teléfono.
- "¿Qué deseas?", me preguntó.
- "Necesito hablar contigo sobre algo", le dije.
- "Creo que quieres más que hablar, ¿no?... Dime exactamente lo que quieres y tal vez te ayude, dependiendo de cómo me lo pidas", dijo Berta.
No tuve elección... Ella iba a obligarme a degradarme para su diversión... Le dije:
- "Mi sucio y asqueroso coño lesbiano quiere tener sexo con tu dulce y pequeño coño para poder correrse."
- "Parece que estás aprendiendo bastante bien cuál es tu lugar... Puedes venir hoy a las 11 h.... No llegues tarde o no habrá coño para la chica heterosexual Alma... ¡Ah!... Y aféitate esa raja desagradable tuya... Quiero verlo babeando sobre por mi coño", dijo Berta.
Los niños estaban en la escuela, así que fui directamente al baño después de colgar el teléfono... Estaba muy nerviosa por afeitarme el vello púbico... Nunca antes había hecho algo así... Todo tipo de cosas pasaban por mi cabeza.
‘¿Por qué me obliga a hacer estas cosas?’, pensé.
Me enjaboné el montículo y tomé la navaja... Estaba temblando tanto que pensé que podría cortarme... Cuando la navaja tocó mi piel envió una sacudida a través de mi cuerpo que terminó justo en el centro de mi humillación, mi placer... Mientras observaba cómo mi coño se volvía suave, pude ver crecer su excitación.
Odiaba esto, pero una parte de mí claramente lo disfrutaba... Esto hizo que mi cara se sonrojara de humillación... Cuando terminé me miré en el espejo... Parecía una colegiala avergonzada... Mi coño estaba suave y mi cara estaba roja... Al mismo tiempo, parecía una puta lasciva con jugos goteando por mi muslo... Me vestí y salí de casa.
En el camino a casa de Berta pude sentir que mi coño se mojaba más cuanto más me acercaba... Esto hizo que me sintiera humillada... Lo que a su vez me hizo enojar, pero mi coño lo necesitaba para correrme... Sabía que no había manera de arremeter contra Berta... No, si quería correrme... No, si quería aliviar mi constante estado de excitación.
Lo primero que me hizo hacer fue un striptease para ella hasta quedar desnuda... Nunca antes lo había hecho... No sabía qué hacer... Esto fue muy humillante... Sabía que debía hacerlo muy bien... Probablemente le gustaba... Giré mis caderas y apreté mis pechos, intentando lucir sexy... Quería llorar mientras lo hacía.
Todo el tiempo ella estuvo burlándose de mí diciendo cosas cómo:
- "¿Cómo se siente estar desnudándote para una chica, sólo para poder llegar a su coño, chica heterosexual Alma?... Muy pronto ya no serás la chica heterosexual Alma... Serás la chica lesbiana Alma."
Cuando finalmente estuve desnuda, me hizo bailar un poco más.
"Ahora perra, abre las piernas para que pueda mirar esa asquerosa raja tuya", dijo Berta.
Cuando abrí las piernas pude sentir una ráfaga de aire fresco golpeando mi coño... Mis labios se estaban abriendo con jugo por todos lados.
Berta me dijo:
- "Oh, mira eso... Ese asqueroso agujero tuyo se está abriendo para que yo pueda mirar... Te sientes ya una lesbiana tuya a la que le encanta que la humillen."
Estaba temblando y quería llorar pero no iba a darle la satisfacción.
- "Míratelo... Es muy asqueroso... Tiene jugo de lesbiana por todas partes... Corre por tus muslos y hay hebras de flujo que van de labio a labio... Está babeando ante la posibilidad de pegarse a mi coño."
No pude evitarlo y comencé a llorar... Su burla fue demasiado.
Ella me vio llorando y con una sonrisa en su rostro dijo:
- "Ya, ya, chica heterosexual, Alma, está bien... Acabo de convertir tu lindo y pequeño coño en un asqueroso y repugnante coño de lesbiana, y me encanta saber que he cambiado ese sucio agujero tuyo para siempre."
