JULIA Y MARCO (CAP I)
HISTORIA DE UNA AZOTAINA, UNA ZURRA Y UNA PALIZA CON ZAPATILLA.
By ALEX
Estábamos en pleno mes de julio y en Barcelona hacia un calor insoportable.
Julia y yo Marco, éramos pareja, pero nuestra convivencia era un poco diferente a lo habitual, ella tenía su piso y yo tenía el mío.
Nuestra vida estaba montada de la siguiente forma, ella de domingo noche a jueves noche dormía en su casa y yo en la mía y el viernes y sábado noche dormíamos en mi piso pues era más grande y con vistas al mar.
Nos veíamos todos los días y la mayor parte de las cinco noches que ella dormía en su piso, yo cenaba con ella y luego de estar un rato juntos me iba al mí
Julia y yo nos conocimos por accidente, EL DESTINO DECIA YO.
Ninguno de los dos, teníamos que estar donde nos vimos por primera vez, el destino nos condujo al mismo lugar, por caminos diferentes.
La vi y me magnetizaron sus ojos, unos ojazos de impresión, no deje de mirarla, ella estaba mirando su móvil y sonreía, debió darse cuenta que alguien la miraba y levanto la vista, le sonreí y ella a mí también y ella siguió con el móvil. Me acerque y empezamos a charlar y bla, bla, bla.
Eran casi las nueve y le pregunte ¿Qué hacia allí?
Y me respondió que no lo sabía, que no hacía nada.
Así que le propuse irnos y si le apetecía cenar o ir a picar algo.
Prefirió esto último ya que había comido un par de canapés al principio del coctel.
Nos sentamos en una terraza de Rambla de Cataluña y mientras picábamos algo nos contamos nuestras vidas.
Julia me comento tenía 48 años, había sido la secretaria del director de una empresa de modelos y junto a su mejor amiga, que también trabajaba en la agencia, habían decidido montar su propia empresa. Llevaban un par de años y les iba mejor de lo esperado. Separada con dos hijos mayores, vivió con una segunda pareja tres años y actualmente llevaba cinco viviendo sola y sin compromiso alguno. Me dijo tenía mucho carácter y según su ex, era una marimandona, siempre dirigiendo. Que valoraba la verdad por encima de todo y que la persona que viviera con ella, tenía que cerrar la tapa de wáter después de utilizarlo. Que le encantaba cocinar.
Yo le dije me llamaba Marco, tenía 51 años, divorciado con dos hijos mayores y después de una segunda relación de tres años, vivía solo y también sin compromiso alguno. Le comenté tenía una pequeña empresa de desarrollo e imagen de temas informáticos. En cuanto a mi forma de ser y mi carácter le comenté que era muy equilibrado, siempre valoro lo positivo y lo negativo de cada decisión, me gusta leer un montón y también escribir y bueno alguna cosilla más, también soy muy mandón. Mi madre me dice que he nacido para mandar.
Se le hizo tarde, no nos dimos cuenta y eran pasadas las doce de la noche.
Me pidió si la podía llevar a casa, pues al día siguiente tenía que ir a trabajar antes de hora, a preparar un acuerdo y que a mediodía salía hacía Málaga, para un viaje de tres días.
Sin problemas la acompañe y mira por dónde, vivíamos ambos en el mismo barrio.
Te invitaría a una copa en mi casa, pero mañana tengo mucho lio, si quieres otro día.
Nos intercambiamos número de móvil y ya nos veremos.
La llame al día siguiente y le propuse vernos el fin de semana.
Me comento tenía que ir a Calafell, donde tenía un apartamento, pues el sábado le instalaban el aire acondicionado, me dijo vente y nos vamos a la playa y comemos juntos.
Encantadora, era un sol de mujer, me embobo.
Cuando llegue ya le habían montado el aire, la instalación ya estaba hecha solo era cambiar la maquina y los dos splits. Nos fuimos a la playa, comimos en un chiringuito y a media tarde volvimos al apartamento, nos duchamos y sin darnos cuenta nos estábamos besando con locura, comiéndonos el uno al otro, no se quien tenía más ganas, ambos nos deseábamos. Nos desnudamos el uno al otro sin dejarnos de besar, se estiro en la cama y me dijo
Cómeme el chocho bien comido.
