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Fecha: 18-Nov-23 « Anterior | Siguiente » en Lésbicos

Diario de una L Scort 3

Evelyn Ara
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Tiempo estimado de lectura: [ 36 min. ]
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Les quiero contar la primera cita con una de las clientas más importantes, si no la más, que tuve la fortuna de atender, además de que esta cita fue de las más intensas de las que puedo recordar. Version para imprimir

Hola a todos, disculpas por tardar tanto en continuar con mi historia, pero aquí estoy para seguir contándoles un poco de lo que viví, para los que no me conocen, mi nombre es Evelyn y estas historias son de cuando trabaje como scort, atendiendo exclusivamente mujeres y les quiero contar la primera cita con una de las clientas más importantes, si no la más, que tuve la fortuna de atender, además de que esta cita fue de las más intensas de las que puedo recordar.

Llevaba unas semanas trabajando con Madame, había tenido ya algunas citas e iba ganando experiencia y cada vez las disfrutaba más, y por comentarios de mis clientas, al parecer no lo hacía mal. Como semanas anteriores, entre los jueves y viernes, me avisaban si tenía alguna cita, que generalmente son fin de semana, y esta vez no fue diferente, me llegó el mensaje de Máfer un jueves por la noche.

- Hola Evelyn, tienes una cita mañana, ¿tienes disponibilidad? - Me causaba gracia que siempre preguntaban si estabas disponible.

- Sí, claro, que alegre, pensé que no habría nadie.

- Es una clienta muy especial, una de las mejores de la casa, Madame le habló muy bien de ti.

- ¡¡Que nervios!!

- Te espero mañana a las 7 de la noche en la casa, trae ropa discreta para llegar a la cita.

- Muy bien.

Paso el día normal de clases, le comenté a mi mamá que tendría un proyecto y que iría a la casa de una compañera a hacerlo, por lo que no podría llegar, y solo me dijo, está bien, con cuidado. Andrea me hizo el favor de llevarme a la casa, ella también tenía una cita, teníamos unos días de no vernos, así que aprovechamos a ponernos al día y que le contara de cómo me había ido, le conté que bien, que aprendiendo el trabajo, jajaja. Llegamos a la casa y entramos, Andrea se fue rápido a cambiarse porque tenía que salir ya para su cita, la clienta pasaría por ella directamente a la casa, a mí me llevaría Billy.

- Hola Evelyn- Me recibió Máfer

- Hola Máfer, ¿Cómo estás?

- Bien, te quiero contar de tu clienta, su nombre es Cecilia, es una de las mejores clientas y Madame te recomendó directamente con ella.

- Ya siento la presión- Le dije con risa nerviosa.

- La cita es en este hotel, esta es su habitación, no pases por recepción, ¿Cómo irás vestida?

- Pensaba llevar pantalón de lona, zapatos de tacón, una blusa y saco, discreta como me dijiste.

- Perfecto, cámbiate y sal, ella ya te espera, ¿Llevas tu kit?

- Si, acá lo llevo.

Me cambié rápidamente y antes de despedirme, hablé un poco más con Máfer

 - ¿Algún consejo o algo especial que haya pedido?

- No pidió nada especial, pero es bastante intensa, por así decirlo, le gusta dominar, solo

déjate llevar y trata de complacerla en lo que te pida, es lo que te puedo decir.

- Ok- Le dije, aunque su comentario me puso un poco más nerviosa

- Ah, se me olvidaba una cosa, ella pagó el servicio normal, pero si le das un buen servicio, puede que pida que te quedes toda la noche

- Ok, ¿Y cómo se hace?

- Solo dile que me informe, ella tiene crédito, por así decirlo- Me dijo riendo. -Si se da, tu servicio termina a las 8:00 am, pero ya tú decides la hora de irte, siempre le escribes a Billy y él te llegará a traer por la mañana.

- Perfecto, gracias- Le dije, me despedí y salí.

Billy me llevó y me dejó en el lobby del hotel.

 - Éxitos querida, ya sabes, me escribes cuando termines y te vengo a traer.

- Gracias, mi niño. Así le decíamos de cariño. -Máfer me dijo que existe la posibilidad de que me quede toda la noche, yo te cuento.

