Me llamo Sheila y tengo 40 años, estoy casada con mi esposo
Rafael desde hace 18 años y tenemos un hijo de 16 llamado Lucas y una niña de 12
llamada Laura, soy veterinaria y a mi edad podía decirse que era una mujer
normal, ni gorda, ni flaca, ni fea, ni guapa, bastante era teniendo en cuenta
que a mi nunca me había gustado el ejercicio físico, bastante trabajo tenia en
casa con mi esposo y mi hijo de 16 años como para hacer mas esfuerzos después de
venir de trabajar de la clínica.
Faltaban 3 meses para que llegara el verano y ante la
insistencia de mi esposo que decía que me vería mas bonita y mejoraría mi salud
decidí aceptar su propuesta de apuntarme a un gimnasio, al mismo en que estaban
apuntados mi hijo y el, a decir verdad aunque los 2 llevaban mas de 2 años
apuntados no se notaba mucho pq mi esposo tenia una prominente barriga desde
hacia bastantes años motivada en parte por su trabajo como camionero y a pesar
de la juventud de mi hijo, este iba por el mismo camino de ponerse bastante
ceporro antes de cumplir la mayoría de edad.
Aunque como ya dije, al principio no estaba muy motivada, la
verdad es que no me desagrado la experiencia, resultaba entretenido y entable
una curiosa relación con 2 amigos de mi hijo a los que conocía desde hacia años
del colegio y en los que nunca me había fijado especialmente hasta en que mi
primer día de gimnasio pude ver que si los efectos del ejercicio no parecían
notarse en mi esposo ni en mi hijo, si que lo hacían en estos 2 chicos, un año
mayores que mi hijo y los cuales tenían unos cuerpos bastante musculados.
Mi ejercicio favorito era el spining y para mi sorpresa no me
resulto complicado ni excesivamente cansado pq como ya dije a pesar de todo mi
estado de forma era bastante bueno, en estas clases me ponía con Hector y
Manuel, los 2 amigos de mi hijo dado que ni mi esposo ni mi hijo duraron mas de
15 minutos en la clase ya que no podían aguantar el ritmo de exigencia.
Después de 1 mes de clases me encontraba espectacular y había
perdido 5 kilos de peso, los 2 amigos de mi hijo me piropeaban en cada sesión y
me felicitaban por los resultados conseguidos, aunque en ocasiones estos piropos
eran algo mas que "amigables" yo no daba ninguna importancia especial a aquella
situación ya que me llevaba muy bien con ellos y a pesar de nuestras diferencias
de edad podía decir que casi los tenia por amigos, además ni siquiera se me paso
por la cabeza que aquellos muchachos fuertes, jóvenes y atléticos pudieran
sentirse atraídos por la madre de su amigo la cual les doblaba la edad.
Aquel día en el gimnasio fue diferente, yo solía irme tras la
clase de spining mientras mi esposo, mi hijo y sus 2 amigos solían quedarse 45
minutos mas, justo el tiempo que tardaba en cerrar el gimnasio después de la
clase de spinning, a esas horas casi nunca había mas de 10 personas en el
gimnasio y aquel día no fue diferente exceptuando el que Hector y Manuel me
invitaron a tomar una sauna con ellos, algo que siempre hacían después de la
clase y a lo que yo nunca me apuntaba por vergüenza mas que nada, ya que como he
dicho, a esas horas a penas quedaba gente en el gimnasio y no me parecía muy
apropiado meterme en la sauna medio desnuda con aquellos 2 jóvenes amigos de mi
hijo.
Ese día fue diferente, me encontraba bastante cansada y ya
tenía la confianza suficiente con aquellos muchachos como tenerles por unos
amigos míos y no solo "los amigos de mi hijo", pensé que me vendría bien la
sesión de sauna y me metí con ellos en la sala.
Yo iba con un albornoz y Hector y Manuel tapados por una
toalla, lo cual resaltaba sus estupendos cuerpos sobre todo sus sudorosos torsos
bien marcados, en la sauna había 2 jóvenes mas que se fueron casi al momento de
entrar nosotros, así que al cerrar la puerta me quede sola con Hector y Manuel,
en la puerta había una ventana pequeña desde la que podía ver la sala de
musculación en la cual estaban mi esposo y mi hijo.