Me volvió a sorprender, mandona y mucho. Yo empecé a jugar con él le pasaba la lengua en círculos, luego por dentro ella se retorcía, le puse un dedo y se volvió loca, le puse un segundo dedo y estaba por las nubes, se los quité y me decía
No pares, no pares o veras
Y así estuvimos un rato,
Ni se te ocurra correrte.
Hizo un gesto y sin darme cuenta me puso debajo y me cabalgo, se empalmo a mi pene y empezó a contornearse y más y más y empezó a gemir muy fuerte, yo no podía más y le dije me voy a correr y ella me exigió que esperara, la espera fue corta pues ella exploto y yo acto seguido me corrí como un loco.
No hizo falta preguntar si me quedaba a dormir, lo dimos por hecho, nos volvimos a duchar y salimos a comprar algo para cenar, ella prefería estar en casa y preparar algo en lugar de ir a un local, aquí lo tenemos todo dijo.
Hablamos y me comento
Que ella era muy liberal en el tema del sexo, he hecho cosas de las que no me arrepiento, pero que aún hoy, me cuesta creerlas, sobre todo en mi relación con mi segunda pareja.
Entones yo le solté mi rollo: Tengo que decirte que soy un enamorado de la zapatilla, (en el argot de la dominación soy un spankee), mi sueño es estar en el regazo de una mujer, con el culo al aire y que me azote todo lo que quiera y tengo que añadir, que no he tenido suerte con las mujeres, con las que he mantenido una relación, quizás por no haberlo expuesto desde el primer momento y cuando poco a poco lo he intentado ha sido casi un fracaso. Me he dicho a mí mismo, que no me volvería a pasar.
Ella abrió los ojazos aún más y se quedó un rato sin decir nada, al final comento he visto y he hecho muchas cosas, como te acabo de comentar, pero nunca me había cruzado con alguien que tuviera tu fantasía y entonces me pregunto ¿pero ¿cómo, y como se empieza y las zapatillas y te duele mucho, y como se sabe si te están pegando más fuerte? y mil cosas más.
Yo le explique es mi fantasía, desde muy pequeño, cuando iba a casa mi tía, o de alguna vecina, lo primero que hacía era mirarle las zapatillas y desear en mi interior me diera una buena zurra.
Mira es bastante sencillo, más de lo que en principio parece y le explique cómo funcionaba, los motivos por la que me castigaban, la palabra clave, lo que quería y no quería y tal y tal.
Su respuesta fue pues lo probaremos a ver si te gusta cómo te lo hago.
A la semana siguiente nos vimos un par de días y el fin de semana, la invite a cenar y me dijo prefiero ir a casa y cenamos tranquilamente, además ya he comprado la cena.
Cenamos una ensaladilla rusa y unas gulas con huevos fritos y patatas paja, exquisito ambos platos. Me levante a recoger y me pregunto
¿Qué a dónde iba?,
A retirar la mesa respondí,
¿Que no te acabas de comer las gulas?,
Era cierto me había dejado unas pocas, pues no podía más.
Mira apunta si quieres, otra cosa que no soporto, es que se dejen algo en el plato, la próxima vez te sirves menos y si te apetece repites, pero dejarse algo en el plato me supera, o sea ya lo sabes, te lo acabas y no me obligues a tenerme que sacar la zapatilla antes de tiempo. Se sonrió
Después de cenar nos sentamos y ella me hizo mil preguntas,
¿Cómo te has de poner para azotarte, diferentes formas, diferentes objetos, excusas y motivos para zurrarme?
Pues el de dejarme comida en el plato, es un motivo, por ejemplo, y más, le di una serie de páginas que valía la pena las leyera y vimos como ejemplo, un par de videos de spanking.
