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Fecha: 21-Nov-23 « Anterior | Siguiente » en Dominación

Mi polla es mi bandera

Nexusman
Accesos: 3.913
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Tiempo estimado de lectura: [ 18 min. ]
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Trabajo y estudio para costearme la universidad. También aprovecho para...pero pasad y leed. Mejor. Version para imprimir

Parecía que tuviera 18 años, estaba muy locuaz, los chupitos que les había servido siempre ayudan a romper el hielo. De todo el grupo de cuarentonas era la más follable. Se contorneaba igual que esas petardas de la televisión y quería destacar entre todas. Al caminar balanceaba sus caderas. Vestía ajustada marcando tetazas y culo, se le marcaba el tanga. Sus rasgos eran agitanados algo gastada de cara. Tenía unos ojazos almendrados. Llevaba melena morena, casi negra, supongo que era tinte. Tenía que oír las sandeces que decían. Por lo visto se lllamaba Samara. Su marido era empresario y tenía dos hijos. 45 años bien llevados dijo una de las otras marujas.

Trabajo. en un puto bar los findes y estoy terminando la carrera con 25 años. Siempre he combinado estudios y trabajo -siempre de camarero-ya que mi viejo trabaja solo temporadas en la obra y siendo su deporte favorito la ginebra está difícil que me ayude de forma económica. Mi madre cuida a mi abuela. Somos cuatro hermanos, yo soy el menor. Dos de ellos son fontaneros, mi hermana peluquera. Así que soy el primer universitario en la familia. De hecho no he visto nunca un puto libro en mi casa a no ser los periódicos deportivos y las revistas de petardas llamadas del corazón. Mis hermanos están ya casados y mi hermana es madre soltera con 26 años. Por cierto me llamo Juan Maria, o sea Juanma.

Me puso las tetas en la barra y pidió otro chupito.

- ¿ Cómo te llamas guapito? - dijo con voz algo pastosa por el alcohol.

- Juanma.

- Pareces muy joven. ¿Qué edad tienes?

- 25 ya.

- ¡Uyyyyy! ¿Que viejo, no? ¿Tendrás muchas chicas, pero te veo más con novia?

- No me quejo - dije pensando en mí novia que estudiaba en una universidad que nos separaban 400kms ya que en la que yo cursaba Teleco no había el grado de Medicina.

Hizo el gesto de coger el bolso y pude ver el escotazo que llevaba. Había moscones cincuentones que rondaban en busca de carnaza. Ya habían entablado conversación con el grupo de mujeres. Fui a la trasera a buscar más botellas.

- Pide polla a gritos la potranca esa que tienes en la barra. Hace unos meses estuvo otra vez por aquí con esta misma ganadería de cuarentonas y El Paco se la pasó por la piedra- me dijo Dani-. Ligas bastante cuando vienes, cuando seas ingeniero no creo que veas tanta hembra -dijo riéndose.

Llevaba pocos meses en ese bareto, el barman me tenía tírria, no concebia que atrayera a las mujeres y me mandaba comandas y trabajos todo el puto tiempo que estaba en su turno. Era el clásico cuarentón que se cree que desempeña el trabajo más importante de este mundo.

Tenía razón mi compañero, esa hembra quería polla y no se conformaba con los maduros que ese día había en el local. Aunque he visto a muchas y buenas que a falta de calidad han follado con lo que había. Tampoco se lo reprocho -basta ver mi vida familiar con mi viejo - están asqueadas de su vida familiar y conyugal y cuando pueden se evaden. Sin ir más lejos una semana antes yo había petado en los baños una cuarentona. Maciza también y de coño peludo. Su marido estaba medio borracho en la barra y sus hijos adolescentes fumando a escondidas mientras yo le metía cipote a full por detrás y ella apoyada en el wáter. No había mucho tiempo, se me había insinuado de forma descarada, era una cena de boda. Le levanté la falda y le ladeé el tanga. Mi cipote de 19 cms y buen grosor entró con facilidad. Bastó ajustar la altura de su coño. Abrí un poco sus nalgas y vi un buen grosor de una raja peluda. Flexioné un poco y metí estocada a polla entera de abajo hacia arriba. Al verse ella empotrada soltó un rugido de gozo y bajo un poco más su posición inicial y a partir de ahí yo ya inicié un bombeo intenso y a full. Podía ver como mi polla entraba y salía empapada, de hecho me gusta esa posición ya que tienes visión de tus mete sacas. Mis cojones rebotaban y estaban empapados de sus flujos vaginales. Era un coño grande muy usado podías ametrallarlo a pollazos. Abría uns y otra vez sus nalgas, el orificio anal , esos pelos. Se corrió en un santiamén con un rugido gutural.