- Ok, si es una cliente importante y pide que te quedes, ya la hiciste- Solo reí y me despedí, iba bastante nerviosa.

Entre al hotel sin pasar por recepción, directamente a los elevadores, y me dirigí a la habitación, toqué y escuché como se acercaban a abrir la puerta, al abrirla pude ver a una mujer más alta que yo, calculo que 1.75 metros, vestida con un pantalón de tela negro y una blusa blanca, a pesar de no ser pegado, se le podía notar una cadera bastante ancha y a través de la blusa unos senos bastante pronunciados, su piel era blanca, pelo castaño con rayitos y unos ojos color miel. Hablaba por teléfono, con señas me indicó que pasara y me sentara en un sillón que había en la habitación, estaba dando instrucciones, luego colgó y llamó a otra persona, dijo que ya todo estaba listo, que disculpara pero que ya todo estaba arreglado, luego llamo nuevamente, supongo que a la primera persona, le decía en tono fuerte que tenía que cumplir con lo dicho, luego le dijo: Bueno, me desconecto, tengo un compromiso, platicamos el lunes y espero todo salga bien. Colgó y pude ver que apagó el teléfono, para eso pasaron como 15 minutos, yo estaba sentada en el sillón esperando, quieta, viendo esta escena.

- Evelyn, ¿Verdad? -  Me dijo acercándose a mí, me tomó de la mano y me levanto del sillón.

- Hola, mucho gusto- Le dije y me acerqué para darle un beso, un piquito.

- Yo soy Cecilia, pero puedes decirme Ceci- Me dijo dándome otro beso.

- Gracias Ceci, tú puedes decirme como quieras, estoy aquí para ti.

- ¿Quieres tomar algo?, Acá tengo vino, pero si quieres otra cosa, dime.

- No hay problema, vino está bien- Me sirvió una copa de vino, también tenía una tabla con quesos de los cuales también me ofreció, ambas tomamos nuestras copas y nos sentamos en el sillón.

- Quiero conocerte un poco, Madame me habló muy bien de ti, me dijo que estás iniciando.

- Sí, llevo apenas unas semanas, estos son mis primeros servicios.

- Te ves muy chiquita, yo sé que esto no se pregunta, pero ¿Cuántos años tienes? –

Jajaja, reí más de nervios, creo. -Tengo 20- Le dije.

- Huy, eres una beba, podría ser tu hermana mayor- Me dijo y ambas reímos.

- Y si no te molesta, ¿Tú, qué edad tienes?

- Para nada me molesta, tengo 35, ya casi 36, eres casi mi auto regalo de cumpleaños,

cumplo años en unos días

- Pues salud por eso, Feliz Cumpleaños- Le dije y chocamos nuestras copas. Estuvimos hablando un tiempo, creo que hicimos muy buena conexión, aunque estaba iniciando, era la primera cita que llegaba y platicaba con la clienta antes de pasar directo a la acción.

- Madame no mintió, la verdad estás muy linda- Me dijo, ya nos habíamos tomado un par de copas de vino y teníamos una bonita platica.

- A mí también me hablaron de ti, que eres una clienta muy especial, así que estoy aquí para complacerte en lo que me pidas.

- Eso espero, ya veremos- Me dijo, mientras nos poníamos de pie, ella me dio una vuelta.

-De momento no puedo negarlo, buen culo tienes- Mientras me daba una rica nalgada, -Pero bueno, no estás aquí para platicar, mi amor, a lo que viniste.

- Claro, estoy para lo que quieras, lo que me pidas, será un placer.

Estábamos de pie, frente a frente y empezamos a besarnos apasionadamente, su lengua entraba con fuerza a mi boca, enrollándose con la mía, mientras sus manos no dejaban de recorrer mi cuerpo, me agarraba el culo, las tetas, empezó a frotarme la concha, yo de mi parte hacía lo mismo, pude notar que tenía un culo bastante firme, nuestra ropa empezó a ceder, le desabroché el pantalón, el cual cayó rápidamente, ella me quito la blusa y desabrocho mi pantalón. Poco a poco caminamos hacia la cama, para ese momento yo estaba solo en ropa interior y Ceci solo tenía la blusa puesta y una tanga blanca lisa del frente y atrás se perdía entre su hermoso, redondo y parado culo. Antes de acostarnos nos quitamos los zapatos, me quite el brassier, ella la blusa, luego me jaló y caímos sobre la cama, no dejábamos de besarnos y acariciarnos mientras rodábamos sobre la cama.

