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Fecha: 21-Nov-23 « Anterior | Siguiente » en Grandes Series

Compañeros (12)

FranRel
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12

Al día siguiente. Domingo

Silvia

Me levanté temprano y fui a la habitación de Gema, que dormía plácidamente. Estos días en la casa de Carlos le estaban sentando genial. Como no paraba, se acostaba rendida y dormía del tirón, cosa que era una bendición.

Luego, fui al baño antes de bajar a la cocina y hacerme un té, tras lo cual, salí al jardín a tomármelo tranquilamente. Se notaba que ya empezaba a refrescar y me había puesto una rebeca. Pensé en lo contento y animado que estaba Antonio cuando nos fuimos a la cama. Había pasado un buen día con sus amigos y luego, por la noche, con la barbacoa con Carlos. Y quiso sexo, claro, lo normal, follarse a su mujer tras un buen día. Y de nuevo no pude excitarme.

Estaba empezando a agobiarme con este tema ¿Sería posible que a los 33 años fuera ya frígida? Siempre me había gustado el sexo, y no había tenido problemas para excitarme, al contrario, solía mojar las bragas con solo una caricia oportuna de Antonio. Pero no, ahora no había forma. Y lo había intentado, me había acariciado mientras se la chupaba, y luego había probado varias posturas, él encima, yo encima, a 4… pero nada. Al final, cansada y agobiada, empecé mi teatrillo de gemidos y frases calientes para que se corriera. Esta vez se corrió sobre mi culo, ni para algo útil había servido el polvo… Bueno, sí, Antonio cayó rendido y se durmió al instante. Al menos él sí se había sentido satisfecho con el polvo.

Suspiré impaciente porque no podía esperar para mi revisión ginecológica, “Como me pase algo serio ahí abajo me va a hundir del todo” pensé desanimada. Entonces escuché ruido en la cocina y giré la cabeza. Era Carlos. Me cambió totalmente el ánimo y le sonreí saludándole. Salió al poco con una taza de café:

- Buenos días, Silvia

- Buenos días, te has levantado temprano

- Sí, pero lo mío es por la edad, lo tuyo es lo que tienes que mirar, necesitas descansar más

- Ya

Se sentó a mi lado y dijo:

- Hace fresquito, ya mismo no hará tiempo de piscina

- Lo sé, Gema se pondrá muy triste

- Ya tengo pensadas otras cosas para ella, no se va a aburrir, tranquila

Sonreí, ese era Carlos, siempre pensando en los demás. Me dijo:

- Estabas muy pensativa

- Sí, pensando en mis cosas

- Claro

Lo miré y no pude contenerme. Le dije:

- Pensando si me he vuelto frígida o no

Carlos puso los ojos en blanco y dijo:

- Mira que últimamente te gusta irte por el peor de los caminos

- Ya, ya, pero es que…

Miré hacia atrás y dije muy bajito:

- Anoche lo volvimos a hacer y fue otro desastre

Carlos

La miré sin entenderla. Lo que yo había visto era una mujer gimiendo excitada, no a una frígida. Y para nada me pareció un desastre de polvo. Pero claro, no se lo podía decir. Ella suspiró y dijo:

- No sé como te cuento estas cosas

Nos callamos unos segundos, quería cambiar de tema pero no pude evitar preguntar:

- ¿Y Antonio que dice?

- ¿Sobre el sexo?

- Sí

- Nada, él no se entera de nada

Lo miré sin comprender. Ella dijo:

- Las mujeres tenemos mmmm métodos para que todo parezca que va bien

Me quedé pasmado ¿Todo lo que había escuchado y visto era fingido? Pues era una actriz de primera. Ella continuó:

- Lo que me faltaba sería eso, que él pensara que no quiero sexo con él

- Entiendo que es algo general

- Claro, es que ahora no pienso en sexo, no que él no me atraiga ¿Entiendes?

- Sí, sí

- No sabes las ganas que tengo de mi revisión, pero como me encuentren algo ahí abajo, me muero

- Mujer, que negativa, sabes que todo esto es el estrés que has tenido, que ha sido enorme

- Eso espero, eso espero

- ¿Cuándo la tienes?

- El miércoles

- Me contarás ¿No?