- ¡Acaba afuera!

La muy puta se creía que lo haría en el suelo o en el wáter ya que se incorporaba. Eso es ser egoísta, ella se había corrido y punto. Pero no, empujé su espalda volviendo a la posición anterior y escupí la lechada sobre sus nalgas y parte de vestido negro. Rematé la faena limpiandome la polla con su falda. Después ella vomitó y meó. Yo me fui echando hostias, era el lavabo de mujeres.

Al irse junto con su marido borracho, y ella - como le dijo su hija; llevaba la parte baja del vestido toda manchada de blanco- sin pagar las consumiciones que no entraban en el presupuesto de la boda le enseñé la cuenta. Igual se creía que le saldría gratis, pero hice que abonara las consumiciones ante la mirada de sus hijos y la suya, con sus pupilas dilatadas por el alcohol y la mirada asesina. Como si haberla petado le diera barra libre. Si. Reconozco mi chulería. Soy chulo porque puedo y porque quiero y punto.

Estoy a punto de empezar el máster en telecomunicaciones, ya tengo ofertas de empleo, pero son sueldos precarios o salir del país. Encima he tenido que ayudar a mis padres a pagar la hipoteca del piso limitándome a no poder salir fuera para lo que he estudiado. Ya que mis dos hermanos están de alquiler y mi hermana con el niño no puede aportar nada. Incluso yo tengo que cuidar de él cuando ella curra.

- No hace mucho qué trabajas aquí ¿no? -preguntó la madura.

- No, unos tres meses. Tú o usted no sé su...

- Me llamó Samara, guapetón -me dijo con una mueca de niñata.

- Entiendo que ya había estado aquí -recordando que mi compañero me había dicho que Paco se la había trajinado.

- Sí. Hace cuatro meses ya, ¡cómo pasa el tiempo! y no te había visto. Solemos venir aquí cuando salimos, nos alojamos en el Universal. Aquí al lado. Estaban todos los otros, solo... - se hizo la desentendida con Paco.

- Si, falta el calvorota -dije con retranca- el segundo de bar.

- ¡Ahhhh sí! el Fran, ese rapado, pues es majo. ¿Es que ya no trabaja aquí?

- Sí. Está de permiso de paternidad.

- Da la impresión que no te cae bien.

- Es de esos tíos que se creen que son... prefiero no hablar...

- ¿A qué te refieres?

- Aparte de ser un buen tío es un poco cabrón con los colegas.Y siempre alardea... - contesté dejándola en la incertidumbre.

- ¿De qué?

- De las mujeres que ha estado, es muy machista. Se regodea en ello - dije con toda la mala intención y sin tener ni puta idea, a no ser que era otro que se creía arquitecto en vez de camarero.

- Para ser ta joven y apuesto te veo muy cabreado.

- Perdóneme. Tome otro chupito. Intivo yo.