- Mmmm que rica estás- Me decía, mientras me tocaba, y me besaba el cuello, fue bajando poco a poco hasta llegar a mis senos y empezó a chuparlos, mientras con una mano me agarraba una teta, con su boca me lamía la otra, me chupaba el pezón, estuvo cambiando de teta y cada vez lo hacía con más fuerza, hasta que empezó a darme mordidas en el pezón y mis tetas

- Que ricooo- Le decía yo. - ¡¡Son tuyas!!

- Hazme gozar- Me dijo. -Quiero que me chupes la concha.

- Claro, Ceci, lo que me pidas.

Se acostó boca arriba, abrió las piernas, yo me puse frente a ella, le quité la tanga y me dirigí a su conchita perfectamente depilada, con unos labios carnosos, empecé a pasar mi lengua por toda su rajita, con fuerza, después me enfoqué en su clítoris, Ceci gemía delicioso, con una mano me presionaba fuertemente contra su vagina y con la otra se sobaba las tetas.

 - Ahhh Síííí, así, chúpame toda, sigue, sigue…

 Con mi lengua trataba también de darle pequeñas penetraciones, ella tomo sus piernas con las manos, llevándolas hacia atrás, cerca de su cara, dejándome toda su concha a mi disposición, así que me dedique a comerle la concha con todas mis fuerzas.

 - Mmmmm, sííííí, Mmmm… asíííí, que ricoooo, ¡¡Que rico me chupas, puta, sigue, sigue!!

- ¿Te gusta cómo te chupo la concha? -  Alcanzaba a decir en los momentos que me detenía a tomar aire.

- ¡¡¡Siíííííí, sigue, no pares, chúpame toda!!!,

Ceci estaba súper mojada y sus jugos sabían muy bien, yo también estaba súper caliente, con esta hermosa concha a mi disposición. Estuvimos así un buen rato, ella no dejaba de gemir y decirme que no parara, hasta que me separó con sus manos, se dio la vuelta para ponerse en 4.

 - Vamos puta, chúpame el culo, hazme gozar.

- Claro, lo que me pidas, acá estoy para complacerte- Le dije, ¡cómo me excitaba que me dijera puta!

En lo que ella se ponía en cuatro, tome una botellita de agua, tenía la boca bastante seca de tanto chuparle la vagina, y aproveche para sacar de mi bolsa el consolador que llevaba. Ella estaba en cuatro, esperándome, tocándose ella misma, me acerqué, me hinqué, puse el consolador en la cama y con las dos manos tomé sus hermosas nalgas y empecé a pasar mi lengua por su culo.

 - Aaahhhhh- Dijo con un gemido al sentir mi lengua en su ano. Pasaba mi lengua por su culo, lamiéndolo, besándolo, era delicioso, ella no dejaba de gemir y masturbarse, luego tomé el consolador, lo puse en la entrada de su concha y se lo metí.

 - Aaaaayyyy- Grito Ceci, haciéndose para adelante. - ¿Qué haces? -

- Cogiéndote como te lo mereces- Le dije, la jalé nuevamente hacia mí, metiendo la lengua en su culo y empecé con un mete saca en su concha, ella dejo de masturbase y se dedicó a disfrutar.

 - ¡¡Aaahhh sííííí, así, no pares!!, mmmm que rico, me vengo me vengo- Empezó a gritar.

Sentí como se contraía y sus piernas temblaban, emitió un gemido agudo y explotó, empezaron a salir sus flujos vaginales, instintivamente me dirigí hacia su concha, tratando de tragar lo que podía, el resto me chorreaba por la cara, mojando todas las sábanas, luego se hincó frente a mí, empezamos a besarnos, yo guardé un poco de sus flujos en la boca los cuales chorrearon al momento de juntar nuestras bocas. Luego de esto, caímos rendidas en la cama, no dijimos palabra por un momento, después empezamos a acariciarnos, a besarnos y conversar un poco.

- Espero que te haya gustado- Le dije.