Se levantó y puso dos sillas frente a frente... Temía lo que ella había planeado... Sabía que estaría lleno de humillación para mí.
Mientras caminaba hacia su habitación, Berta dijo:
- "Siéntate y abre las piernas lo más que puedas... Para que esa asquerosa raja tuya se abra y se exhiba para mí."
Me senté, abrí las piernas lo más que pude y miré mi coño... Berta tenía razón, se abrió tal como ella dijo que lo haría... Estaba roja y muy hinchada... Mis labios se abrieron y se podía ver la excitación en todos ellos... Estaba más húmedo que nunca.
Comencé a llorar de nuevo... Ella había convertido mi lindo y pequeño coño en un asqueroso coño de lesbiana que adoraría su coño para siempre... Ahora tendría que adorar su coño porque mi coño tenía el control sobre el mío.
Cuando regresó llevaba dos consoladores en las manos... Ella miró directamente a mi coño y dijo:
- "Oh, mira eso... ¿No es muy bonito?... Tienes tu coño asqueroso de lesbiana en celo deseando mi coño... Nunca antes había visto un coño tan mojado y está húmedo para mi coño... Me encanta saber que he convertido el coño de una chica heterosexual en un coño lesbiano amante del coño que no puede tener más que cuando yo lo ordene."
Estaba sentada en la silla con las piernas abiertas lo más que pude... Con mi coño en exhibición para ella y lágrimas en mis ojos... A Berta le encantó cada minuto de mi humillación y supe que acababa de comenzar... Ella me sonreía y me decía:
- "Quiero que te frotes el coño mientras me desnudo, puta."
Cuando toqué mi coño, sentí una sacudida por todo mi cuerpo... Me dio asco... Quería vomitar... pero mi coño quería ser la putita de su coño y eso sería permanente... Empecé a llorar de nuevo... Esto la excitó.
"¿Qué pasa, chica heterosexual, Alma?... ¿A esa asquerosa raja lesbiana tuya le gusta verme desnudarme?", me dijo Berta burlándose de mí.
"Sí", admití mientras mis dedos rasgueaban mi clítoris.
Cuando terminó de desvestirse se sentó en la silla frente a mí... Tiene poco más de 30 años... Pelo rubio hasta los hombros... Ojos azules... Bonitos pechos.
Cogió los dos consoladores y dijo:
- "Uno para mí y el otro para ti."
Sin embargo, el de ella era del tamaño de una polla normal... El que me entregó era monstruoso... Mediría sobre 30 cm de largo y era tan grueso como mi muñeca... Empecé a frotarlo contra mi coño... De ninguna forma cabía dentro de mí... Me haría una destroza.
Berta me miró a los ojos y dijo:
- "No es para fregarlo... Tienes que metértelo todo dentro de ese asqueroso agujero que tienes, perra.”
- "No puedo."
- "Hazlo, perra."
Intenté empujar al monstruoso consolador dentro de mí... Estaba muy mojada pero el consolador era mucho más grande que cualquier cosa que me haya metido en mi coño... No podía entrar... Estaba presionando mucho y me dolía también mucho.
- "Mete esa polla en tu coño... Muéstrale a ese sucio coño de lesbiana que tienes para qué se supone que debe usarse... Se supone que es para meter una polla, no para el coño, ¿no es así, puta?"., me dijo con sus ojos fijos en mi coño.
- "¡Oooh!... ¡Síííí!!", grité de dolor y finalmente forcé la cabeza a entrar en mi abertura.
"Se supone que mi sucio coño de lesbiana es para una polla, no para un coño", dije.
Y con un último gruñido y empujón logré que entrara... Mi coño se estiró por completo... Se estiró hasta el límite.
Berta me miró con una sonrisa en su rostro y dijo:
- "Sí, perra, estira ese coño... Haz que se sienta bien."
