-Bueno, pues aquí esta todo Harry

El señor Weasley acababa de bajar todo su equipaje del coche que el ministerio le había prestado, rápidamente Harry cogió su baúl y sacó a Hedwig de la jaula en la que los Dursley le habían obligado a encerrar.

Apenas habían pasado dos meses desde que había acabado el curso en Hogwarts, y de la búsqueda activa de Sirius. Después de los hechos y la culpa que acechaban a Harry, los Weasley ,con el beneplácito de Dumbledore, habían propuesto a Harry quedarse con ellos hasta la copa de Quidditch, cuando Hermione se les uniría.

Si, para Harry no había un plan mejor, solos él y los Weasley jugando al Quidditch y comiendo ranas de chocolate. Harry también tenía ganas de Hablar con Ron, el 3 curso de Hogwarts terminado, había empezado a notar cambios mas visibles en él, que ya indicaban que había entrado por completo en la adolescencia, no solo fisicamente sino que psicológicamente se notaba diferente.

Antes, solo había tenido tonteos infantiles con su sexualidad, pero desde hacía un par de meses su mente parecía no pensar en otra cosa.

Por ejemplo, había descubierto la masturbación, y religiosamente ahora tenía que masturbarse todos los días, y lo peor, es que casi nunca lo hacia una vez, todo lo que veía le ponía cachondo, los chicos que paseaban sin camiseta después de hacer deporte(si, los chicos), los cantantes que aparecían en la televisión, dios, todavía recordaba el día en el que su primo Dudley había traído a una chica a casa pensando que no había nadie, y Harry había tenido que hacerlo tras escuchar de manera ininterrumpida los gemidos sin control en la casa, y bueno...quizas observar por la puerta como su primo introducia su miembro a su acompañante. Si, el muchacho ya se estaba haciendo mayor, y falta de una figura paterna a la que consultar todas estas dudas, sabía que su amigo Ron estaría pasando por lo mismo.

-Harry querido, ¡Qué alegría!-Molly Weasley salió a recibirle-Ven, seguro que tienes hambre, ahora mismo te preparo algo, estás muy delgado.

Según entro a la cocina, Harry encontró 6 cabezas pelirrojas, inmediatamente reconoció a Ron, Ginny y los gemelos, Fred y otros dos, visiblemente mas grandes, debían ser sus hermanos mayores Bill y Charlie.

-¡Harry hermano! Que alegría verte-Ron le dio unas palmadas mientras los Ginny le daba un abrazo y los Gemelos hacían bromas sobre él. Por otro lado, Bill y Charlie simplemente le dieron la mano de manera muy cortés.

Después de las correspondientes presentaciones y de una cuantiosa cena, los muchachos se dirigieron a sus habitaciones, Harry, en este caso, dormiría solo por primera vez, ya que Percy se había marchado al centro de Londres a trabajar en el pelinegro por esa noche dejó pasar la oportunidad de ponerse al día con Ron, la verdad es que el viaje lo había dejado muy cansado.

En la tranquilidad de su habitación se desvistió y se puso tranquilamente el pijama, pensó que antes de meterse en la cama lo mejor sería ir lavarse los dientes y con ese propósito cogió el cepillo y fue hasta el lavabo de la segunda planta de la casa.

Una vez llego a la puerta cogió el pomo y la abrió un poco, pero repentinamente se detuvo, ya que escucho el sonido del agua de la ducha correr con toda la fuerza por lo que apartó la vista, pensando que, ahora que eran tantos en la casa Weasley, sería mas dificil encontrar un hueco donde el baño no estuviese usándose.

No obstante, pronto Harry empezó a escuchar una serie de sonidos extraños procedentes del baño, por lo que no le quedó otra que observar por la embargo, lo que vio le dejó sorprendido.

Dentro de la ducha estaba Bill Weasley duchándose, Harry observó embelesado la escultural y torneada figura del hermano mayor de la familia, que desde luego tenía un gran cuerpo, pero lo mas impactante de esto era que el pelirrojo estaba masturbandose en voz alta mientras gemía.

-Hmm, sii…-Bill se retorcía de placer mientras con una mano se sujetaba a la pared-eres mio, solamente mio-decía mientras lentamente subía y bajaba su glande.

Harry, evidentemente, se había puesto duro como una roca e instintivamente se llevo la mano a su entrepierna.

-Ahora, harás lo que yo diga- gemía Bill-vamos,metete los dedos en la boquita

Harry, obnubilado, y siguiendo su fantasía como si Bill le estuviese dando las ordenes a él-empezó a chupar los dedos de su mano.

-Ahora, lentamente, te vas a ir metiendo cada dedito por tu culo-Bill cada vez respiraba mas pesado, mientras que a la vez que seguía tocando su miembro, acercaba la manguera de la ducha a su entrada, que generaba presión en su parte de atrás, haciendo que empezara a gemir más y mas rápido.

Esto, encendió mas Harry que por pura desesperación saco los dedos de su boca, y el también empezó a explorar su rosada entrada, cosa que jamás había pasado por su mente, y siguiendo el ritmo de Bill empezó también a masturbarse.

Durante unos momentos, solo cabía la respiración de uno dentro del baño, que no sabía que estaba siendo espiado, y del otro que estaba descubriendo sensaciones muy nuevas en pleno pasillo de la madriguera.

Sin embargo, pronto se escucharon unos pasos de algún otro integrante de la familia que sacaron a Harry de su fantasía, le obligaron a cerrar la puerta del baño y volver precipitadamente a su habitación. Cuando este llegó al sitio, rojo y sudado, volvió a darse cuenta de que su erección seguía mas que presente, por lo que sin demora echó el pestillo a la habitación, se quito toda su ropa, y se puso a cuatro patas sobre la cama, dejando su redondo culo marcado por el Quiditch al aire. Casi con una prisa apremiante y mortal, Harry volvió a chupar sus dedos y mientras rápidamente deslizaba su mano por su polla, metió todos sus dedos de un golpe en su entrada.

-Por Merlin!-Gimió sin querer el chico de oro, sintiendo ese extraño y a la vez doloroso placer en su destrozaba su pequeño y virgen culo, haciendo que sus dedos juveniles, de un dulce chico entraran sin compasión dentro de él. Pero el placer que sentia en su bajo vientre era cada vez mayor, por lo que ahora tenia casi todo su puño dentro de él, mientras que por otro lado notaba su entrepierna mas cargada, hasta que, en un frenético vaivén, soltó un gemido y derramó todo su semen, encima de la almohada, pero que también salpicó su abdomen, sus rosados y erectos pezones, e incluso llegó a mojar sus mejillas , y sin molestarse en limpiar, se derrumbo en el colchón, desnudo y exhausto tras experimentar tremendo ó durmiendo desnudo, cubierto en sus propios fluidos, a cuatro patas, desnudo y con todo él expuesto, y con su ano recién estrenado, disfrutando de esa sexualidad que cada vez envolvía más su adolescente cuerpo.