- ¿Si soy oficialmente frígida o no? (con una sonrisa triste)

- Ahora la tonta eres tú, lo sabes

Me miró con una sonrisa triste. Le dije:

- Mira que te gusta ahora el drama, con lo positiva que eres siempre

- No soy ni positiva ni negativa, solo realista, y es una posibilidad que me pase algo ahí abajo, no sabes tú lo sec…

Vi que se sorprendía y como decía luego:

- En fin, que no estoy bien ahí abajo, algo me debe pasar

- Puede ser cualquier tontería, incluso que te falte alguna vitamina o tus hormonas o algo así… cuando las mujeres dejáis de tomar la píldora tenéis cambios hormonales ¿No?

- Dejé de tomarla hace semanas

- Pero te puede estar afectando ahora, y eso se arreglaría fácilmente con otras pastillas ¿No?

Me miró y sonrió diciendo:

- Es una opción más tranquilizadora

- Pues eso, no te vayas a la más negativa, en unos días lo sabrás y ya verás, te lo echaré en cara y nos reiremos de tu aprensión

- Serás tonto (sonriendo)

Cristina

Estábamos desayunando los tres juntos. Me había levantado la primera y me había duchado ya. Luego llegó Sara vestida con una camiseta. Se sentó y dijo que tenía sueño. Al poco llegó Alberto, ya vestido. Les preparé el café y el desayuno. Les pasaba las tostadas a cada uno. A Sara con mermelada de fresa. A Alberto con mermelada de melocotón. Luego me hice la mía, mitad y mitad, me gustaban las dos.

No hablamos mucho, estábamos cansados. Cuando terminó, Alberto se despidió de nosotras con un pico a cada una. Se iba con sus amigos. Nos quedamos Sara y yo en la cocina, terminando el café.

De repente, Sara preguntó:

- Cris ¿Te van las tías?

- No

- ¿Seguro?

- Sí

- Es que ayer… no sé

La miré sin decir nada. Ella continuó:

- Joder, que le pones ganas, que me he corrido dos veces con tu lengua

- Ya

- No sé como lo haces, a mí me cuesta

- Pues me besas y tocas bastante

Ella me miró pensativa y asintió:

- Eso es verdad, eso no me cuesta, pero tía, comértelo, no sé, es como si… como si fuera un límite

- Pues anoche lo hiciste un poco

- Ya, cuando me volviste loca… joder, tía ¿Cómo lo comes tan bien? Deberías enseñar a Alberto

Y nos reímos. Me levanté y empecé a recoger. Sara no se movió, solo me miraba. Luego, empecé a lavar los platos y tazas. Entonces dijo:

- Joder, creo que nunca me había corrido tan seguido, me dejasteis muerta

- Ya te vi

- Fue… Fue alucinante

Seguí a lo mío. Entonces me dijo:

- Al fue un guarro, mira que correrse de esa forma

- A mí no me molesta

- A mí tampoco pero, no sé, muy porno ¿no?

- No sé

- Cuando nos hemos despertado y estabas en la ducha, se lo he dicho

- ¿El qué?

- Que es un guarro

- ¿Por la corrida en nuestras caras?

- Sí, y querer que nos besáramos de esa forma

- Bueno, no estuvo mal ¿No?

- No sé… y me ha dicho una cosa

- ¿El qué?

- Que nos faltó besarnos con su semen

Me giré para mirarla porque no la entendía:

- ¿Cómo?

- Ya sabes, con su semen en nuestras bocas, besarnos así

- Ah, bueno… vale, la próxima vez lo hacemos

- ¿Sí?

- Por mí sí ¿No quieres?

- No sé… Tía, parece que todo te gusta

- Me gusta que esté contento, y no me molestan esas cosas

Me volví a girar para seguir con los platos. Entonces escuché que se levantaba y se ponía detrás mía. Me preguntó:

- ¿Hoy comemos aquí o salimos?

- Lo que quieras

- Estoy molida, aún me duelen los pies

- A mí también

- Pues entonces mejor nos quedamos en casita y haces algo bueno para comer ¿Vale?

- Sí, no hay problema

- Genial, me voy a dar un baño, hoy solo con una ducha no me vale

- Bien

Y entonces me giró la cabeza y me dio un pico, para luego guiñarme un ojo. La miré sorprendida mientras se iba.

Carmen

Esa mañana me había levantado de buen humor pero pronto se me echó encima la casa. Debería limpiar y hacer algo de comer pero odiaba limpiar y cocinar. Era de las cosas que echaba más de menos de vivir con mi ex, la chica que teníamos en casa.