Berta estaba ocupada jugando con su coño mientras me veía dañar el mío estirándolo demasiado.
Empecé a meter y sacar el consolador.... Cada vez que salía estaba más y más húmedo... El dolor comenzó a disminuir y el placer llegó sigilosamente... Ahora ambas estábamos gimiendo.
- "Esto se siente bien, chica heterosexual Alma... ¿Se siente bien follarte a ti misma mientras ves masturbarse a otra chica?", me dijo Berta.
- "Sí", gemí.
- "¿Sí qué, perra?" ella dijo.
- "Sí, se siente bien follarme mientras te veo masturbarte."
Ahora estaba jadeando... Jadeando como una perra... Su perra.
Ella estaba cerca del orgasmo al igual que yo.
"Ese coño sucio tuyo se ve muy bien cuando lo estiras... Tal vez eso es todo lo que necesitaba... Tal vez puedas correrte al tener tu asqueroso coño todo lleno y estirado", se burló.
Estaba gimiendo y jadeando más fuerte... Quizás ella tuviera razón... Quizás eso era todo lo que mi coño necesitaba... Una enorme polla, no el coño de una chica, sería suficiente para hacerme correrme.
- "Creo que podrás correrte... Cómo una polla como esa con la que te estás follando, como debería hacerlo una chica heterosexual", me dijo.
Ya casi estaba a punto de correrme... El placer recorrió mi cuerpo... Estaba temblando incontrolablemente.
- "¿Vas a correrte?... ¿La chica heterosexual Alma va a tener un orgasmo con una polla metida hasta el fondo de su coño?", dijo Berta.
Grité "SÍ" tan fuerte como pude... Pero justo cuando pensé que me iba a correr, desapareció un poco las ganas de lograrlo y se mantuvo en ese nivel.
Me jodí más fuerte, tratando de recuperar el momento... Sin embargo, cuanto más intentaba alcanzar mi orgasmo, más se alejaba de mi alcance.
- "No puedo correrme... No puedo correrme", lloré... Las lágrimas salieron de mis ojos.
Con mi admisión, Berta comenzó a moverse salvajemente con su consolador diciendo:
- "Alma, me estoy corriendo sobre una polla, como solías hacerlo antes, pero no puedes porque tienes un coño hambriento de coño entre tus piernas.
“¡Oooh!... ¡Sí, esto se siente bien!... Saber que no puedes correrte me empujó al límite... Me encanta saber que la chica heterosexual Alma solo puede correrse cuando tiene otro coño entre sus piernas.
Te hice de esa manera... Hice de ti, mi puta lesbiana que hará todo lo que quiero que hagas, siendo como eres una chica heterosexual."
Ella disminuyó la velocidad con que se follaba a medida que su pasión disminuía.
Yo ahora estaba llorando incontrolablemente, muy frustrada, follándome fuerte.
- "Sigue, mi pequeña zorra lesbiana... Mete ese consolador en tu sucio coño mientras lloras.
Y ella comenzó a correrse de nuevo.
Cuando se calmó, me llevó su consolador a la boca y me dijo:
- "Limpia mi consolador mientras te follas con el tuyo, perra."
Berta estaba metiendo su consolador en mi boca mientras me pellizcaba los pezones y decía:
- "Muy pronto te acostumbrarás a mis corridas", mientras me retorcía el pezón dolorosamente fuerte.
Ella me dijo que dejara de joderme... Saqué el consolador.
Cuando me vio hacer eso, Berta me dijo:
- "Vuelve a poner esa polla en ese sucio coño tuyo... Te dije que dejaras de follarte, no que lo sacaras."
Berta me entregó mis bragas y dijo:
"Vuelve a ponerte las con esa polla dentro de ti."
Me puse las bragas con una expresión de perplejidad en mi cara... Las bragas sostenían el consolador con fuerza dentro de mi coño.