En uno se veía a una mujer con un cepillo en la mano, que se sienta le dice a su pareja, se desnude y se ponga en su regazo con el culo al aire, ella deja en cepillo en su regazo y le da lo menos 200 azotes con la mano, mientras le azota le riñe y en un momento dado coge el cepillo y le da no menos de 200 azotes más y cuando acaba lo manda al rincón. Y otro más o menos del mismo estilo.
Muy bien dijo. El lunes me vienes a buscar al despacho y nos vamos a comprar las zapatillas que te gustan.
Ok. respondí
Salió del salón y volvió a aparecer con una picardía y nada más, yo estaba sentado en el sofá y se sentó en jarras enfrente mío y de mis piernas y empezamos a besarnos con locura y desenfreno, con mucha pasión, el uno al otro, ahora yo, ahora ella, me encanto como besa y a ella también, nos complementamos muy bien y estuvimos mucho tiempo besándonos el uno al otro.
Se levanto y me pidió
Me levantara, desnúdate del todo.
Iba a decir algo, que me puso el dedo en los labios y me dijo
A partir de ahora calla y obedece.
Se sentó en el sofá y mientras me desnudaba me pidió
Tráeme las chancletas de la habitación y me dijo me pusiera en su regazo, me acomodo bien

Yo estaba empalmado a cien, se rio
¿Qué hacemos con eso?
Se refería a mi polla e iba a contestar, que se puso el dedo en los labios indicándome silencio.
Se abrió de piernas y se la puso entre sus muslos, se había quedado una chancleta y la otra la llevaba calzada, me dio unos cuantos azotes y coño aquella chancla dolía, no te hagas ilusiones, estoy probando, hoy no te voy a castigar, tengo que aprender muchas cosas. Me dio unos azotes con la mano, me acaricio el culo ¿aquí es donde te gusta te castigue?
Yo asumí con la cabeza, jugo un buen rato conmigo y me pidió me levantara, ella hizo igual me cogió de la mano e iba delante mío camino de la habitación, se estiro en la cama y me dijo
Hazme gritar de placer, no me obligues a tenerte que castigar.
Empecé a besarla y cogerle las tetas, le apretaba al pezón y ella respingaba con un pelín de dolor, fui bajando mis dedos hasta su coño, estaba empapado, empecé a jugar mientras la lamia todo el cuerpo, que bien olía la piel de Julia, se retorcía y entonces le metí un dedo con suavidad y se contorneaba arriba y abajo, le metí un segundo dedo y no paraba.
No pares ni se te ocurra parar, sigue cielo mío
Le saqué los dedos y empecé a comerme su coño, por los lados, metiéndole la lengua hasta el final.
Ni se te ocurra correrte
Yo seguí y seguí, notaba que le llegaba y estaba a punto hasta que estallo y dio un grito de placer y se corrió dentro de mi boca como una loca, ella me puso la mano en la cabeza y me dijo no te muevas, yo le lamia las ingles, que placer que suaves y el olor de su piel me tenían hipnotizado, me enamoré de su olor, me cogió la cabeza y me la volvió a situar encima de su coño, y volví a lamerla por lo lados, por dentro enseguida empezó.
Más quiero más y más, no pares.
Se volvió a correr y así estuvimos sin exagerar unas siete u ocho veces, descansaba un poco y quería otra vez.
Se puso encima mío, sentada y me cogió el pene que lo tenía a cien mil.
Buen chico dijo, ahora quiero que me hagas correr con tu polla y cuando yo te diga te corres tú.
Me empalmo y empezó a arriba y abajo yo le tocaba sus pechos, y veía su cara de placer, con los ojos cerrados, más y más acrecentó el ritmo y se corrió como una leona, yo no podía más y le pedí que me quería correr yo, me dio una bofetada.
¿Quién te ha dado permiso para hablar?, me vuelvo a correr yo dentro de ti y luego te corres tu.
Y volvió a empezar arriba y abajo, aguanto un buen rato y se volvió a correr.
Se salió y me dijo muy bien, se la puso en la boca y empezó a chupármela y yo que no podía más me corrí dentro de su boca.
Me dijo esto más adelante te va a costar una buena zurra, si no me obedeces y te corres cuando yo te diga.