Cogí la escoba y barrí un poco pero pronto me desesperé, eso no era para mí. Saldría a dar un paseo y a comer fuera. Me puse un vestido de verano con falda amplia y sin mangas, hacía un día magnífico y me apetecía tomar un poco el sol.

Cuando estuve en la calle dudé indecisa. Me fastidiaba ir sola a los sitios, y me parecía muy triste comer sola. Cada vez me urgía más tener a un tío que me mantuviera y me llevara a sitios. Hablando con Patri ya tenía echado el ojo a un par de directores con pasta pero ambos estaban casados. Tenía claro que no sería problema follármelos, pero sí sería largo y tedioso el convencerlos para dejar a sus mujeres y estar conmigo, y eso no podía ser, necesitaba algo más rápido.

Pensé en el dinero, últimamente me sentía agobiada por él, y no estaba acostumbrada a eso, nunca le había echado mucha cuenta al gasto pero ahora sí me preocupaba. Tras la fiesta de anoche, me quedaban menos de 200€ de los 6.000 de la arpía. Suspiré, que caro era todo lo divertido.

Fui al parque y me senté en un banco al sol. Me puse a revisar mis contactos en el móvil. Vi el de Carlos y pensé unos segundos. Seguro que lo convencería sin problemas de llevarme a un buen restaurante, pero no tenía muchas ganas de su conversación aburrida. Lo descarté enseguida. Seguí revisando. Tenía muy pocas amigas, poquísimas porque “normalmente las tías me odian, putas envidiosas”. Podría llamar a Patri, me había comentado muchas veces de invitarme a su casa. Podría hacerle más la pelota pero era un domingo fantástico, no quería estropearlo con esa petarda.

Seguí revisando. Casi todos los tíos que tenía en mis contactos tenían familia y estarían de domingo familiar. Pensé en Santi, estaría bien por echar otro buen polvo pero no para ir a comer, el chico tenía una conversación ridícula, y tampoco me apetecía que la gente pensara lo mismo que el taxista de la noche anterior.

Suspiré mientras guardaba el móvil. Definitivamente necesitaba a un hombre. Cerré los ojos y tomé el sol. Luego, me levanté y me senté en un restaurante cercano donde comí sola, todo tristísimo. Al terminar, pensé que hacer esa tarde hasta que mi ex me trajera a Daniel.

Mi primer impulso fue llamar a Santi pero entonces recordé otra cosa. Me había quedado sin pastillitas y anoche las había tenido que pillar en la disco y me habían salido por un ojo de la cara, carísimas. Iría al local de Jamal, él siempre me hacía un buen precio, y quizás le echara un polvo.

Lo llamé para ver si estaría. Me confirmó que sí y volví a casa para coger mi coche ya que su casa estaba lejos. Al llamar a su puerta me abrió una mulata que no conocía. Le dije:

- ¿Está Jamal?

- ¿Eres Carmen?

- Sí

- Pasa, pasa, dice que ya sabes donde es… Ahora viene ¿Quieres tomar algo?

- Un té, gracias

La chica me lo trajo al momento y me lo tomé en la habitación de los cojines y almohadones. Jamal llegó un buen rato después disculpándose. Lo miré, venía de follar. Me fastidió. Se sentó y llamó a la mulata:

- ¡¡Yanet!!

La chica llegó de inmediato. Él le dijo:

- Tráenos más té

Cuando la chica se fue, lo miré y pregunté:

- ¿Nueva?

- Sí, bueno, nueva aquí, no en el negocio (sonriendo)

- Es guapa

- Mucho, y muy solicitada

Tras traernos el té, Jamal lo sirvió y preguntó:

- ¿Qué tal tu culo?

Lo miré extrañada ¿A qué venía esa pregunta? ¿Sabía lo de anoche? Él sonrió:

- Me refiero a la sesión sado del sábado pasado

- Ah, eso… nada, nada, todo bien

- ¿No te marcaron?

- No, ya te lo dije

- Bien, bien

Bebimos en silencio. Entonces le dije:

- Vengo a por más pastillitas

- Esta vez no serán gratis

- Imagino

- ¿Cuántas quieres?

- Dame... espera

Miré en mi bolso, me quedaban 150€. Suspiré. Le dije:

- Dame 100€

- ¿Solo?

- Pórtate bien, que ya sabes lo buena clienta que soy

Él rio y dijo:

- ¿Quieres fumar?

- ¿Aún te queda hierba del otro día?

- No, esa voló, ya te lo dije ¿Te queda a ti?