- Sí, me encantó, mi amor, para estar iniciando lo haces muy bien.

- Es que tener clientas tan ricas como tú, con ese culo y esas tetas, facilita mucho el trabajo.

- Madame no mintió, realmente eres una joyita.

- Bueno, nos quedan unos minutos, para hacer lo que tú quieras.

- Mmmm…para lo que quiero hacer no creo que nos alcancen, creo que te tendrás que quedar

más tiempo.

- Para mí será un placer, mi amor, me quedo contigo todo el tiempo que quieras- Cecilia se paró para tomar su teléfono, y mandó un mensaje.

 - Listo, ya pedí que te quedes.

- Que rico- Le dije, mientras me paraba yo a revisar mi teléfono.

- Ya te van a notificar, para mientras comamos algo.

Volvimos a la tabla de quesos y jamones, aún había bastante y empezamos a comer, me sirvió

otro poco de vino, conversamos sobre a qué se dedicaba, sonó mi teléfono.

- Solo voy a revisar- Le dije.

- Claro, pero luego lo dejas.

- Sí, no te preocupes.

 Como esperaba, era Máfer con el mensaje de que el servicio se extendía: “Hola Evelyn, felicidades, la clienta ha pedido que te quedes toda la noche, tu servicio termina a las 8:00 am, feliz noche”

 - Era el mensaje que me quede toda la noche, estoy para todo lo que quieras- Le dije, mientras apagaba el teléfono y lo guardaba en la bolsa.

- Voy al baño y continuamos- Me respondió.

Ella entró al baño, no cerró la puerta, así que pude escuchar como orinaba, yo tomé un poco de agua y me fui a la ventana a apreciar un poco la vista, cuando sentí como se acercó por atrás, me agarró el culo y empezó a besarme el cuello, volteé y empezamos a besarnos súper apasionadamente, nos comíamos la boca mientras nos tocábamos todas. Fuimos caminando hasta la cama, caímos en ella y nos besamos un rato más.

- Bueno, ahora si vamos a ver de qué estás hecha, que tan perrita eres- Me dijo al oído, no puedo negar que me asusté un poco, pero al mismo tiempo me generó excitación.

- Ya te dije, estoy aquí para ti, voy a ser lo puta o perra que quieras.

- Ya veremos- Me respondió, se dirigió a su maleta, sacó una bolsa y de ahí sacó un cinturón, con un gran consolador colgando.

- Mira lo que tengo para ti- Yo no dije nada, solo me quedé viendo, sorprendida- No te asustes, vas a ver cómo te gusta, ven ayúdame.

 

Les dejo una imagen de como es el cinturon para que se hagan una mejor idea. 

Me paré de la cama para ayudarla a ponerse el consolador, era bastante grande, pero con una peculiaridad, así como tenía un gran falo hacia afuera, tenía uno hacia adentro, cuando estaba por terminar de ajustarlo, aplicó un poco de lubricante al falo interior y se lo metió en la concha.

 - Mmmm que rico- Dijo, dando un pequeño gemido, terminamos de ajustar el cinturón sabiendo lo que se vendría, apliqué lubricante al consolador que colgaba del extremo, que fácil media unos 20 cm de largo y bastante grueso. Ceci me empujó hacia la cama, caí acostada, me subí un poco, ella se acostó encima de mí, empezamos a besarnos, luego sentí como dirigía el consolador a la entrada de mi vagina, que nunca había recibido algo tan grande, y fue introduciéndolo.

 - Aaagggggg- Gemí.

- Te gusta ¿Verdad? - Me dijo.

Sentí como su cuerpo topaba totalmente con el mío, señal que el consolador había sido totalmente introducido en mí, luego empezó a sacarlo y a meterlo, cada vez más rápido, hasta que empezó un mete saca bastante vertiginoso.

 - ¿Te gusta cómo te cojo, puta, te gusta?

- Síííí, sí, dame duro- Le decía yo.

- Ahhhhhh- Gemía ella. -Que rico, aahhh, ¿Te gusta?

- Dame, dame, cógeme, ¡¡¡soy tu puta!!!

 Estuvimos así un rato, de misionero, luego me subió las piernas, yo las agarré y me puse las rodillas cerca de la cara, y Ceci no dejaba de darme duro.