Ante la devoción, dedicación y afición desmesurada de mi viejo a las bebidas de 37 a 50 grados de alcohol por litro a los 18 años tuve que buscarme un curro alternativo para poder estudiar. Mi hermana Susana me consiguió esos bolos a mis 18 años. Soy el más cercano en edad a ella y por lo tanto hay mayor complicidad ya que con los otros me llevo 6 y 8 años. Ella trabajaba a partes iguales de bailarina y camarera de barra en un local de copas. De físico exhuberante y movimientos sensuales era pura atracción hacia los clientela: teñida de rubio, alta , pechos firmes y potentes , ojos azul metálico. Era pura dinamita. Había dejado los estudios a los 16 haciendo un módulo de peluquería. Había heredado esa cultura del alcohol de mi padre. A los 18 años entró de bailarina y camarera valga la redundancia dicha antes. Cuando yo empecé en el mismo local que ella como camarero a los 18 años y ella ya llevaba dos años en ese garito de local de copas, pronto me di cuenta que los fines de semana, que era cuando yo echaba horas,incluso el viernes siempre terminaba peda y follada. Las dos cosas. Íbamos a casa juntos al terminar. Su aliento siempre apestaba a polla. Incluso me la llevé dormida muchas veces con la cara y el pelo con lefadas. Fue duro incluso ver muchas veces como se la tiraban, ver como mamaba. Incluso una petadaza que le dio un negrata a rabazo profundo ladeado para deleite de los mirones y aumentar su caché como semental. Cada sablazo era enérgico y profundo con bombardeo final . Incluso mi hermana pedorreo en vaginal. Nada más lefar la dejó en el césped y ante todos los mirones tiró el condón lefado al suelo delante de ellos, con un poderío impresionante. Un año más tarde la engatusó la productora porno Macario y Ramona haciendo tres escenas amateur. Después paso por otra productora, Furcialoca haciendo tres escenas más. No tardó mucho en preñar. Lo hizo a los 21. Mi padre la echó de casa, mis hermanos, sobre todo el mayor , putero y farlopero dijo que la borraba de su historial familiar. Por compasión y en un momento eufórico de ginebra mi padre volvió a admitirla en casa.

Salí a fumar un pitillo al aparcamiento trasero. Ya eran las dos casi hora de cerrar. Dentro solo quedaba el grupo de maduras. Vino Dani.

- ¡Vaya noche! dame buen pitillo.

- Menos mal que ya terminamos -dije.

- Pues si. Ya empiezan a irse las marujas. Al final no te la calzas, veo. Las otras dos ya van al cadalso con los pájaros esos. Solo queda la que iba de rollo contigo y está indecisa con Ramón Contreras. Bueno queda también la gordaca.

- Entonces las selecciones ya se han hecho. Ya van a entrar en batalla.

- Si. Se suelen alojarse en el Universal. Cada una con habitaciones diferentes.

- ¿De dónde son?

- Vecinas de San Cristóbal de los cornejos. Ya sabes a unos 60 kms, por autopista la M10. Vienen cada temporada.

- ¿Rabo?

- Si y a divertirse.

- Bueno, voy adentro Juanma. Ya conoces al jefe, menos mal que el hijoputa se ha ido. Tú tranquilo, ya has terminado el turno.

Oí pasos sobre la gravilla. Era la Samara esa. Parecía algo descolocada. A cierta distancia salió Ramon Cornejo. Un asiduo maduro que solía venir siempre a por maduras. Parecía que ella se había desentendido de él se hacía la desentendida. Vi que al salir había intentado un ataque sin éxito. Pero era constante. Sabía que la pieza lo valía. Sonó el Watshap de mi móvil. Era Dani.

- LA TIA ME HA PREGUNTADO DONDE ESTABAS LE E DICHO KE YA TE ABRIAS KE HAVIAS TERMINADO EL KURRO PERO ESTABAS FUMANDO FUERA HAS LO KE DEBAS KRAK

- Mirando mensajitos, de un piti, guapo -con voz algo pegasosa.

- Te conviene que te acompañe al hotel. Has bebido mucho -oi tras mía la voz de Ramón.

Le di el cigarrillo y ella. Me llegó su aliento de alcohol. Parecía una leona encelada.

- Me pare... parece que me va a... a... acompañar este apuesto chaval ¿como te llamabas?

- Juanma.

Puse las manos en su talle y las bajé hasta sus nalgas. Quería demostrar mi poderío delante del gilipollas ese que estaba unos metros atrás fumando. Le miré, su mirada era de envidia y rabia. Pasé una mano debajo de su falda y la subi. Ramón trago saliva al ver ese culazo entangado. Con la otra mano por la espalda de ella miré al hombre y con el puño cerrado hice el movimiento atrás y adelante. La señal de la follada. Le pareció suficiente y ya cuando iba a marcharse.

- Aunque este señor puede acompañarnos.