Llevábamos 5 minutos charlando en la sauna cuando pude ver
como en la toalla de Hector se marcaba un buen bulto, yo me sonroje y no le di
importancia, a mi edad ya no me asustaba de aquellas cosas pero no tarde en
darme cuenta de que mientras hablábamos, aquel bulto seguía creciendo y Hector
no dejaba de mirarme el canalillo, entonces me di cuenta de que el albornoz
estaba mucho mas abierto de lo que yo pensaba y mis tetas habían quedado
parcialmente descubiertas y la raja del albornoz me llegaba al ombligo, no se pq
lo hice, pero decidí no taparme y hacer como si siguiera sin darme cuenta,
supongo que me sentí halagada de que aquel enorme bulto en la toalla de Hector
fuera provocado por mis tetas.
Pero la situación se me fue de las manos, Hector debió darse
cuenta de que yo no hacia nada por taparme así que se levanto y con toda la cara
del mundo dijo.
"Bueno Sheila, supongo que ya tenemos confianza suficiente y
no te importara que tomemos la sauna como cuando estamos Manuel y yo solos"
Inocentemente y sin saber muy bien a que se refería, les dije
que si, ante mi sorpresa tanto Hector como Manuel se quitaron las toallas de la
cintura y las dejaron a un lado, luego se sentaron otra vez en los bancos
completamente desnudos.
Yo me quede alucinada, me puse roja como un tomate y no dije
nada, es mas, ni siquiera pude bajar la vista pq aquellas 2 pollas que tenia
ante mis ojos me dejaron anonadada.
Si bien ya había comentado que aquellos 2 chicos tenían un
aspecto estupendo, unos cuerpos bien moldeados y además eran bastante guapotes,
no podía imaginar que aun guardaban mas "virtudes" bajo la ropa, pq aquellas 2
pollas sin duda lo eran.
La de Hector debía medir sus 20 centímetros y aunque la de
Manuel era bastante mucho más normalita en cuanto a longitud, lo sorprendente
era que parecía un salchichón de lo gorda que era.
Debí de mirarlas demasiado pq aquello fue como una invitación
para los muchachos que no dudaron en levantarse y decirme
"Sheila, si quieres también puedes probarlas"
Aquellas palabras me sacaron de mi ensimismamiento, me
levante pensando en mi esposo y mi hijo a los cuales podía ver desde la
ventanita de la sauna, Hector y Manuel estaban delante mía, con sus pollas
erectas apuntando directamente hacia mi, pensé en salir de la sauna
inmediatamente pero un hormigueo en mi coño me hizo saber que deseaba aquellos
miembros, sin decir nada me quite el albornoz dejando mis tetas y mi depilado
coño libres ante los ojos de los 2 amigos de mi hijo y sin decir nada me
arrodille ante aquellos 2 ídolos de carne en barra a los que debía adorar.
Me quedé anonadada, con la boca abierta ante la polla de Hector, el cual me
miraba sonriendo. Despacio, le agarré el pene y fui descendiendo hasta que mis
labios se posaron en su glande, comencé a besar su polla como una loca, primero
despacio y luego deprisa, sacaba mi lengua y me empleaba a fondo sobre esa
polla, después de haber ensalivado bien, me la metí en la boca o eso traté de
hacer, porque apenas me entraba, tenia un sabor diferente a la de mi esposo,
nada desagradable. Manuel no se quedo quieto, deslizó su mano por mi culo y
luego un dedo por la raja y mientras yo trabajaba el aparato de Hector, Manuel
me masajeaba el ano con su dedo. Mientras le comía la polla a Hector, me vino el
primer orgasmo, casi de una manera dolorosa, pasado un rato, Hector comenzó a
jadear más fuerte, me agarro con fuerza del pelo justo cuando Manuel enterró su
dedo hasta el nudillo en mi recto.
Un chorro cálido y cremoso como el yogur comenzó a llenar mi boca…y aquello no
paraba ni un momento, mi boca tragaba y tragaba pero aquello no me daba
respiro…El esperma me rebasaba la boca y al final me tuve que quitar, con la
boca llena y aun tuvo fuerza para enviarme un chorro que me manchó cara y pelo.
Me incorporé y comencé a tragar lentamente el semen, saboreándolo lentamente,
jamás lo había echo con mi esposo ni con ninguno de los 3 novios que había
tenido antes de conocerle pero estaba más caliente que una yegua en celo así que
lo degusté como si fuera un vino. Tenía un sabor entre dulce y salado y parte se
me escapó por las comisuras y me cayó en las tetas.
Aquello me saco de mi estupor, volví a pensar en mi hijo y en mi esposo al que
jamás había engañado hasta aquel día, también pensé que cualquiera podía entrar
en la sauna y pillarnos en aquella situación así que decidí levantarme y salir
de allí antes de que aquello pasara a mayores o nos pillaran en plena faena,
pero antes de que pudiera levantarme y coger mi albornoz, Manuel me tiró de las
piernas, quedando tumbada sobre el suelo de madera de la sauna.