 - Aaaayyy, aaaayyy, no pares, no pares- Le decía.

- ¿Verdad que te gusta?, Sabía que lo ibas a gozar.

- Síííí, dame, cógemeeeeee- Empecé a sentir como me venía un orgasmo, como mi vientre se contraía. -¡¡Me vengo, me vengo!!- Realmente lo estaba disfrutando, que rica cogida me estaba pegando Ceci, de los orgasmos más fuertes que he tenido.

- Yo también, aaahhhh, síííí…

- Aaahhhh… mmmmm… ahhhhhhgggg- Gemía, cuando sentí, explote en un orgasmo, Cecí no dejo de bombearme.

- Aaahhhhhh… acabooooooo…- Grito, me penetró fuerte y sentí como me mojaba toda, hasta que su mete y saca fue disminuyendo de velocidad.

Baje mis piernas, apoyando los pies en la cama, Ceci estaba hincada con la respiración agitada, la concha me palpitaba y sentía el consolador aún metido. Se hizo para atrás, sacando el consolador, se paró al pie de la cama, me jalo hacia ella, puso mis piernas en sus hombros y sin decir nada volvió a cogerme fuerte.

- Aaahhhh… mmmmmm… síííí- Era lo poco que alcanzaba a decir, estaba extasiada, como fuera de este mundo, sentía como el consolador entraba y salía de mi concha, mientras a ratos Ceci me apretaba las tetas, también les daba palmadas, me las estaba poniendo un poco rojas, daba pequeños jalones a mis pezones, ese trato rudo me excitaba mucho.

- Síííí, mi amor, que ricooo, ¿Me encantas! Estas siendo buena puta- Me decía. Luego de un rato así, y de tener otro orgasmo se detuvo y sacó el consolador.

- Date vuelta- Me dijo, -Ponte en cuatro, te quiero coger como la perra que eres.

- Nunca me habían cogido tan rico y duro, me pongo como quieras, hazme lo que quieras,

- Así me gusta, que seas una putita obediente.

- Soy tu puta, tu perra, estoy aquí para ti- No sabía lo que me excitaba sentirme así, toda una puta y que Ceci me tratara con esas palabras me prendía más.

Me puse en cuatro, sobre la cama, ella se puso detrás de mí, hincada en la cama y empezó a cogerme de nuevo, no sé cómo mi conchita resistía, sentía ardor, pero era más el placer.

 - Síí, que ricoooo, aahhh, que rico- Me decía.

- No pares, mi amor, no pares, dame duro.

- ¿Te gusta que te dé así en cuatro, como perrita?

- ¡¡Síííí, soy tu perrita, no pares, no pares!!

Me tomó de las caderas y me daba fuerte, no parábamos de gemir y estando así, sentí como su dedo empezó a hurgar en mi culito, y a meterlo poco a poco, sentí rico, así seguimos hasta que sacó el consolador, le puso un poco de lubricante y lo apoyo contra mi ano, creo que instintivamente me hice para adelante para zafarme.

- ¿Qué pasa? - Me dijo y me jalo fuerte hacia ella.

- No sé si me va a caber por ahí- Le dije, un poco asustada.

- ¿Por qué?, ¿Nunca te han metido algo así por ahí? - Me preguntó.

- No, un par de dedos, nada más.

- Jajajajaja- Se rió. -Una puta virgen del culo, eso es un bono extra.

- Me va doler- Le dije.

- Estas aquí para mí, y haces lo que yo te pida- Me dijo, esta vez en un tono fuerte, que me asusto. -Pero has sido buena putita hoy, así que te voy a tratar bien.

- Esta bien, le dije, pero no tan duro.

Sentí como sus manos separaban mis nalgas y como su lengua empezó a recorrer mi ano, la verdad se sentía delicioso.

- Mmm que ricooo, aaaggg Sííí- Gemía.

- Te gusta ¿Verdad?, vas a ver como lo vas a disfrutar- Me decía. Dejo de pasar su lengua y empezó a meter un dedo, primero suave, luego cada vez más rápido y duro, después agregó otro dedo, estuvo así un rato.

 - Yo creo que ya dilató, hace tiempo que no me tocaba estrenar un culito.

- No tan duro- Era lo único que yo podía repetir.