Nos quedamos un buen rato abrazados, que bien olía y que piel más suave tenía, estaba encantada, nos duchamos por separado y me comento.
Le gustaba leer, aunque fuera cinco minutos antes de dormir.
Curiosamente a mí también, teníamos la misma afición, lo que yo leía en e-book, que por supuesto, no lo tenía y ella en libro de papel.
El lunes la fui a buscar y fuimos a comprar las zapatillas, la dependiente me pregunto y le enseñé me dejara unas que había en el escaparate, me las trajo y le dije ya las conozco le voy a explicar a mi pareja.
Me dijo son horribles, son de abuela, no pretenderás me ponga eso.
No son para ponértelas, son para azotarme, y le explique la suela que era de color amarillo, lo flexible que era, granulada, como se doblaba, le hice coger la zapatilla con la mano y la cogía muy bien, pues casi no tenían talón, y ella tenía una mano bastante grande, eran cerradas por delante y por detrás y le comenté lo normal, es que las lleves achineladas, le pedí por favor se las probara y bueno, se las puso y se rio.
Si a ti te gustan, son para tu culito.

Preguntamos que colores tenían y solo había en negro, azul marino y marrón oscuro eligió las negras y compre tres paras, me miro y pregunto
¿Tres pares?
Dije sí, unas para tu casa, otras para la mía y otras para el apartamento, así nunca habrá la excusa me las he olvidado.
Llevábamos tres semanas saliendo y el domingo cuando la deje en su piso, habíamos ido al cine, me comento
El próximo fin de semana prepárate, me voy a estrenar zurrándote, te voy a zurrar, el viernes, el sábado y el domingo.
Un poco más y me da un patatús.
El viernes siguiente fuimos al cine y a picar algo al llegar a casa me dijo.
Ponte cómodo, bueno quizás mejor desnúdate que te voy a calentar de lo lindo. Se metió en el baño y salió con una camiseta larga que escasamente le cubría sus nalgas y unas chanclas de esas de poner el dedo, pero las de ella no eran de las finas, las suelas debían tener más de un centímetro de grosor y eran planas, fue con la que ya me había dado unos azotes y dolían de verdad, son con las que solía ir por casa.
Se sentó en el sofá y me hizo poner encima, me acomodo bien y me dijo.
Quiero que me pongas el culo bien en pompa, no se te ocurra bajármelo y escondérmelo.
Yo estaba super excitado, tenía mi enorme polla entre sus muslos.
¿No teníamos que tener una palabra clave me pregunto?, pues dime cual es, creo la vas a utilizar conmigo más de una vez.
Me quedé bloqueado y no se me ocurría ninguna, dije por fin, acabo de leer un libro y era SICILIA.
OK esa será nuestra palabra clave, SICILIA, hizo un gesto para acomodarme bien y comento quedamos que una azotaina eran cien azotes ¿verdad?
Asumí.
Pues vamos a empezar con una buena azotaina dijo ella.
Me empezó a azotar con la mano, fuerte y rítmicamente, PLASS, nalga derecha, PLASS nalga izquierda, me daba cada vez más fuerte y al no rechistar más y más fuerte, PLISS, PLASS, PLISS, PLASS, PLISS, PLASS y así llegamos a cincuenta, me dolía el culo a rabiar los últimos diez fueron fuertes, fuertes de verdad. Nadie me había azotado con la mano tan fuerte como ella.
Bien parece aguantas mucho, ye veremos hasta donde llegas, hizo un gesto con el pie y se sacó la chancla y me pidió se la diera
Yo sin pedirle permiso le saque la otra y me la quede. La suela de la chancla dolía mucho y además hacia un ruido muy fuerte al impactar en mi culo, también fue aumentando la fuerza según yo iba aguantando sin protestar, chupaba y mordía la que tenía en mi poder PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS Y PLASS, PLASS, caía uno detrás de otro sin miramientos y ella probándose y probándome aumentaba la fuerza del azote, cada vez más y más, empecé oliendo y después chupando y por ultimo mordiendo la chancla que tenía en mi mano, para no abrir la boca, se me cayeron unos buenos lagrimones, calcule pues estaba tan excitado que no los conté otros cincuenta más.