La mirada de asombro del tió lo dejó clavado.

- Bueno, pero... pero... eres tú...

- Si no me acompaña, no voy...

- Bue... bueno, va, pero e... él al llega... llegar se puede ir.

Mi desafío en principio había sido aceptado. El tal Ramón levantó su pulgar. Salió la gorda del local con el bolso de ella y lo levantó en señal que fuera a por el.

- Gracias, tío. Creo que podemos cepillarnosla. La verdad es que es ganado de buen corte -dijo mirándola como iba caminando algo indecisa hacia su amiga.

Su amiga oímos como le preguntaba " si se encontraba bien, que si era consciente de lo que hacía" al mismo tiempo que nos miraba con recelo.

- ¡Vamos ya! - le grité ante la mirada de desconfianza de la gorda.

Las otras salieron detrás con los machos ya definidos para cada una -dos calvos y un barrigón, todos sobre los 50- riendo con la euforia del alcohol y con chillidos de gatas asustadas dejando atrás la compañera gorda. Las cosas seguían su rumbo y esa noche la suerte ya estaba echada.

El Universal era un hotel de tres estrellas, baratero. Esas marujas se las daban de señoras que, aparte de ser horteras, eran gente de bajo status económico. Al llegar subía en el ascensor la gorda. Nos atravesó con la mirada.

- Esta noche hay movimiento - dijo el sereno- sabrán que necesitan identificarse -dijo en plan gallito. Tendría unos 60 años.

- Venga no sea usted... los otros han...

- No me contradiga, son las normas. Además soy policía retirado y sé como van las leyes en este país.

Policía tenía que haber sido el cabrón y como siempre pasa - y ya repetido por mi en esta narración - lo dijo como si hubiera sido el trabajo más importante del mundo. Samara estaba incómoda, supongo que por su situación familiar. Intentaba disimular, pero yo lo notaba, no era ni consciente de que yo había escuchado en el local que estaba casada y con hijos. Nerviosa y algo desorientada salió a fumar. Sus nervios no alcanzaban a coger la cajetilla de tabaco. Yo agarré su bolso. Nos encontrábamos a unos metros de Ramón con el sereno. Le di el paquete y tan despistada iba que el bolso quedó en mis manos. Ramón le puso 20€ en la barra de recepción.

- Identificación y pago, señor, o señores -dijo con soberbia y retranca.

Abrí el bolso de Samara -pintalabios, gafas de leer, paquetes de pañuelos, mecheros, tampones, tres condones Durex, un bote pequeño de gel intimo también Durex, un iPhone de los modernos con muñequitos pegados a su carcasa- sagué la cartera, sagué su DNI: Samara Heredia Ortega. Nacida el 3 de junio de 1977. Después cogí dos billetes de 50€ y el gel Durex. Uno me lo puse en el bolsillo, el otro me acerqué y lo puse en la barra al lado de los 20€.

- Haré una excepción. Porque son ustedes.

Una vez en el ascensor Samara parecía más confusa. Los 12 chupitos estaban en ese punto álgido pero que te catanonizan y anulan la mente. Ramón tenia la miraba con rayos x. Nada más entrar en el ascensor ella me abrazó. Ramón por la parte trasera no pudo evitar levantarle la falda y tocar su culo. Tal era el estado de ella que pensaba que era yo el que la magreaba. Sonó su WhatsApp.

- No lo coges- dije. Ramón dejó de tocarla.

Ella sacó de su bolso el iPhone, no daba con su huella táctil. Llegamos arriba. Como quien le corre prisa el llegar Ramón salió el primero. La cogió de hombro como quien ayuda a salir a una anciana sin perder de vista el escote. Aún no había atinado con la huella táctil al salir.

- Prueba con el Pin -propuse.

Tampoco atinaba. Buscó las gafas en su bolso, aún así no era capaz de dar con la numeración.

- Dime cuál es el PIN.

- 4325

Eran mensajes tipo:

-KE TAL MAMI BESIKOS -con corazones.

-Que te lo pase bie te giero amorsito.

-TE AS LUSIDO CON EL CHAVAL JOVENSITO DEL BAR MAÑANA KUENTAME -una de las amigas del bar que había subido con el calvorota.