Puso otro poco de lubricante en el consolador y echó un chorrito en mi culito y lo regó con sus dedos, luego se paró detrás, sentí un escalofrío cuando el lubricante toco mi ano, Ceci lo regó con su dedo, introdujo un dedo, luego otro, después con una mano me tenía tomada de la cadera y con la otra apunto el consolador a la entrada de mi culito, empezó a empujar, suave pero firme, sentí como mi ano se iba abriendo, me habían metido un par de dedos, alguna vez con un novio que intente sexo anal, pero nunca me habían metido algo tan grande.

-Aggggggg- Era apenas lo que alcanzaba a balbucear, apreté las sábanas con los puños y con los dientes, sentí como Ceci me tomó las caderas con las dos manos e introdujo totalmente el consolador en mi ano.

 -Mmmmmmjjjjmmmm- Dije en un agudo grito que aplaqué con las sábanas en la boca, mientras sentía dolor por el desgarre.

- ¡Sííííííí, que rico, que rico! - No paraba de repetir Ceci. - ¿Te gusta verdad puta?, sabía que te iba a gustar- Mientras iba sacando el consolador para meterlo nuevamente.

 -Mmmjjmmm ahhhh, Mmmm- Era el único sonido que podía emitir, empezó un bombeo lento y suave, que ayudó a dilatarme el ano, pero la intensidad empezó a subir, cada vez la penetración era más rápida.

 -Síííí, me encanta, que rica que estas- Me decía. -¡¡Me vas a hacer acabar otra vez!!

Poco a poco el dolor empezó a ceder y apareció una sensación de placer, algo que nunca había sentido, un placer diferente, perdí un poco la noción del tiempo, no sé cuánto me estuvo rompiendo mi culito, el dolor estaba presente, pero también apareció una sensación de placer, una estimulación diferente, lo empecé a disfrutar, pero hubo un momento donde ya no soporté el dolor.

 -Para, para, para- Le dije, mientras con una mano la hice para atrás y logré zafarme-

- ¿Qué pasa? -  Me pregunto.

-  Me duele, me duele- Le dije, mientras me paré de la cama y caminé para el baño, sentía palpitando mi culito, me dolía, pero debo admitir que también sentí placer, estuve un rato en el baño, aproveché a orinar y refrescarme un poco, regresé a la cama, ella estaba acostada, aun con el cinturón puesto.

- ¿Todo bien? - Me preguntó.

- Sí, solo me duele un poco.

- Pero sí te gusto ¿Verdad?, pude notar cómo empezaste a moverte- Yo solo sonreí. -Ven, ayúdame a quitarme esto- Me dijo, me acerqué y ayudé a quitarle el cinturón, saqué el que tenía ella metido en su concha.

-Aaahhhh- Dijo, de placer.

 -De verdad, nunca la había pasado tan rico con una puta como lo estoy pasando contigo- Me jalo hacia ella y empezamos a besarnos. -Quien iba a decir que hasta culito iba a estrenar.

- Que me alegro- Le dije. -Estoy aquí para complacerte, aunque aún me duele- Y ella rió.

- Ahora rómpeme tú toda a mí, véngate de lo que te acabo de hacer- Me dijo al oído.

- ¿Quieres que me ponga el cinturón?

- Sí, póntelo y cógeme duro, vas a ver lo rico que se siente.

 Me lo puse, sin limpiarlo ni nada, la parte que va para adentro de mí, fue súper fácil introducirla en mi concha de lo húmeda que estaba, ella me lo termino de apretar.

 -Ahora sí, cógeme toda, ahora yo voy a ser tu perra- Me dijo, mientras nos besábamos, nos pusimos en posición de misionero, tomé el consolador y se lo metí en la concha, con lo mojada que estaba, entró con facilidad, cuando tope, sentí como se me metía un poco más el que tenía hacia mí, empecé un mete saca, con cada embestida, yo sentía delicioso, como si ella me estuviera cogiendo a mí, así que cada vez lo hacía más rápido y fuerte.

- ¡¡Aaahhhh sííí, cógeme puta, cógeme, dame duro!!- Me decía.

- ¡¡Te gusta que te cojan duro, ¿verdad?!! Te gusta, ¿Verdad?