Me dio unas palmaditas en la entrepierna cubierta por las bragas y con voz suave me dijo:
- "Ahora tu coño de lesbiana está bien lleno", y se rió de mí.
Berta me entregó sus bragas y dijo:
- "Estoy satisfecha esta noche, así que lo único que recibirás serán mis bragas... Tienes que ir a casa y follarte, toda la noche, esa asquerosa vagina tuya con esa polla que tienes metida en tu coño, mientras hueles mis bragas... Cuando vengas mañana lo comprobaré para asegurarme de que tu cara huele a mi coño.
Comencé a ponerme la ropa mientras lloraba y le suplicaba que me dejara correrme.
- "Por favor, déjame correrme... Lo necesito... Te comeré el coño y te dejaré hacer lo que quieras conmigo", grité.
- "Me comerás el coño y ya puedo hacer lo que quiera contigo... Eres mi esclava lesbiana, mi muñeca para follar... Eres un juguete sexual, Eso es todo... Te usé para excitarme y esta noche me divertí viéndote follarte sabiendo que no puedes correrte... Lo hice de esa manera para que te des cuenta que todas las cosas que solían excitarte ya no lo te sirven de nada... Sólo mi coño te excitará y te correrás con él", me dijo.
Abrió la puerta y me despidió con estas palabras:
- "Ahora vete a casa y folla ese sucio coño tuyo mientras hueles mis bragas y no te laves el coño... Te espero mañana al mediodía."
Salí llorando.
Una vez en el coche, tiré sus bragas en el asiento del pasajero y me senté lentamente debido al consolador dentro de mí.
En el camino a casa sentí curiosidad y recogí sus bragas... Me las llevé a la nariz y las olí... Al instante de mi coño empezó a salir líquido a borbotones... No pude evitarlo.
Detuve el coche y comencé a jugar conmigo misma... Me puse a frotar con fuerza, mi mano en mi coño empujando el consolador más profundamente.
Lo sentí tan bien que seguí frotando y empujando el consolador con fuerza dentro de mi coño... Quería más... Empecé a jugar con mis pezones... Mis caderas se movían mientras me follaba con la polla.
Me pellizqué uno de mis pezones y éste envió una sacudida directamente a mi coño... Me acerqué al orgasmo mientras inhalaba profundamente las bragas de Berta... Estaba muy cerca del orgasmo.
Entonces me di cuenta de lo que estaba haciendo... Me estaba follando con el consolador de otra mujer mientras olía sus bragas y estaba más caliente que nunca en mi vida... Empecé a llorar y tiré las bragas a un lado... Conduje a casa llorando.
El resto de la tarde transcurrió en una frustrante agonía... Quería tener un orgasmo pero no podía.
Seguía preguntándome cuánto me estiraba el consolador... Entonces la realidad me golpeó mientras estaba preparando la cena... Uno de mis hijos me preguntó si algo me hacía daño porque caminaba raro.
Pude sentir mi cara ponerse muy caliente... Aguanté todo lo que pude para no empezar a llorar allí mismo, frente a mis hijos.
El resto de la noche hice un gran esfuerzo para no parecer que algo andaba mal frente a mis hijos... Eso se sumó a mi humillación.
Mientras me acostaba para pasar la noche, me di cuenta de que había dejado las bragas de Berta en mi coche... Empecé a llorar porque quería salir a buscarlas... No podía creer que quisiera jugar conmigo misma mientras huelo las bragas de una chica sabiendo que no puedo correrme... La odié y al mismo tiempo quise oler sus bragas... Fui a mi coche y las cogí.
Antes de entrar a casa ya los tenía contra mi nariz inhalando profundamente... Inmediatamente mi coño comenzó a gotear alrededor del consolador, bajando por mis muslos.
Estaba llorando de nuevo... Me estaba convirtiendo en su chica coño y sabía que no podía hacer nada al respecto... Me acosté con sus bragas en mi cara y mis manos entre mis muslos... A mi coño le encantó cada minuto... Lo froté y lo follé durante aproximadamente una hora todo el tiempo oliendo sus bragas... No pude evitarlo, mi coño se sentía muy bien... Esto hizo que siguiera haciéndolo.