- Sí, no demasiada pero sí, ya mismo tendré que venir

- Llévate ahora

- No, hoy no, estoy tiesa

Me dio otra bolsita de pastillas y le di los 100€. Vi que había sido generoso y le sonreí mientras la guardaba en mi bolso.

Entonces Jamal cogió una cachimba que tenía al lado y la encendió. Fumamos tranquilamente, charlando de tonterías. Me relajé de inmediato. Jamal me preguntó:

- ¿Estás saliendo con alguien?

- ¿Saliendo? ¿De forma seria?

- Sí

- No, pero me gustaría

- ¿Y de forma no seria?

- Tengo a un… a un chico

- ¿Chico?

- 18 añitos

- Joder, Carmen, no sabía que te iban tan jovencitos

- No sé, folla bien, y tiene una buena polla

- Jajajaja

- Anoche casi me rompe el culo, por eso antes me ha extrañado tu preguntaba

Jamal se partía de risa y dijo:

- Creo que tu culo aguanta cualquier polla

- Sí, eso es cierto

Los dos riéndonos más de la cuenta gracias a la hierba. Entonces le pregunté:

- Esa mulatita ¿Es buena?

- Mucho

Me miró sonriente y preguntó:

- ¿Quieres que la llame?

Asentí. Jamal gritó:

- Yanet, ven

La chica apareció al momento. Jamal le dijo:

- Siéntate con nosotros

Ella lo miró entendiendo y se sentó al lado mía. Le di para fumar. Ella miró a Jamal que asintió. Aspiró con fuerza y luego se me quedó mirando. Le acaricié el pelo ondulado y le dije:

- Me gusta tu pelo

Ella sonrió y puse mi mano detrás de su cuello y la acerqué a mí. Me dio un beso lento, con mucha lengua, que me pareció que duraba una eternidad y no quería que acabara. Repetimos el morreo varias veces, la chica sabía besar. Noté su mano acariciándome un muslo y abrí mis piernas. Ella, inmediatamente, me acarició por encima de las bragas sin dejar de besarme.

Cuando paramos, ella sonriente se movió para colocarse entre mis piernas. Me quitó las bragas y comenzó a comérmelo suavemente. Vi como Jamal nos miraba excitado pero sin intervenir. La chica lo comía de muerte, sin prisas pero sin pausa. La dejé hacer varios minutos hasta que le apreté la cabeza contra mi coño y ella empezó a darse prisa. Me corrí casi de inmediato, un orgasmo intenso pero rápido.

Yanet se incorporó y me miró sonriente. Busqué mi bolso y le di mis últimos 50€:

- Gracias, guapa

Ella se los guardó en el escote y miró a Jamal. Él hizo una seña para que se fuera. Le dije a Jamal:

- ¿Quieres follar?

- No, gracias, hoy voy servido y aún tengo que cumplir

- Que solicitado

Él sonrió. No estaba molesta, yo también estaba servida con esa comida de coño tan fabulosa. Me levanté para ponerme las bragas, con intención de irme. Entonces Jamal dijo:

- Espera, no te vayas aún

- ¿Por?

- ¿Tienes prisa?

- No especialmente

- Vamos a charlar un poco más

Me volví a sentar y lo miré. Él dijo:

- ¿Andas mal de dinero?

- Temporalmente, muchos gastos con la casa nueva

- Ya… Si te hace falta dinero, ya te comenté que aquí sería fácil conseguirlo

Lo miré interesada. Él se dio cuenta y sonrió. Le dije:

- Pero cariño, sabes que no soy puta

- Pero te encanta zorrear

- Eso sí (sonriéndole con lascivia)

- Entonces ¿Qué hay de malo en zorrear y llevarte un dinerito?

- ¿Y de qué dinerito estamos hablando?

Me sonrió ampliamente. Dijo:

- Pues depende de varias cosas

- ¿De qué?

- De los servicios que quieras dar

- ¿A qué te refieres?

- Si harías anal, tríos, sado, lluvia dorada… hay muchas perversiones por las que se pagan bien

- Ah, bueno, sabes que no tengo problemas con esas cosas pero veo bien que no vayan en el lote “básico”

Le dije sonriéndole con picardía. Él rio y dijo:

- Claro, claro

- ¿Y qué más?

- Hay que tener en cuenta tu edad, Carmen

- Cariño, sabes que follo mil veces mejor que cualquiera de tus putitas

- Lo sé, pero lo más demandado son chicas jóvenes

- Imbéciles

- Pero algo te puedo encontrar

- ¿Por cuánto?