Dejo caer la chancla al suelo se la calzo, yo le deje la otra y también se la calzo y me dijo:
Tenía en el culo colorado de verdad, me acaricio y me pregunto ¿si me dolía?
SI, claro que me duele.
Bueno pues mañana más, la de mañana será una zurra, que si no recuerdo mal son unos doscientos azotes ¿verdad?
Ya relajados me pregunto
¿Si me había gustado y si lo había hecho bien?
Yo estaba loco de contento y la besé y le dije eres un amor, se te ha olvidado decirme porque de la azotaina,
Es verdad pues te lo digo ahora, por las gulas con huevos, que ibas a tirar el otro día a la basura, o sea al tanto.
El sábado nos fuimos a su apartamento y pasamos allí el fin de semana, por la tarde una vez duchados, apareció en bikini y con las zapatillas negras achineladas, yo estaba viendo un resumen de Moto GP y dijo.
Apaga la tele, que yo te voy a encender tu hermoso culo, ¿te gustan mis zapatillas?
Me encantan conteste.
Pues ya sabes lo que debes hacer, desnudarte y obedecer, me dio una para mí y ella se puso en su regazo la otra, con la cabeza me indico me pusiera encima sus piernas.
Me puso bien y empezó a azotarme con una fuerza que ayer no había probado y muy rápido, no había caído uno, que ya caía el otro, el motivo de esta zurra es por lo de este mediodía en el restaurante, tienes la poca vergüenza, que delante de mí, te has atrevido a mirar y casi comerte a esas dos crías, que bien podrían ser nuestras respectivas hijas, PONME BIEN EL CULO.
Siguió azotándome con la mano, joder que fuerte azota esa mujer con la mano, ayer he de confesar que todo y que la chancla duele de cojones, me dolieron más los que me dio con la mano. Además, te da cien azotes y ella tan fresca. Me dolía el culo a rabiar, lloraba como un crio, para no quejarme mordía la zapatilla que me había dado, estuvo un buen rato, descansando y acariciándome el culo.
Bueno tu culo está rojo como un tomate y eso es solo la mitad de la zurra.
Noté que cogía de su regazo la zapatilla, los primeros azotes fueron un intento, un aprender, pero coño que rápido aprende esa mujer, aquellos nada tenían que ver con los de la mano, eran dolorosos como hacía tiempo nadie me daba, lloraba como un niño en un par de ocasiones le escondí el culo, pero enseguida se lo volví a poner bien, pensaba salirme de su regazo, no podía más, desconocía los que llevábamos y el culo me ardía de dolor, al final dijo
Venga los cinco últimos y menudos azotazos me dio, PLASSSS, rato PLASSSS, rato PLASSSS, rato PLASSSS y por último PLASSSSSSSSS.
Dejo caer la zapatilla y yo me senté en el suelo para refrescarme un poco el culo, ella reía y me dijo:
Te voy a decir una cosa, esto de zurrarte me está gustando mucho, nunca lo pensé, creo que nos lo vamos a pasar muy bien tú y yo. Bueno ahora te toca cumplir a ti, haber como lo haces, no me obligues a tener que volver a coger la zapatilla.
Me puse a su lado y me la empecé a comer a besos, nunca había estado tanto tiempo besando a una mujer, conectamos desde el primer beso, no corría el tiempo, no teníamos fin, seguíamos y más y más, yo le puse la mano entre su bikini e y empecé a acariciarle el chochito ella se bajó el pantaloncito y se quitó la parte de arriba, me amorre a sus pezones, me los comía, ella con su mano aguantaba la teta, para que se la comiera bien, yo por debajo no paraba de acariciarla, note al principio de tocarla que estaba húmeda y me sorprendió, finalmente, la estire en el sofá y me amorre a su coño, empecé a chuparla, besarle el puntito se retorcía.