Intenté quitarme las bragas de la nariz pero el placer en mi coño desaparecía.
Comencé a llorar más... Sabía que la única forma en que podría correrme ahora era mientras olía el coño de Berta.
Empecé a follarme más fuerte, mientras inhalaba profundamente sus bragas... Mi coño quería más y yo quería darle más.
Lamí sus bragas mientras metía la polla en mi coño.
Me follé fuerte mientras me pellizcaba y retorcía los pezones, oliendo y lamiendo sus bragas todo el tiempo.
Si pudiera hacer esto siempre, lo haría... Me sentía muy bien.
Sin embargo, no pude correrme del todo. Seguí pensando en ello y luego sucedió algo extraño... Mi coño comenzó a excitarse.
Berta fue capaz de convertirme, una chica heterosexual que nunca había pensado en besar y mucho menos tener sexo con una mujer, en su pequeña vagina... En su juguete sexual.
Tenía mucho calor y me excité pensando en nosotras dos masturbándonos... Ella podía correrse cuando quisiera, pero yo sólo podía correrme si ella me dejaba.
Berta me había quitado la capacidad de correrme sin que ella me lo permitiera... Ella podía usarme como quisiera y a mí me encantaba... Me encantaba tener que hacer todo lo que ella quería... Me encantaba tener un coño de lesbiana sucio y asqueroso entre mis piernas, y la amaba por hacerme así.
Saqué el consolador de mi sucio coño de lesbiana y chupé todo mi asqueroso jugo de lesbiana... Sé que a ella le gustaría eso... Volví a meterme la polla y me subí las bragas... Me fui a dormir con sus bragas debajo de la nariz esperando soñar con su coño.
Al día siguiente, cuando conduje hasta la casa de Berta, mi sucio coño de lesbiana estaba lleno de su polla... Mi nariz estaba en sus bragas y estaba goteando jugo de coño asqueroso por todo el asiento de mi coche, que olía a coño de lesbiana sucio.
Olía fuerte porque no me dejó lavarlo después de todo lo que hicimos ayer... Llegué a su casa y llamé a la puerta... Mi coño estaba tan excitado que mis jugos corrían hasta mis tobillos.
Berta abrió la puerta y dijo:
- "¡Oooh”... ¡Mírate!... ¿No es precioso?.. Estás goteando jugo de lesbiana por todas tus piernas... ¿Quieres mi coño, chica heterosexual Alma?"
Sus palabras hicieron que mi coño tuviera espasmos... Todavía me humillaba pero me puso aún más caliente.
- "SÍ!... Quiero tu coño", dije mientras caminaba hacia dentro de su casa
- "Lo sé", dijo con una sonrisa.
Cuando llegamos a su cama, ella dijo:
- "Sabes qué hacer, perra."
Me desnudé y abrí las piernas para ella y me dijo:
- "Muy buena puta estás hecha ya."
Mientras ella me miraba, el consolador empezó a deslizarse hacia fuera... Al verlo, Berta dijo:
- "Ups, parece que ese coño apretado tuyo ya no lo es tanto."
Sus palabras me excitaban y comencé a girar mis caderas... Me agaché para empujarlo hacia adentro.
- "¡No!... Deja que se salga de ese coño... De todos modos, no fue hecho para una polla... Fue hecho para complacer un coño". dijo, deteniéndome
Una sacudida de placer recorrió mi cuerpo con sus palabras... Mis pezones estaban duros como piedras... Ella tenía razón... Mi coño y mi boca fueron hechos para complacer un coño.
Berta cogió el consolador, lo olió y dijo:
- "¡Uf!... Ese coño tuyo está maduro... ¿No es así, perra?... Huele desagradable... Un coño con olor desagradable en una puta lesbiana sucia y asquerosa."
