Estaba yo de Erasmus en Bolonia, corría el curso 2018-19, y la verdad es que estaba pasándolo genial. Eran unas vacaciones pagadas: viajes, fiesta, amigos... No podía pedir más. Había tenido solo una experiencia con un chico anteriormente, y no se me pasaba por la cabeza tener alguna más. Me gustó en su momento, pero fue algo puntual, no fue algo que buscara ni que me llamara de normal. Hasta que ocurrió algo que definitivamente me hizo cambiar la mentalidad.
Me describiré: Yo tenía 21 años, moreno, fibradete, buen culo, buena personalidad y con ganas de pasarlo bien allí durante ese año. Como estar allí era un cachondeo y te regalaban la nota, y no era necesario ni ir a clase, tenías mucho tiempo libre, entonces también le di al gimnasio. En resumen, tenía buen cuerpo y me sentía bien conmigo mismo. La fiesta allí consistía en hacer botellón en el Museo Nacional y luego un bus te llevaba a una discoteca y luego te devolvía al punto de partida. Una noche, borrachillo, volviendo después de estar de fiesta, me senté al lado de un chaval que era amigo de unas amigas mías de allí, que había venido a visitarlas ese finde y con el que había interactuado algo en la discoreca. No sé como surgió pero cuando estuvimos juntos, me empezó a hablar y a preguntar por mi orientación y si alguna vez había tenido algo con un chico. Me puse un poco nervioso, miré para los lados para ver que nadie que me conociera viera lo que quería hablar, y una vez me sentí seguro, le dije que si, que alguna vez, y que no me cerraba a alguna experiencia más. Eso fue como abrir la veda para él, y enseguida los dos comprendimos lo que queríamos esa noche. En cuanto salimos del bus, buscamos la forma de perdernos ambos y tiramos para mi casa. En cuanto nos vimos solos y seguros, ya que él enseguida supo que yo quería mucha discreción, empezamos a liarnos apasionadamente y a magrearnos. Intentamos negociar lo que iba a pasar luego. Él, pensando quizá que yo era el típico hetero curioso y borracho que no sabía bien lo que hacía, me quiso dejar bien claro que era activo. Yo enseguida le respondí que no se preocupara por eso, que ya me había comido algún rabo, y empezamos a liarnos de nuevo, poniéndose más contento mi amigo sabiendo ya de que iba todo y de que palo iba yo.
Llegamos por fin a mi casa y le senté en la cama. Me fui a la ducha para prepararme bien. A pesar de estar borracho, era consciente de todo, y sabía lo que iba a pasar y tenía muchas ganas. En cuanto volví a mi habitación, donde me esperaba, otra vez empezamos a liarnos y él pronto se encargó de quitarme la poca timidez que me quedaba a base de besos en el cuello y en la oreja y cogiéndome bien del culo, anticipándome lo que me esperaba. Yo ya tomé la iniciativa y le quité la camiseta y le tumbé en la cama mientras le comía el cuello, los pezones y lentamente bajaba hasta su polla. Le quité los pantalones y los calzoncillos y empecé a comerle el rabo lentamente mientras me acariciaba el pelo. No tardé en levantarle para yo quedarme arrodillado ante su rabo de unos 19 cm, comiéndoselo con ganas de hacerle disfrutar, aunque a mi me estaba encantando. Realmente, aunque él era el activo, yo tenía la iniciativa. Me metí su polla en la boca después de juguetear con mi lengua en su prepucio y en la base e intenté que me entrara lo máximo posible, aunque me costaba. Le comía todo y de vez en cuando me la sacaba para restregarmela por la cara o comerle los huevos. No tardó en decirme que parara o me corría, y ya fue cuando si que cogió la iniciativa y me cogió de las piernas y se puso encima mía. Jugueteó con su glande en mi culo, pero me dolía un poco y él lo notó. Me comió un poco el culo y con los dedos y su saliva me lo dilató. Y ya fue cuando por fin, encima mío, me la metió lentamente...
-Despacio, porfa- Le dije
-Tranquilo, no te quiero hacer daño-
Fue poquito a poco aunque igualmente me dolió bastante. Cuando me la clavó del todo, casi le dejo la espalda en carne viva porque tenía mis uñas clavadas en su espalda.
-¡Ayy!- Me quejé
-Tranquilo, ahora viene lo mejor
Esperó un poco y enseguida el dolor fue remitiendo. Le di instrucciones para que empezara a follarme y no tardó en empezar a clavarmela. Me follaba lentamente aunque no esperó en aumentar el ritmo y yo tampoco esperé en empezar a disfrutar pero bien. Le cogía de la nuca para besarle y él me correspondía, empezaba a follarme cada vez más fuerte y luego me cogió del cuello y yo empecé a gemir y a gozar bastante.
-Uff me encanta, sigue porfa-
-¿Te gusta verdad?-
-Si tío, dame más, soy todo tuyo-
Después de estar un ratillo follandome así, se levanta y me pone boca arriba para que me ponga a cuatro. Me puse lo mejor que pude aún medio anestesiado y de una me la metió salvajemente. Me cogió del culo, empezó a metermela sin piedad mientras me daba azotes y me cogía del pelo y yo pff no podía parar de gritar, y eso que vivía con dos compañeras de piso, pero esque me daba absolutamente igual. Encima llegó un punto en el que se escuchaba muchísimo como sus huevos rebotaban en mis nalgas, y eso me daba más morbo.
-Uff no creo que tarda en correrme...-
-Buf sigue porfa... Donde te gustaría correrte-
Siguió dandome sin responderme y yo estaba en el septimo cielo, estaba solo a dos patas y mordiendo la almohada para no gritar tanto aunque igualmente estabamos armando un buen escándalo, sobre todo porque no paraba de azotarme y eso me encantaba.
-Buaa me voy a correr ya eh... ¿Me puedo correr en tu cara?-
Yo la verdad esque ni lo pensé y en cuanto me avisó que se corría, me incorporé, me puse de rodillas y él se la meneó un poco y enseguida me cayeron dos, tres y hasta cuatro trayazos de lefa bien calentitos en mi cara y en el pelo. No me atreví a probarlo pero me dejó la cara empapada y yo mientras me pajeaba y me corrí rápido, gozándolo una barbaridad.
Tras eso, nos relajamos un poco y dormimos abrazaditos. Me encargué de despertarle, como buena zorra, con una mamada de la ostia, y luego me folló de cucharita y se corrió dentro mía.
Hicimos algunas cositas más, pero eso ya lo dejo para mas historias.
Espero que os haya gustado, y cualquier cosa, no dudéis en escribirme:
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