-Síííííí, no pares, no pares, ¡Cógeme!

-  A la que le pagan es a mí, pero aquí la puta eres tú, ¡¡Te gusta ¿Verdad, puta?!!- Le dije en medio de la calentura de los mejores sexos que he tenido en mi vida, después de decirle esto, se me quedó viendo fijamente y me escupió la cara, yo como reacción hice lo mismo, la escupí, sin parar de darle lo más fuerte que podía, luego de esto, nos fundimos en un beso super intenso y apasionado, ella me mordía la boca, entrelazamos las lenguas y sentía sus uñas en mi espalda y me rodeaba con sus piernas.

- Aaaaaahhhhhh ¡¡Me vengo, me vengo!!- Gritó, estuvimos así unos minutos, hasta que ya no pudimos más.

Ambas acabamos en un orgasmo súper intenso, mojamos toda la cama, el ritmo fue bajando, hasta que le saqué el consolador y caí acostada a la par de ella, mi concha palpitaba con el consolador metido, no podíamos ni hablar de lo agitadas que estábamos, poco a poco fuimos retomando el aliento, luego de unos minutos sin decir nada, ella se acercó a mí y empezamos a besarnos nuevamente.

 -Nunca me habían dicho puta- Me dijo, viéndome a los ojos.

-A mí nunca me habían escupido-

-A mí tampoco, pero me calentó más.

 Jaló un poco de saliva, luego con una mano me apretó las mejías para abrirme los labios y la puso directamente en la boca, luego nos fundimos en un beso súper intensó y empezó a calentarse nuevamente.

- ¿Aun tienes fuerzas? - Me dijo riendo.

- Yo estoy aquí para ti- Le dije. -Mientras tú quieras seguir, yo sigo- Le respondí, mientras seguíamos besándonos y acariciándonos, realmente estaba cansada, era ya de madrugada, pero no le podía, o más bien, no le quería decir que no. - ¿Qué más quieres hacer o hacerme? - Le pregunté.

- Pues, que me hagas algo de lo que más me gusta.

- Si, ¿Y qué será?

- Pues, algo que seguro a ti ya vi que te gustó, y seguro después lo pedirás, quiero que me des por atrás, que me des bien duro por mi culito- Me dijo esto al oído, suavecito, que hizo que se me erizara la piel y la excitación me regresó.

Inmediatamente nos levantamos, ella se puso en cuatro sobre la cama, yo tomé un poco de lubricante y se lo apliqué al consolador y a la entrada de su ano, lo esparcí con el dedo, luego me puse detrás de ella, como en posición de ranita, puse el consolador en la entrada de su culo y empecé a empujar, el consolador empezó a ingresar, con un poco de dificultad al inicio, aplique un poco más de fuerza, lo que hacía que el que estaba dentro de mí también me penetrara más, hasta que sentí como ingreso todo el consolador y mi cuerpo chocó contras sus nalgas.

- Aaahhhhhhhggggg, sííííííí- Grito Ceci. - ¡Dame duro!

- Te voy a romper toda, como te gusta.

- Síííí, rómpeme toda.

Empecé un mete saca cada vez más rápido, con cada embestida que le daba, Ceci gemía, gritaba, pedía que no parara, yo sentía el consolador también bien adentro de mí, lo que me hacía disfrutarlo. Tomé sus caderas con las dos manos y empecé a darle lo más fuerte que pude, ella a su vez empezó a masturbarse. Por la posición en la que estábamos, me cansé rápido, así que pare.

 - ¿Qué pasa? - Me dijo. -No pares, puta.

-Ven para acá, que te voy a dar con todas mis fuerzas.

Jalé una almohada al piso, la jalé a ella de los pies, quedó hincada sobre la almohada con el cuerpo sobre la cama, era una cama un poco alta, así que su culo quedó a una perfecta altura para mí, yo me puse de pie detrás de ella y volví a meterle el consolador en el culo, esta vez impulsaba con todo mi cuerpo, empecé a darle lo más fuerte y rápido que podía.

 -Aaaaayyy, aaaayyyy- Gritaba Ceci.

- Así querías ¿Verdad?, ¡Querías que te montara como una perra! - Le decía mientras le daba lo más duro posible

- ¡¡Me estas rompiendo toda!!