Sus palabras iban directo al centro de mi placer... Quería tirarla al suelo y follarla ahora mismo, pero eso no debía hacerlo.
Ella me puso el consolador a mi boca y dijo:
- "Chupa ese desagradable jugo de coño de lesbiana."
Abrí la boca... Era demasiado grande para caber dentro, así que lamí y chupé el consolador, limpiándolo con la lengua y la cara.
- "Sí, perra, muéstrame si eres buena chupando el jugo de tu coño... ¿Te encanta, verdad?... ¿Te encanta el flujo de tu coño?"
Comencé a pellizcarme los pezones y a asentir con la cabeza.
Berta se sentó en el borde de su cama... Abrió las piernas y se subió la falda.
. "Ven aquí y muéstrame qué más sabes hacer, Alma", se burló.
Estaba demasiado lejos para preocuparme de más humillaciones y rápidamente trepé entre sus piernas lo más rápido que pude... Puse mi boca en su coño y comencé a chupar de inmediato.
- "Amas mi coño, ¿no?", me preguntó.
Simplemente gruñí en su coño y chupé más fuerte.
Ella comenzó a frotarme la cara con su coño y me dijo:
- "¡Sí, perra!... ¡Amas mi coño!... Te encanta ser mi zorra de coño... Eres muy puta."
Seguí chupando y ella me agarró por el pelo, me apartó de su coño y me dijo:
- "Contesta, perra."
Tenía flujo de su coño goteando por mi barbilla y le dije:
- "Me encanta ser tu zorra."
- "¿Eres heterosexual, Alma?", me preguntó Berta.
- "¡No!... Soy tu zorra lesbiana que quiere conseguir sacarte todo el flujo de tu coño", le respondí.
- "Lo sé, perra... Te hice de esa manera y te quité la capacidad de correrte... ¿Eso te excita, Alma?", se burló.
- "¡Sí!... Me pone caliente pensar que me conviertes en una zorra lesbiana que no puede correrse a menos que tú me dejes."
Y era verdad.
Ella volvió a meter mi cara en su coño y dijo:
"Bien, sigue follando mi dulce coño con esa boca de tortillera tuya, Alma... Sólo piensa que es posible que no te deje correrte hoy...Y puede que no te deje correrte nunca más."
“Ya estas lista para enviarte a lamer otros coños y darles placer para que yo te pueda premiar con una corrida si mis clientas han quedado satisfechas... Vas a ser muy buena puta tortillera.”
Al escuchar esas palabras, mi coño arrojó mucho jugo... No me corrí pero le disparé jugo por toda su cama... Iba a servir a otras mujeres.
No podía creer lo excitada que estaba por no poder tener un orgasmo a menos que otra mujer me dejara... Me encantaba saber que otra mujer controlaba mis orgasmos... Podría mantenerme así de excitada para siempre si quisiera.
Dondequiera que me enviara, mi coño chorrearía jugo sobre ella y sobre mí... No podría ocultar que era una lesbiana asquerosa y sucia en celo.
Berta comenzó a golpearme fuerte en la cara y dijo:
"Me voy a correr en tu boca, perra. ¿Quieres mi flujo y mi pis, puta?"
Entre chupadas, grité:
- "¡Sí!... Quiero tu flujo y tu pis en mi boca para tragarlo todo.
Y ella hizo justo eso y yo trague todo.
- "Esto es jodidamente caliente... Puedo correrme todo lo que quiera, en cualquier momento que quiera y tú solo te corres cuando yo lo diga", gritó.
Tan pronto como ella comenzó a correrse, mi coño comenzó de nuevo a chorrear por todos lados... No podía correrme pero mi coño, sin control, chorreaba por todas partes... Estaba más caliente que nunca.
Cuando se calmó, me hizo poner mi coño contra su coño.
Se sentía maravilloso... Ella comenzó a frotar su coño contra el mío... Berta me ordenó que me pellizcara los pezones... Los pellizqué y los torcí mientras los estiraba de mi pecho y luego los soltaba.