- Ten cuidado Samara, llama si me necesitas, estoy en la 209 un piso más abajo - la gorda del bolso.

Nada más entrar se quitó los zapatos y se sentó en la cama. Ramón abrió el minibar y le pasó un botellín de Ron. Yo salí al balcón a fumar. Samara terminó de mirar lo que podía abarcar su vistase quitó las gafas y termino su botellín de Ron. Ramón atento le suministró otro de vodka. Ella estaba dudosa y más desorientada, pero de forma mecánica de untrago volvió a beber. Antes de entrar en batalla Ramon salió al balcón.

- Ya está disponible y a punto - al mismo tiempo que empezó a desabrocharse la camisa, con una respiración acelerada y los ojos desorbitados de lujuria.

Ramón era un cincuentón medio calvo de estatura media tirando a bajo, de espaldas anchas, velludo canoso en su pecho, usaba gafas, tenía sus cejas muy pobladas y un bigote grueso.

- Tranquilo, empiézala tú.

Ramón estaba impaciente, quería quitarle el vestido y ella se hacía la remolona. Entonces con una furia inusitada la puso de pie cogió su falda, tiró para arriba y le arrancó el vestido. Quedó en sujetador y tanga que también más que quitados fueron arrancados. Ella empezó a decir incongruencias.

- Llamamos mucho la atención si armais tanto ruido -avisé.

- No te preocupes, no tendrá tiempo de hablar más -respondió ya completamente desnudo y empalmado.

La sentó en la cama, era una mujer híbrida y potente de físico. Sin celulitis, tetudaza, algo caídas de pezones oscuros. Buenas caderas con curvatura armónica y un culazo fuerte con raja semiabierta. Una vez sentada le empotró la polla en la boca y se la folló. Ella babeaba y se atragantaba. Después le restregó los testículos peludos por su cara y hizo que se los chupara. Ella no estaba por la labor y sin más dilación la tumbó de espaldas y la montó a saco. La follaba con bombeo constante y repetitivo: tacadas cortas - tampoco había mucha polla- y rápidas. Para chulear delante de mi hizo giros pélvicos y tras unos gruñidos de cerdaco de granja y tres potentes clavadas acabó dentro de ella.

Quedó sudado y exausto. Ella balbuceaba incongruencias y con todo el orgullo del mundo él me dijo:

- Ha mojado.

Efectivamente había una mancha bajo su coño.

Como pudo ella se reincorporó mientras Ramón fumaba desnudo en un butacón. Yo empecé a desnudarme.

- ¡Vaya puto cipotazo que gastas! Había oído hablar de ti. Impresionante.

Entonces en un alarde de chulería y demostración de machorrio me di unos pajotazos a mi polla y dije:

- ¡Mi polla es mi bandera!

Después agarré mis testículos bajo el escroto de manera que se tensaran e forma de bola y volví a decir:

- ¡Y mis cojones mi estandarte!a

- Yo... yo... yo... ahora... ...no puedo... -balbuceó Samara.

- ¡Solo te voy a pedir el culo! ¡Ponte en cuatro, puta!

- ¡No, ade... además con...!

- ¡Ponte en cuatro o por face, a tu marido, a tus hijos y por tu puto pueblo digo a que vienes cada temporada! Samara Heredia Ortega. Vecina de San Cristóbal de los cornejos. Casada con el empresario de Fontanería Machado.

- ¡Es...es...esto es surrealista! ¡Ha...has urgado en mi...bolso.

Me unté mi polla con su gel y quedó mirando flipada medio confusa.

- ¡La vas a flipar, guapa! -dijo Ramón volviéndose a empalmar.

- Pa... pásame el gel -dijo tibuteante. No estoy dilatada.

Estaba acojonada. Se untó su zona anal. No le quedaron más cojones que coger posición perruna. Ramón colaboró comiéndole el culo y dedeándola mientras yo me daba unos pajeos y me paseaba delante de ella chuleando. Su tetamen le colgaba. Ramón la dilataba de cojones, ya entraban dos dedos. Ella tenía la mirada vidriosa de la bebida. Me posicione tras ella. Ramón le abrió las nalgas con ambas manos y me dijo:

- Yo la engrasaría más, así podrás encularla mejor. Aunque este culo no solo lo usa para cagar.