Dame más cariño me comento, que bien me lo estás haciendo, más, más, y mucho más y entre esos más y más se corrió locamente, yo me lo comí todo y como ya la conocía, no me moví y empecé a lamerle el inglés, hasta que ella me volvió s dirigir hacia su coño, las conté y lo repitió cinco veces, se quedó exhausta, le pedí se girara y meenseñara su culito.
Me dijo qué no, que eso no se tocaba, se negó en rotundo.
Me hizo estirar a mí en el sofá y me empalo y me cabalgo, con todas sus fuerzas, había recuperado las ganas, se estremecía y cada vez más fuerte y más rápido y dio un grito de satisfacción,
Ahora tu cielo me dijo, córrete dentro de mí y al rato ya me había corrido.
Ya relajados, hablábamos de cómo me había sentido recibiendo la zurra, que nos entendíamos a la perfección, que vamos éramos muy felices, ambos de estar juntos e ir conociéndonos.
Dijo ya llevas dos, mañana viene la definitiva, una buena paliza, trescientos me dijiste verdad sonreía.
Y yo también entre sonrisas asentí, ya veremos si cuando acabo te quedan ganas de sonreír y nos volvimos a enganchar a besarnos con locura.
Domingo por la mañana volvimos a la playa, comimos en un restaurante que un amigo me aconsejo, Julia no lo conocía, y nos gustó, muy agradable y muy buena relación precio/calidad. Estuvimos un rato más en la playa leyendo y ella con el móvil.
He pensado me dijo, que subimos al apartamento, nos duchamos recogemos y nos vamos a mi piso, prefiero hacerlo allí que aquí ahora. Además, no me apetece en este momento zurrarte.
Yo asentí, casi mejor y no tener que conducir con o sin caravana después de una buena paliza.
Así hicimos y nos pusimos en camino, había bastante caravana, ella comento
Espero estar a la altura de los acontecimientos y darte una buena paliza, desde que me comentaste tu fantasía y me enseñaste el tema del spanking no he parado de entrar en páginas, de leer e informarme, he visionado varios videos, las diez mejores posturas para azotarte y muchas cosas más,
No te preocupes lo harás fenomenal, mejor dicho, ya lo has hecho hasta ahora super bien, nadie que te viera se creería que antes de ayer, me diste una azotaina por primera vez, y menos si te hubieran visto ayer.
Por cierto, dijo una cosa, tú que tienes tantas imágenes que te ponen a cien, verme con las zapatillas achineladas en casa, cuando me levanto la pierna derecha para coger la zapatilla, etc., pues yo tengo una que me pone a super mil y es cuando te tengo en mi regazo y te bajo los calzoncillos y ver tu lindo culo, ¿nunca te han dicho que tienes un culo de cien?
Pensé y dije sí, me lo dijo una buena amiga hará unos veinticinco años, me soltó “sabes que tienes el culo más bonito de todo Llafranch” que era donde veraneaba antes.
Pues sí que lo tienes, mira hoy he estado a punto de saltar en la playa, dos mujeres una no te quitaba la mirada de encima y ha llamado a la otra y le he leído perfectamente en los labios, como le decía, mira que cacho culo tiene ese tío.
Llegamos a casa y yo mientras ella ordenaba lo de su maleta, me di otra ducha, pues tardamos en llegar más de hora y media y estaba muy sudado, me estaba duchando que oí me decía
Cuando salgas no hace falta que te vistas, ponte solo el calzoncillo.
Al salir me la encontré sentada en el sofá, son unas braguitas y una camiseta y las zapatillas negras en sus pies, estaba sonriéndome.
¿Estas preparado, me dijiste trescientos azotes, pero son trescientos mínimos o puedo darte más?
Son aproximados, no los vamos a contar, pero una paliza normalmente es de trescientos mínimos, pero no cabe duda que según el motivo por el que me castigues, me puedes dar muchos más.
¿Cómo que no los vamos a contar y tanto que los vas a contar, he pensado dividir la paliza en seis actos como un relato que leí, y en cada acto te daré cincuenta azotes y tus los contaras y cuando llegué a cincuenta me lo dirás, y así a cien y a ciento cincuenta y sucesivamente hasta los trescientos, conforme?