Esta vez lo sentí diferente... Mi coño estuvo apretado por su coño toda la noche... Casi sentí como si su coño estuviera dentro de mi coño... Pensar eso me puso aún más caliente.
- "¡Oooh!... ¡Síííí! ¡Aaah!... Perra, tu coño está chupando mi coño y lo hace mejor que tu boca... Creo que ese coño quiere que me corra dentro de él.
- ¿Cómo sientes eso, Alma?... ¿Quieres tener el espeso flujo blanquecino de otra mujer dentro de tu coño?", me preguntó.
- "Me pone caliente... Estoy más caliente que nunca... Quiero tu espeso flujo blanquecino dentro de mí... En el coño asqueroso y sucio de tu perra."
- "Sí, perra, me voy a correr sobre tu coño de lesbiana, dentro ese corte desagradable que tienes entre tus piernas y que va a absorber todo mi espeso flujo blanquecino.. ¿Quieres estar lleno de mi flujo, puta?, dijo.
- "¡SÍ!... Llena el coño de tu asquerosa esclava lesbiana con tu espeso flujo blanquecino”, grité.
- "Una vez que te llene con mi espeso flujo blanquecino, no voy a dejar que tengas un orgasmo... No quiero que lo eches a chorros todo... Quiero que mantengas mi espeso flujo blanquecino dentro de tu asqueroso coño de lesbiana."
- "¡No me importa!... Quiero que me llenes con tu espeso flujo blanquecino", grité.
- "Esa es mi puta lesbiana... Ni siquiera te importa tener un orgasmo... Sólo quieres llenarte de mi espeso flujo blanquecino que estoy soltando", dijo entre gemidos
Ella comenzó a moverse salvajemente mientras se corría en mi coño.
- "Esa es mi perra... Chúpame mi espeso flujo blanquecino que estoy soltando en tu asqueroso coño", me dijo.
Mientras se recuperaba de su orgasmo, me comentó:
- "Estoy muy feliz de haber convertido a la chica heterosexual Alma en una puta lesbiana hambrienta de espeso flujo blanquecino... ¿Te gusta ser mi puta lesbiana chupadora de coño, perra?, dijo.
- "Sí, me encanta ser tu zorra chupadora de coño", respondí.
- "Eres la mejor puta que he tenido... Haces que me corra mejor que cualquiera de mis otras chicas... Ahora, levántate y déjame ver ese asqueroso y sucio coño tuyo", me dijo Berta.
Me levanté cubriendo mi coño con la mano... Ella me ordenó que apartase la mano... Cuando lo hice, su espeso flujo blanquecino empezó a salir de mi coño.
- "¡Oooh!... Eso es muy asqueroso... Tienes el espeso flujo blanquecino de otra chica goteando de tu coño... Tápalo y déjalo que se quede dentro", me ordenó.
Eso es lo que quería escuchar... Ella sabía exactamente qué decir para sacarme la mayor humillación... Mi clítoris hormigueó y mis pezones se hincharon con sus palabras... Me encantó todo lo que me dijo... Me puse las bragas cubriendo mi coño y me vestí.
- "Vete a casa y juega con ese coño sucio tuyo toda la noche... Y si tienes suerte, tal vez – sólo tal vez - te deje correrte mañana", me dijo.
De camino a casa me metí la mano en el coño y me cubrí los dedos con su espeso flujo blanquecino... Me los llevé a la cara y me froté un poco debajo de la nariz para poder olerlo durante todo el camino a casa.
Chupé su espeso flujo blanquecino de mis dedos... Yo estaba muy feliz... Cada vez que quería probar su espeso flujo blanquecino, podía sacar un poco de mi coño.
Me encantaba ser su zorra lesbiana y no lo cambiaría si pudiera... Pero eso depende de ella y ya me dijo que iba a comenzar a servir a todas sus clientas... Esa será mi vida partir de ahora.
F I N