El se pego literalmente detrás mía en la entrada del metro, si bien es cierto que había muchísima gente y al principio yo pensé que los refregones eran cosa de las circunstancias, en cuanto note su verga hinchada en mis nalgas, empecé a pensar que no era casualidad, a aquel individuo le habría costado horrores colocarse tras de mí entre tanta gente, pero lo consiguió. Yo que llevaba una minifalda blanca con algo de vuelo con encaje me pegue bien los brazos al cuerpo, para que no intentara nada. |