Me fui delante de ella. La morreé por primera vez. Cogí una de sus tetas y tire de su pezón. Después lo succioné con ganas. Ronroneaba.

- Hay que pillinas eres, te hemos pillado que haces culo.

Ella me miró y atacó mi polla con su boca.

- Qué dócil se ha vuelto -dijo Ramón- parece que ya no tiene remordimientos.

La cogí de la nuca y empujé a fondo, la aguante atenazada un rato hasta que le dieron arcadas. Al soltarla cogió aíre y le faltó poco para potar.

- Ya le puedes trabajar el culo. Lleva lubricación y ha dilatado.

Cogí posición. Ramón se puso a un lado de la cama y abrió las nalgas de ella. Era factible. Me unté bien de gel mi polla . Hice la maniobra de entrada -cogi mi tranca y la puse en la entrada anal- y clavé una pequeña tacada de reconocimiento. La respiración de Samara era acelerada. Empujé más, hasta media polla. Ella empezó a dar bufidos, su cara y codos quedaron contra la cama. La tercera vez casi estaba clavada entera. Ramón aún me mantenía las nalgas abiertas.

- Aaaj!, ¡Ay!, ¡Ah!, ¡Bah!, ¡Brrrr!, ¡Buuu! - empezó a gritar.

- ¡Cállate! Llamas la atención de las otras habitaciones -dijo Ramón pasando a la parte delantera, levantándole la cabeza.

Empecé un mete saca, ella aguantaba el dolor, cuando iba a gritar Ramón la morreaba. Entré en trance alocado de placer y la bombeé con energía aplastante. Ella empezó a berrear.

- ¡Ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡para!

Entonces Ramón le sujeto la boca la morreó. Su tetas penduleaban en cada tacada mía.

- ¡Ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡para

Ramón cogió mis slips y se los puso en la boca.

- Date prisa, está tía está en trance histérico.

Tenía ese culo al dominio de mi voluntad. Ramón aguantaba su cabeza con caricias en en pelo. Mis slip en su boca los apretaba con fuerza. A veces ella intentaba mirar atrás. Su cara era rojo sangre. Note como la lefa me subía. La tenía en los cojones Ramón se había sacado su polla delante la cara de ella, aún tenía los slips míos en su boca. La corrida empezó a subir a mi polla. Dejé todo el cargamento dentro de su culo. Ramón le metió una buena lechada en toda la cara.

Fumábamos desnudos mientras ella se duchaba. La habíamos oído potar y mear en el baño.

- ¡Vaya enculada rabanera que le has metido! ¡La has partido, incluso a agujereado tus gayumbos con su boca! - dijo levantándolos del suelo con dos dedos.

- Los sufrimientos de una mujer no son nada ante el acierto de una buena polla. Por eso la he enculado de esa manera¿Habrá nadie que negue la calidad de esta polla? -dije con la mayor profundidad verborreica enrevesada que pude para demostrar mi inteligencia y poderío intelectual mirando mi polla semiflacida.

- Ya lo dijiste tú, tu polla es tu bandera.

Esta semana estoy contento, viene mi novia unos días entre semana. He dicho a mi hermana que no podré ir a recogerle el niño unos días. Nos vamos a un hotel. Se ha lamentado. Mi madre me ha dicho que quizás mi hermana salga con alguien. Los sábados muchas veces deja el niño a su cargo. Al menos a encauzado su vida, dice ella. Yo lo que he notado, es que su aliento vuelve a oler a polla. Mi padre se levanta con unas resacas terribles estas semanas que está sin trabajo. He encontrado el Face de la madura del finde, la Samara. Por privado le he pedido la talla de slips de marca que uso. Me destrozó a mordiscos los otros. Para terminar vi a Ramón con sus hijos y una pequeña nieta. Dijo que venían del cementerio. Hacía dos semas y media que había fallecido su esposa.

Con estas perspectivas me despido del lector. Se aceptan opiniones y consejos.

 

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