- No sé, digamos ¿500?

- Una mierda, no me abro de piernas por menos de 1.000

- Pero cariño, ten en cuenta también mi comisión, entenderás que no te voy a buscar clientes gratis

Dudé sin saber que decir. Entonces él comentó:

- ¿Sabes? Esta semana tengo un servicio especial

- ¿Especial?

- Un cliente que ha pedido dos chicas para celebrar su cumpleaños, con tarta y todo

Le miré sin decir nada. Él continuó:

- Había pensando enviarle a Yanet y Dina

- ¿Dina? ¿La rusa sosa?

- No es rusa, es…

- Me da igual, es muy sosa

- ¿Quieres ir tú en su lugar?

Lo miré pensando. Un trío con Yanet podría estar bien aunque el tío fuera un asqueroso, que lo sería. Le pregunté:

- ¿Y de cuánto estamos hablando?

- Ellas cobrarían cada una 200€

- Vete a tomar por culo

- Espera, espera, pero por ser tú y como primera prueba...

- ¿Prueba? ¿Me quieres probar, gilipollas? ¿No me has follado ya suficiente todos estos años?

- No, me refiero a una prueba para ti

- Ah

- Pues eso, por ser tú, podría eliminar en este caso gran parte de mi comisión y te llevarías 500 por el servicio

Lo miré dudando. Él dijo:

- Os he visto muy compenetradas, seguro que te diviertes

- Mmmmm

- El tío es cliente desde hace tiempo, no suele pedir cosas muy raras, siempre pide una chica pero esta vez quiere algo especial por su cumpleaños, le cantáis el cumpleaños feliz y luego a hacer lo que os pida, ya sabes, algo de rollo bollero, os follará por el culo...

- 600

- Carmen, me quedo sin comisión

- Por menos de 600 no hago nada, lo tomas o lo dejas

Me miró tristemente pero al final dijo:

- Está bien, 600 por ser la primera vez, pero aquí pongo yo las tarifas, es la última vez que las negocio. Si no te gusta una tarifa, no haces el servicio ¿Entiendes?

- Mientras tú entiendas que mi tarifa es de 1.000

- Por 1.000 no vas a tener casi servicios

- 800 como mínimo

- Ayyy, Carmen, me va a costar encontrarte clientes, pero está bien, lo intentaré

Sonreí. Se me daba bien negociar. Me levanté y le pregunté:

- ¿Y cuándo sería?

- El miércoles, en una de nuestras habitaciones

- Pero durante la semana no puedo, tengo a mi hijo y no lo puedo dejarle solo

- Pues tendrás que buscar con quien dejarlo porque es un servicio completo, serán unas cuantas horas, vendrá con su viagra a tope, volverás tarde a casa

- Joder

Pensé rápidamente. Le contaría alguna excusa a mi ex con el trabajo. Asentí:

- Bueno, vale, ya pensaré en algo

Me dio dos besos y quedamos en hablar. Salí de la casa de Jamal contenta.

Jamal

Observé como se iba Carmen con ese tipazo que tenía. Me pensaba forrar con ella. Ya lo estaba haciendo con el video de su “actuación” del sábado que estaba siendo todo un éxito. Era la primera que aceptaba hacer todo y ya habíamos recuperado la inversión con creces. Al principio, mientras veía como negociaban Jean y la vieja con ella, me había jodido que aceptara todas las pruebas porque era mucho dinero, y, aunque me excitaba verla en cada prueba, deseaba que se echara para atrás y ahorrarme la pasta, pero la tía había aguantado todo.

Llevábamos unos meses con esta nueva línea “convirtiendo a chicas normales en putas” vendiéndose como 100% real porque lo eran. Usábamos a dos ex actores pornos, a Jean y a la vieja. Normalmente eran chicas jóvenes pero que no aguantaban todas las pruebas. Casi ninguna aceptaba los latigazos en el coño, o el sexo con la vieja o la lluvia dorada. Había conseguido convencer a alguna casada que me compraba droga pero o se retiraban o hacían el mínimo. Carmen había sorprendido a todos por lo zorra que era.

Tenía una buena lista de clientes que la querían e iban a pagar muy bien por ella, mínimo 3.000€. Si ella se llevaba 800€, sería un negociazo y más cuando pensaba que me iba a pedir 1.500 o 2.000 por noche. Me reí al pensar en su patética negociación.

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