Me separó las piernas y hundió su cara en mi entrepierna,
comenzó con mi clítoris y fue como si una explosión hubiese sucedido en mi
vientre y en mi cabeza. Iba a gritar como una loca pero Hector se dio cuenta y
me metió su polla flácida en la boca.
Solo se oía el chapoteo de la lengua de Manuel en mi coño y
mis jadeos. La lengua de él se deslizaba una y otra vez dentro de mi inundada
vagina y con una mano pajeaba mi clítoris,ni siquiera me di cuenta cuando Manuel
dejo de lamerme y puso su dura polla en mi boca justo cuando era Hector el que
ocupaba su lugar en mi coño, abrí los ojos y allí tenia yo ese salchichón dentro
de la boca así que comencé a mamar como si me fuera la vida en ello, Manuel
emitió un gemido, se inclinó sobre mi y agarrándome los pechos, comenzó a
follarme la boca, entraba y salía como si fuera un coño y ante su rapidez no
tardo mucho en correrse en mi boca.
El semen de Manuel era mucho mas cremoso y grumoso que el de Hector y como se
movía mucho, parte se me derramó sobre mi cara, mientras yo también me corría,
Hector comenzó a follarme con su martillo pilón, mientras Manuel me extendía con
su polla la leche por mi cara y yo me recuperaba de los coletazos de mi orgasmo,
noté como la bestia se apoyaba en mi coño y comenzaba a abrirse camino.
Comencé a gemir y a jadear, notaba como se iba abriendo camino a través de mi
canal. Hector empujaba y empujaba pero era tan grande que le costaba mucho
meterla, finalmente, Hector se salió un poco y de un violento empujón me la
metió entera, los 20 cm entraron de golpe y la punta de su polla golpeó con
violencia en el fondo de mi vagina.
Manuel se rió y dijo algo como "Tío, que vas a romper a la
madre de Alvaro,jaja" pero Hector le dijo que "Por mis cojones que se la traga
hasta los huevos" y comenzó a moverse.
Cada vez que la metía me golpeaba el fondo, pero ya no me
dolía, todo lo contrario, empezaba a gustarme demasiado.
Manuel se puso de pie y miraba por la ventanita, "No te
preocupes, el capullo de tu esposo y tu hijo no se enteran de nada, allí siguen
levantado pesas"
Me sentía tan llena que aquel insulto hacia mi esposo y mi
hijo no me importo, Hector estuvo follandome un rato mientras Manuel vigilaba
que nadie nos interrumpiera, yo tumbada en el suelo, la cara manchada del
esperma de Manuel, desnuda con Hector que me sujetaba los tobillos en alto y
cada vez que entraba o salía, sonaba el chapoteo de mis jugos, que se me salían
de mi coño y me resbalaban por la raja del culo.
Finalmente, Hector empujo hasta el fondo, hasta que sus
cojones golpearon en mis nalgas y sin sacarla, comenzó a moverla en círculos, se
apretó aun más y de un golpe, comenzó a correrse.
Yo, allí tumbada como la puta más puta, notaba como mi vagina
se iba llenando de su leche, como el chorro golpeaba las paredes de mi vagina,
por fin terminó, saco con un ruido de succión su fláccido miembro y se sentó en
el suelo jadeando. Yo me quedé un rato con los ojos cerrados, relamiéndome los
labios de los restos de la corrida de Manuel
Abrí los ojos y vi a Manuel haciéndose una paja.
- Manuel, que pasa, ¿es que no quieres follarme tu también?.
Manuel sonrió y se tumbó, con su rabo erecto hacia arriba, me
levante y colocándome a horcajadas sobre su polla, me deje caer con todo mi peso
sobre ella. Oí el chapoteo que hizo al entrar. Inmediatamente comencé a cabalgar
sobre el como una posesa, cada vez que introducía su pene, salpicaba su pubis
con mis jugos y la corrida de Hector, Manuel me agarraba las tetas y me las
amasaba y pellizcaba los pezones, yo no quería parar, quería verme llena por
dentro de leche, quería que me reventaran a pollazo, Manuel estaba cerca de
correrse, así que cambie de postura, me puse de rodillas y abrazando su cuello,
comenzó a llevar el control de la follada, llevábamos un rato así cuando me giré
y vi a Hector cascándosela también, vendita juventud, menudo vigor. Le llamé
entre jadeos:
- Hector…cariño…ven…que todavía tengo espacio para ti…
Y señalé mi ano, no se como se me ocurrió con la taladradora
que tenia y teniendo en cuenta que jamás había usado mi entrada trasera, mi
esposo era bastante convencional y nunca tuvo esa ocurrencia así que no pude
evitar desear que Hector me enculara después de la gran follada que me había
dado por el coño.