- Pero esto te gusta, ¿Verdad?, te gusta que te rompa toda, ¡Eres toda una puta! - Apoyé mi cuerpo sobre ella, pegando mis tetas a su espalda y así lograba penetrar con la fuerza de mi cuerpo.

 - Aaaaahhhhh, Mmmm, aaggggg, aaayyyyy- Gritaba Ceci. -¡¡Puta, me vas a matar!! ¡¡me vengo!!

 Con lo duro que le estaba dando, yo también empecé a sentir el enésimo orgasmo, ya estaba seca, solo sentía las contracciones, hasta que no pude más, y caí rendida sobre ella, agitada.

Saqué el consolador del culo de Ceci y me senté en el piso a la par de sus piernas. Ella se quedó inmóvil sobre la cama, hasta que fue reaccionando, se agachó y me dio un beso, luego se fue al baño, iba caminando algo raro, yo también sentía mi concha explotar, así que empecé a quitarme el cinturón, saqué el consolador de mi vagina, -Aaaahhhh-, dije de alivio, sentía como palpitaba, luego fui a tomar un poco de agua, pude ver en el baño, como Cecilia se trataba de ver el culo en el espejo.

 - Cabrona, me rompiste toda- Me dijo.

-  Pero era lo que querías- Le dije. -Para eso me pagas.

-  Claro, si para nada es queja- Me dijo, mientras se acercó y me dio un beso.

-  Espero lo hayas disfrutado, estoy aquí para complacerte, hacerte y que me hagas lo que quieras.

- Me encanta que me digas eso y que lo cumplas.

- Si, para eso me tienes, para eso pagas, para eso tienes aquí a tu puta.

- Madame se quedó corta con lo buena puta que tiene.

 Ambas nos secamos y limpiamos un poco, era de madrugada, nos acostamos, platicamos un poco de lo que hicimos y lo rico que lo pasamos, hasta quedarnos dormidas.

Reaccioné como a las 10 de la mañana, al despertar vi que Ceci no estaba, me levanté y quedé sentada sobre la cama, ella apareció del baño.

 - Ya despertaste- Me dijo, ella ya estaba vestida y terminando de arreglarse.

- ¿Ya te vas? -  Le pregunté.

-  Sí, tengo que irme, la habitación está disponible hasta la 1, te puedes quedar hasta esa hora, solo pasa dejando la llave en la recepción.

- Ok, gracias- Le dije, aún estaba adormitada.

-  Bueno, toma, esto es por tu excelente servicio- Dijo, mientras ponía un par de billetes en la mesa.

- Gracias- Le dije, tomó sus cosas y se acercó a mí.

- Fuiste una excelente puta- Me dijo, me dio un beso y se fue, antes de cerrar la puerta me mostró mi tanga. -Me la llevo de recuerdo- La guardó en su bolsa. -Hasta la próxima- Y cerró.

Me levanté, sentía aún ardor en el culo y un poco en la vagina, sí les había dado uso como nunca antes, me dirigí al baño, mientras me duchaba sentía extraño, la verdad me gustaba esa sensación de sentirme una prostituta, de que pagaran por mi cuerpo, no sabía si estaba bien o no, pero es lo que era, saqué la tanga de repuesto que cargaba, me la puse y me termine de arreglar, tome mis cosas, me dirigí a recepción, deje la llave, luego fui a comer algo al restaurante.

Luego le hable a Billy para que fuera por mí, llegué a mi casa, salude a mi mamá

 - ¿Cómo te fue? - Me preguntó.

- Bien- Le respondí.

- ¿Lograron terminar el proyecto?

- Sí, terminamos, pero no he dormido nada- Le dije mientras pensaba, si supieras todo lo que terminé y reí para mí. 

Me fui a mi habitación, me quité la ropa y me acosté, aún estaba un poco incrédula de lo que había hecho, y también pensaba en el dinero que había ganado, creo que me dormí con una sonrisa en la cara.

Así termina la primera vez que estuve con Cecilia, tal vez la clienta más especial que tuve en los años en que trabajé de scort dando servicio a mujeres, con ella tuve más experiencias, las cuales espero contarles más adelante.

Se que este relato se alargó, espero compense un poco mi ausencia

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© Evelyn Ara

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