Asentí
Se levanto, subió la pierna derecha, delante mío y cogió la zapatilla, se volvió a sentar y con ella en la mano, me indico me pusiera en su regazo.
Me tuvo un buen rato, sin tocarme y sin parar, volvió a dejar la zapatilla en el suelo y se la calzo, ella sentada en medio del sofá, por lo que mis piernas se apoyaban en su lado derecho y mi cabeza en su lado izquierdo. Vi que a la altura de mi cabeza estaban las dos chanclas, cogí una y empecé a olerla, besarla y lamerla.
¿Preparado?, pues empieza a contar y me avisas a los cincuenta, me empezó a azotar con la mano encima del calzoncillo, tenía ganas, se la notaba, azotaba muy fuerte y mi culo dolorido ya de los dos días anteriores, enseguida empezaron a notar el aumento de dolor que aun tenia, me dio dieciocho y paro, me bajo los calzoncillos y me dijo, parece mentira con las zurras que te habrán dado y tienes el culo como un bebe, blanco, con lo moreno que estas resalta la blancura del mismo, mientras me decía esto me lo iba acariciando, seguimos dijo y siguió con la misma fuerza, pero el dolor era mayor al no tener la protección del calzoncillo, mordía la chancla, para no quejarme pero me dolía un montón, la polla se me quedo muy pequeñita, me daba dos tres por nalga y le dije cuarenta y ocho y ella me dio los dos últimos fortísimos.
Me estuvo acariciando el culo un buen rato.
Diciéndome lo empiezas a tener de color rosado, VAMOS BIEN.
Dame una chancla
Me empezó a azotar con la misma fuerza que con la mano, pero esta dolía por todo lo que llevaba encima, también dos tres azotes por nalga, aumento el ritmo a la sesión anterior al rato le dije
Vamos por el cuarenta y ocho y me volvió a dar dos azotazos tremendos.
Me estuvo acariciando y me dijo hoy no hay motivo, no me has hecho nada para castigarte, es una prueba necesaria, para ver si los dos quedamos satisfechos.
Me devolvió la chancla y se dio un golpecito con el pie derecho
Me pidió le diera la zapatilla, me pregunto si quería la otra a lo que respondí que sí, e hizo mismo gesto y la cogí.
Marco ahora viene la paliza de verdad, ¿sigo?
Con la cabeza acepté y mordí la zapatilla esperando el primer azote que fue terrible, nunca me habían azotado con aquella fuerza o al menos era mi impresión y era la suma de los dos días, fuertes y rápidos. PLAS, PLAS, PLAS, PLAS, PLAS, hubo un momento en que creí que me tenía que rendir, el dolor era muy grande,
Cuarenta y ocho dijes y me dio los dos últimos igual que los otros.
Se puso la zapatilla en su regazo y me acaricio un buen rato.
Este culito tan precioso que tienes, empieza a estar bastante colorado.
Dejo las caricias, me situó bien, pues me había movido, me dijo levántame bien el culo, y empezó nuevamente a azotarme, fuerte y rápido, el dolor intenso volvió a los pocos azotes y mordía la zapatilla, para no gritar, lloraba como un bebe, unos lagrimones grandes, le vi sus pies y me ensimisme, las uñas pintadas de rojo, eran preciosos deseaba chuparlos ymetérmelos todos en la boca y así me evadí un poco del dolor, creo que me desconté y al rato volví a decir cuarenta y ocho, me dio los dos restantes.
¿Sal un momento tengo mucha sed quieres algo?
Le pedí agua.
Nos refrescamos, bebimos y ella descanso, no lo dijo, pero el esfuerzo que hacía era grande.
Me volví a poner en su regazo.
Me pidió la otra zapatilla y las cambiamos y entonces dijo quería probar, pues según un estudio que leyó, los diestros utilizan la zapatilla derecha y les va mejor y los zurdos al revés, ahora quiero coger la zapatilla izquierda, para ver si noto diferencia y tú también me lo dices, si la notas.