Hector se acerco y apunto como si culo tuviera una diana dibujada, de un solo
golpe me la metió hasta las entrañas, nose como lo hizo pero me puso sus huevos
hasta el culo y no me dolió nada.
Yo había visto en las películas hacia algunos años como dos tíos follaban
analmente y vaginalmente a una chica…pues bien…ya lo estaba experimentando. Me
follaban por turnos: Manuel me penetraba y Hector se quedaba quieto en mis
intestinos y después de un rato, Manuel me jodia el recto y Hector dejaba
descansar su tranca en mi caverna, esta sensación si que era nueva, dos pollas
dentro de mi cuerpo follandome a la vez, el colmo del placer, sentía las dos
pollas a través de la delgada pared que separa recto y vagina.
Luego Hector me puso a 4 patas y mientras martilleaba mi culo
como un ariete que trata de derribar la puerta de un castillo, Manuel me metió
la polla por la boca, estaba empalada por aquellas 2 pollas y me moría de
placer.
"Te gusta la leche ¿verdad zorrita?
Siii, me encanta conteste yo
"Entonces tendrás que ganártela, pideme lo que quieres" dijo
Manuel
Quiero que te corras en mi boca cabron, quiero que me llenes
el estomago de semen, quiero sentir tu leche bajando por mi garganta, ver como
tu polla escupe sobre mi cara la carga de tus pelotas.
"así me gusta putita, prepárate"
Expectante comencé a mamarle la polla mas rápidamente
mientras con mis manos masajeaba sus cojones, la enculada a la que me estaba
sometiendo Hector hacia que a cada una de sus embestidas la polla de Manuel me
llegara hasta la campanilla así que aquello no se demoro mucho mas y entre
jadeos Manuel se corrió en mi boca, vaciando por completo sus cojones en mi
estomago.
En esa ocasión nada quedo en mi cara y me lo trague con mucho
gusto, aprovechando que Manuel había terminado, Hector me levanto, me obligo a
apoyar las manos en la puerta de la sauna y siguió taladrando mi culo con rabia,
sabia lo que pretendía el muy cerdo, quería que viera a mi familia mientras me
enculaban, pero no pude verles por la ventana hasta que por sorpresa pude ver
como mi hijo y mi marido salían vestidos con sus mochilas a la espalda del
vestuario masculino y se dirigían a la sauna.
"Joder, mi hijo y mi esposo vienen hacia aquí" dije yo
"Ostias, Manuel entretenles que quiero terminar y darle un
nuevo vaso de leche a esta putona"
Manuel se puso la toalla y salio rápidamente de la sauna,
cerro justo antes de que mi hijo y mi esposo pudieran verme de rodillas con la
polla de Hector enterrada hasta la faringe y con mi nariz rozando sus cojones.
Pude ver lo que Manuel conversaba con mi familia
"Hombre Manuel, esta mi madre con Hector y contigo verdad"
"Que va, se fue hace unos 20 minutos"
"Es muy raro que no nos haya esperado" dijo mi esposo
"Dijo que estaba muy cansada, que se iba a tomar un buen vaso
de leche y se iba a acostar"
El muy cabron dijo eso justo al instante en que la pistola de
Hector empezó a disparar sus proyectiles dentro de mi boca, nuevamente me lo
trague todo sin dejar ni una sola gota
"Pues nada entonces, ya nos veremos mañana Manuel y me alegra
que os llevéis también con mi mujer, ella no quería venir al gimnasio pero creo
que gracias a vosotros esto le empieza a gustar"
"No se preocupe, para Hector y para mi es un placer ayudar a
la madre de Álvaro"
Mientras me limpiaba los restos de semen pude ver como mi
hijo y mi marido salían del gimnasio, luego nos duchamos y cada cual se fue para
su casa, llevo 2 semanas sin ir al gimnasio con la excusa de que tengo mucho
trabajo, estoy bastante arrepentida de lo que ocurrió y algo me dice que si
vuelvo al gimnasio acabare nuevamente en la sauna engañando a mi esposo con los
amigos de mi hijo.
Pero por otro lado no puedo dejar de pensar en aquellas
pollas y en su delicioso néctar.