Siempre me apasionó la Historia, y más si es la de nuestro país España, muy rica en contenido de todo tipo.
Por ese motivo, quise viajar al norte de África, a la ciudad de Tetuan, antiguo protectorado español, y donde mi bisabuelo, a principios de S. XX, había estado destinado con funcionario del Estado. Así que en vacaciones, decidí ir a conocer aquella ciudad.
Muy bonita, con encanto cultural y colonial, y muy occidental, pues no en vano recibe mucho turismo, aunque para mi ese año fue muy fácil y tranquila de visitar, ya que por ajustes de empresa y demás, fui a mediados de octubre.
Elegí para quedarme un hotel sencillo, familiar, regido por un padre con la ayuda de su hijo mayor, y también del pequeño que colaboraba por allí en lo que podía.
Era como un palacete colonial en la parte más antigua y noble de la ciudad por así decir.
Los hechos placenteros que allí viví, ocurrieron a la tercera noche de estancia, pero antes, os cuento un poco de las personas que allí nos encontramos y disfrutamos.
El dueño, el señor Abdul, era un hombre joven aún, de unos 50 años, delgado, con un rostro serio pero agradable, 1.75,y bastante dotado, unos 19 cm de rabo grueso y venoso, con un buen par de bolas colgando, y muy curioso, con toda la zona muy depilada, como también sus hijos.
Su hijo mayor, Ahmed, de 26 años, alto, 1.80,delgado y fibra do, muy deportista, y que se ocupaba de atendernos a los huéspedes con un trato exquisito. De dotación semejante a su padre, pero lleno de potencia y sabía joven.
El pequeño, Rafin, de 18 años, alto como su hermano, muy delgado, algo marcadito, con un culo envidiable, y dotadisimo, una polla enorme, unos 22cm, y un buen par de cojones, de un buen semental.
Por último, otro huésped, un chico mauritano, deportista profesional, pasando unos días de turismo y descanso. Negro brillante, 2.05 de alto, musculado, y con el pollon más grande que pude ver, 26 x 10,y que era conocido de la casa.
Todo se desarrolló muy bien, desde mi llegada. Amabilidad, limpieza, habitación sencilla pero con todo lo necesario y muy cuidado.
En mi segundo día de estancia, al retirarme a la noche a dormir, al entrar en mi habitación, un papel, escrito atentamente en español por el dueño Abdul, me indica que el y sus hijos estarían encantados en complacerme íntimamente si así lo deseo. Si es que si, que deje una nota en recepción con el acepto, y así, dispondrán todo a mi gusto.
A la mañana, lo primero, pasar por recepción y aceptar claro.
Ya sabéis qe soy muy caliente.
Soy moreno, delgado, fibra do, con barba, 1.90, 84 kg, dotado y con muy buen culo.
En el próximo capítulo os cuento como fue y como participó el huésped mauritano. Gracias por leerme