Me puso bien. El culo alto cielo, que ya estamos casi acabando.
Empezó la quinta serie a los pocos azotes rabiaba, lloraba, mordía zapatilla yo no tenía consuelo, ni viendo sus preciosos pies, íbamos por los treinta y pico, que estuve en un plis de decir SICILIA, pero algo me paso, me entro una especie de escalofrió, una corriente interna que me alejo del momento, del lugar, oía los azotes, pero casi no los notaba, estaba como en un limbo, como si no fuera conmigo, por supuesto que me debí descontar y en un momento dije cuarenta y ocho y recibí los dos más, ella dejo caer la zapatilla al suelo, se la notaba agotada.
¿Cómo estas cielo, quieres que paremos?, llevo tres días seguidos zurrándote y quizás es mucho castigo.
Yo dude y dije que prefería que acabara con la paliza.
Me acariciaba e incluso me besaba el culo, estuvo mucho rato, ella también necesitaba ese descanso.
Esta ardiendo de caliente y empieza a amoratarse un poco. De verdad cielo lo dejo aquí, me da miedo seguir.
Me salí de su regazo y puse mi culo hirviendo sobre las baldosas frescas del suelo, ella me miraba y no daba crédito a lo que había pasado, yo la miraba y a pesar del dolor, la admiré y le dije eres un SOL EN MAYUSCULAS, se sentó y mi lado y me puso de forma que me podía acariciar el culo, no sé el tiempo que estuvimos así,
¿te apetece nos duchemos juntos y te mimo y te enjabono?
y me cogió de la mano y nos duchamos me enjabono con mucho cuidado, el agua templada me escocia al pasarme por el culo, por lo que la puso fría, me aliviaba un poco.
Me seco y me llevo a la cama,
Estírate boca abajo y me empezó a poner una crema en las nalgas, mucho, muchísimo rato, hasta el extremo que me adormile. Me desperté y la llame, regreso y me pregunto,
¿Cómo estas cielo?,
¿llevo mucho rato dormido?,
No que va, media hora,
Le pedí se sentará a mi lado y que me besará mucho, nos enzarzamos como nos solía pasar, nunca había fin, cuando uno pensaba en parar, el otra arrancaba de nuevo, estuvimos muchísimo tiempo enganchados el uno al otro.
Yo ya recuperado, le puse la mano por debajo del pantaloncito del bikini, ella levanto un poco el culito y le quité la braga, seguimos besándonos y yo empecé a hacerle caricias con los dedos en su chochito. Me salí de su boca y me dirigí a sus pechos, ella se cogía con las manos sus tetas y me las ponía bien para que me las comiera y le mordiera un poco los pezones, mientras seguía con su cochito, le puse un dedo dentro
Me pidió más cielo, más, más,
Use un segundo dedo y entonces me cogió de los pelos y me bajo la cabeza a la altura de su coño.
Cómeme bien cielo mío, hazme correr como nunca,
Ella aguantaba mucho, se retorcía y se excitaba, parecía que le venía, pero no y así estuvo mucho rato, hasta que al final apretándome mi cabeza en su coño se corrió como nunca, abrí la boca y me lo tragué todo, me salí y empecé a lamerle las ingles y a disfrutar de su fina piel y su olor corporal, al rato me volvió a poner y repitió cinco veces más.
Me hizo poner encima suyo y me puso mi gorda polla dentro de ella,
Me pidió que de momento poco a poco, yo iré aumentado el ritmo.
Estaba preciosa, cerraba los ojos con lo bonitos y grandes que los tierne, fue aumentando el ritmo, me dio un par de azotes con la mano y ante el grito de dolor mío.
Perdona cielo mío, pero aprieta, cabálgame al galope.
Y del gesto y retorcida que hizo, cuando se corrió estuvo a punto de que me saliera la polla, entonces yo me solté y empecé a follármela rápido hasta que caí exhausto encima de ella, estuvimos un ratito así
Me dijo hoy me has comido como nunca, cada día te superas.
Y tú eres un amor zurrándome.
ALEX